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Las hay románticas, deportistas, amantes de la cultura, sibaritas, adictas a las compras… Por eso planteamos un viaje para cada una de ellas. Adaptado a sus gustos y sus aficiones. Porque madre no hay más que una y acompañarla en su día con un plan original y divertido será para las dos el mejor regalo.

LA MAMÁ DEPORTISTA 

Para esas madres adscritas al running o forofas del ejercicio en general tenemos el destino de naturaleza y aventura por antonomasia: Costa Rica. En este bello país centroamericano se puede navegar en kayak por el Parque de Tortuguero en busca de jaguares agazapados en la jungla. O subir hasta el cráter del volcán Irazú. O sumergirse en alguna cala solitaria del Parque Nacional Manuel Antonio. Eso, si no se opta por la adrenalina total al lanzarse en tirolina sobre el espesor de los bosques o deslizarse en rafting a toda pastilla por sus caudalosos ríos. Solo apto para las más atrevidas.

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LA MAMÁ CULTURETA

Puede que lo que a tu madre le guste realmente sea la cultura con mayúsculas. Si su día a día pasa por devorar las páginas de los libros, si su gran pasión es el arte o si dedica el tiempo libre a maratonianas jornadas entre museos, teatros, cines o auditorios, entonces su destino ideal será Viena. ¿Por qué? Pues porque este año la capital austriaca rinde homenaje al modernismo. Con motivo del centenario de la muerte de cuatro de sus protagonistas (Gustav Klimt, Egon Schiele, Otto Wagner y Koloman Moser) la ciudad ofrece distintas exposiciones y visitas especiales sobre este tema. / © WienTourismus - Peter Rigaud  

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LA MAMÁ SIBARITA

Se trata de un viaje mítico barnizado de historia y con el sello de una sofisticación solo apta para privilegiados. Por eso encaja como un guante para aquella madre amante del lujo, sí, pero con estilo. Hablamos del Venice Simplon-Orient-Express, el tren que pasea sus oropeles por las entrañas de Europa y que encarna, como ningún otro, la magia del trayecto en sí mismo. Una joya de art decò que conserva el glamour de los años 20 y en cuyos vagones solo cabe la elegancia. Venecia, Berlín o Budapest son algunas de las ciudades en las que recala, con el traqueteo como música de fondo.

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LA MAMÁ HEALTHY

Nada puede gustar más a este tipo de madre que una de esas experiencias que se definen como slow travel. Y no hace falta irse lejos puesto que en plena dehesa salmantina existe un lugar plenamente orientado a lo saludable. Se llama Hacienda Zorita (haciendazorita.com) y, además de un hotel de cinco estrellas en un convento del siglo XIV, dispone de Organic Farm, una finca de 300 ha de encinas, viñedos y olivos, con un huerto ecológico y prados donde pastan felices cerdos ibéricos, cabras veratas, ovejas churras y búfalas. Todo para que sus productos (vinos, aceites, quesos, verduras, carnes…) cumplan el lema farm to table en el restaurante Warehouse en pleno campo. Para el Día de la Madre, además, tienen un paquete especial.

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LA MAMÁ DIVERTIDA

A solo una hora y poco de casa, en la región francesa de Nouvelle-Aquitania y a solo una docena de kilómetros de Poiters, está un destino irresistible para toda madre divertida que se precie, pero sin pasar ningún miedo: el parque de Futuroscope (es.futuroscope.com). Porque hay diversión, pero no hay montañas rusas ni lanzaderas. Aquí se viven otras sensaciones: viajar en la máquina del tiempo, bailar con robots, descubrir desde el asiento los paisajes de la provincia de La Vienne, conducir de copiloto junto al atractivo Sébastien Loeb, mirar al universo y, lo más, hacer El Viaje Extraordinario, la atracción estrella del parque, una máquina increíble en la que sobrevolar los cinco continentes por algunos de sus escenarios más emblemáticos, desde el desierto africano a la cordillera del Everest. / © JL Audy/ Futuroscope

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LA MAMÁ EXÓTICA

¿Hay quien pueda resistirse a las agujas de las mezquitas recortadas sobre el horizonte brumoso, a ese universo sensual de alfombras, pistachos y narguiles, a la magia del Bósforo cuando amanece y tiñe las aguas de rojo, a la magnética sensación de tener un pie en Europa y otro en Asia? No lo dudes, para un viaje exótico con tu madre, el destino perfecto es Estambul, cuya cautivadora belleza ha inspirado apasionantes novelas. Perderse juntas por el bazar aspirando los aromas a especias o degustar su rica gastronomía con sabores lejanos hará que nunca olvidéis esta escapada. / © shutterstock

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LA MAMÁ ROMÁNTICA

Cómo no iba a ser París el viaje elegido para este perfil de mujer capaz de conmoverse con todo lo que destila amor. La ciudad de la luz, epítome del romanticismo, paradigma del arte y la bohemia, es su lugar en el mundo. Da igual que ya se conozca, incluso que se haya estado mil veces: siempre parecerá la primera. Para descubrir nuevos rincones, para rememorar paseos, para sentarse en un café con vistas a la torre Eiffel o simplemente para contemplar a los pintores de la calle retratar el bulevar junto al Sena. No tengas dudas: en compañía de tu madre, todo parecerá más hermoso.

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LA MAMÁ ADICTA AL SHOPPING

Si a tu madre le pirran las compras, si es feliz dando vida a la tarjeta de crédito, nada mejor que un viaje a Dubái, la meca universal del shopping. Porque aquí reside el centro comercial más grande del mundo en el que cabrían (y no es exageración) unos 50 campos de fútbol. Se trata del Dubái Mall, uno de los hitos de esta desorbitada ciudad que maneja cifras mareantes: más de 1.200 tiendas con todas las firmas imaginables. Además, para completar tan gratificante actividad, existen 22 salas de cine, más de 120 restaurantes, un acuario, una pista de patinaje sobre hielo… Un plan superlativo para una madre derrochadora. / © shutterstock

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LA MAMÁ ESPIRITUAL

Sumergirse en las tradiciones orientales, empaparse de rito y ceremonia, contagiarse del misticismo que destilan ciertos lugares sagrados. Hay madres que darían cualquier cosa por apuntarse, alguna vez en la vida, a un viaje de estilo zen, a una experiencia en la que hallar el equilibrio perfecto entre el cuerpo, la mente y el alma. No se nos ocurre un lugar mejor que Varanasi, la ciudad que descansa a la orilla del Ganges, el río sagrado de La India. Yoga, meditación, bendiciones, masajes, ayurveda… ¿qué más se puede pedir para esa aventura cargada de espiritualidad? / © shutterstock

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LA MAMÁ CONSERVADORA 

Porque ella es así, amante de la tradición, fiel a lo de toda la vida… ¿para qué buscar planes innovadores? Contentemos su gusto por lo conservador con una visita a la localidad palentina de Aguilar de Campoo, que este año es la sede de las Edades del Hombre. Seguro que le entusiasmará la idea, puesto que, además de esta bella muestra de arte sacro, encontraréis interesantes ejemplos del románico, aire puro en pleno campo y exquisita gastronomía. Tres bazas fundamentales para este tipo de mamá. / © shutterstock

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