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PALACIO DE VERSALLES

(50’ desde París)

Al principio, no era más que un pabellón construido por Luis XIII para ir de caza. Fue su hijo Luis XIV quien lo transformó en palacio para ser sede de la Corte y del gobierno de Francia y los reyes que le sucedieron fueron después embelleciéndolo. Patrimonio de la Humanidad, este inmenso conjunto formado por tres palacios, jardines y un parque hoy es símbolo del absolutismo real y encarnación del arte clásico francés.

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DISNEYLAND

(1 h desde París)

Hasta Marne-la-Vallée, donde se encuentra el parque, se puede llegar bien en tren desde París o en el bus lanzadera Magical Shuttle desde los aeropuertos Charles de Gaulle y Orly. El complejo lo forman dos dos parques temáticos, Disneyland Park, donde se encuentra el conocidísimo castillo de la Bella Durmiente, más pensado para niños más pequeños; y Walt Disney Studios, centrado en el cine y los espectáculos para los de mayor edad. Las entradas de ambos están a solo tres minutos una de otra, y, fuera de ellos, el Disney Village, una zona común de ocio con tiendas de souvenirs, cine IMAX, sala de juegos arcade, restauración, sala de conciertos... 

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JARDINES DE MONET EN GIVERNY

(1 h y 20’ desde París)

La casa que Claude Monet alquiló en 1883 en este pequeño pueblo de la región de Normandía y en la que trabajó el pintor hasta su muerte en 1926 es lugar de peregrinación de los apasionados al impresionismo (claude-monet-giverny.fr). Pero de lo que más se disfruta es de sus floridos jardines y estanques, siempre hermosos durante todas las estaciones del año. El más fotografiado es el Jardín d'Eau, adquirido en 1895, que fue transformado en el famoso estanque de nenúfares, inmortalizado tantas veces desde el puente japonés. Abre de marzo a noviembre.

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PALACIO DE FONTINEBLEAU

(1 h y 30’ desde París)

Un parque de 130 hectáreas rodea el que es uno de los palacios más grandes de Francia, habitado por los soberanos franceses durante ocho siglos. Dispuesto en torno a varios patios y tres jardines históricos, es una obra renacentista-manierista de principios del siglo XVI que en sus orígenes era usado como pabellón de caza y a lo largo de los siglos ha sido escenario de algunos momentos históricos de la historia francesa, como la abdicación de Napoleón.

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REIMS

(1 hora y 45’ desde París)

Tres son los monumentos de Reims incluidos en la lista del Patrimonio de la Unesco y eso ya invita a una escapada a esta ciudad a menos de dos horas de París: el palacio de Tau, la antigua abadía Saint-Remi y, sobre todo, la catedral de Notre-Dame, una de las grandes góticas francesas es la catedral de Reims, testigo de la coronación de la mayoría de los reyes de Francia y ante cuya fachada asistir a un espectáculo de luz y sonido. Las bodegas de champaña y las fachadas art decó del centro de la ciudad también merecen atención.

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CHARTRES

(1 h y 35’ desde París)

Para cualquier amante del arte la catedral de Chartres no es solo una de las grandes joyas góticas francesas, también lo es del mundo, con sus tres pórticos y sus espectaculares vidrieras, por algo forma parte del Patrimonio de la Unesco y ha servido de modelo a muchas otras catedrales. Pero la ciudad también atrae por su calidad de vida, su tranquilidad y un centro histórico en el que asoman iglesias, callejuelas y casas con entramado de madera.

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ORLEANS

(1 h y 50’ desde París)

La presencia de la figura de la heroína Juana de Arco es constante en esta ciudad a orillas del río Loira, por eso su estatua ecuestre preside su plaza más animada, la de Martroi. Sus pasos también llevan a visitar la casa en la que vivió y la capilla dedicada a ella en la catedral gótica de Sainte Croix, con sus características torres cuadradas. Pero en Orleans también hay que descubrir sus calles con soportales flanqueadas por mansiones burguesas, otras de trazado medieval con casas con entramados de madera y descubrir su museo de Bellas Artes y la arquitectura renacentista de su Ayuntamiento.

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CASTILLO DE CHAMBORD

(2 h desde París)

Siguiendo la legendaria franja de agua que es el río Loira, hilo conductor del valle del mismo nombre declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, van saliendo al paso el sinfín de castillos que toman asiento a sus orillas. Entre los más espectaculares y más famosos, el de Chambord, a 2 horas de París, cuya visita se puede extender a otros dos que no quedan lejos y están a su altura, los de Chenonceau y Cheverny.

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