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EL ESPECTÁCULO DE LAS BARRANCAS DE BURUJÓN

Aguas abajo de la capital toledana, el Tajo es un espejo que refleja puentes milenarios, ruinas visigóticas y un castillo templario. Pero también es un insospechado refugio de aves y el protagonista de un paisaje insólito, las barrancas de Burujón, que recuerdan al Gran Cañón del Colorado. Una senda permite adentrarse en este espacio.

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UN VIAJE EN EL TIEMPO EN CARRANQUE

A un viaje en el tiempo invita esta villa romana de la que se conservan bellos mosaicos, un mausoleo y un palacio con mármoles de todos los rincones del Mediterráneo. A medio camino entre Madrid y Toledo, el Parque Arqueológico de Carranque (parquearqueologico.org) es uno de los conjuntos monumentales más importantes de la Hispania romana y tiene en la casa de Materno su mejor testimonio.

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ENTRE CÁNTAROS Y PUCHEROS EN TALAVERA

Cántaros, jarros, pucheros, tinajas y una bella azulejería siguen saliendo de los talleres artesanos toledanos, con la arcilla de las rojizas tierras de la cuenca del Tajo como materia prima. Las vitrinas del Museo de Cerámica Ruiz de Luna de Talavera de la Reina exponen, junto la colección personal de este ceramista, una representativa muestra de estas producciones / © Turismo de Castilla la Mancha

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SEGUIR AL LAZARILLO POR ESCALONA

Siguiendo las andanzas del famoso pícaro se llega, tras Almorox y antes de llegar a Torrijos, a Escalona, donde la mirada hay que ponerla en su castillo, en el que nació el infante don Juan Manuel y que Álvaro de Luna convirtió en un fastuoso palacio, y en la plaza del Infante, donde Lázaro se vengó de las andanzas de su amo ciego. / © David Blázquez

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ENTRE MONJES, VISIGODOS Y CABALLEROS TEMPLARIOS

Cuenta la leyenda que un largo túnel de casi cinco kilómetros conecta a la iglesia de Santa María de Melque –el conjunto de época visigoda mejor conservado de la Península– con el castillo de San Martín de Montalbán, por el que monjes y templarios se cruzaban e intercambiaban opiniones sobre el tesoro del Rey Salomón, que algunos sitúan por estos lares. Hoy son dos joyas para conquistar / © Turismo de Castilla la Mancha

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MOLINOS DE CONSUEGRA

Desde muchos kilómetros a la redonda se divisa, en plena llanura manchega, la airosa silueta de los molinos de viento y el castillo alineados sobre el cerro Calderico dando la bienvenida a esta villa en la que es fácil imaginar el desigual encuentro entre Don Quijote y los gigantes. Molinos y castillo invitan a una escapada / © César Hernández

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EN LA PATRIA DE DULCINEA

“Tenga vuestra merced la cortesía de entrar a esta mi casa, que yo le enseñaré sus secretos y le prepararé unos buenos duelos y quebrantos”. Hoy, en la casa de Dulcinea, no espera con sus exquisiteces la labradora Aldonza Lorenzo, pero todos sus rincones recuerdan a su propietaria. Siguiendo el relato quijotesco, la ruta por El Toboso continúa, entre viviendas de esencia manchega, por la iglesia de San Antonio Abad, la plaza Mayor y el convento de las Trinitarias antes de parar en el Museo Cervantino.

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POR LA SENDA DEL CHORRO EN CABAÑEROS

La senda que lleva a la cascada del Chorro es uno de los itinerarios más frecuentados de Cabañeros. El camino arranca en el kilómetro 16 de la carretera CM-4155 y, tras una hora y media de agradable paseo, va a parar a este salto de agua. Algo más de esfuerzo requiere la llamada Chorrera Chica y, para los más intrépidos, la subida al Rocigalgo, el pico más elevado de los Montes de Toledo / © shutterstock

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