SETENIL DE LAS BODEGAS (CÁDIZ)
En la ruta de los pueblos blancos de la sierra de Cádiz, es Setenil de las Bodegas un pueblo curioso, además de bonito. Y lo es, sobre todo, porque sus habitantes han aprovechado un impresionante tajo creado en la roca por el río para construir sus casas cueva, lo que le da un aspecto único. Para descubrirlo, lo mejor es perderse por sus rincones y recorrer las conocidas calles de las Cuevas del Sol y las Cuevas de la Sombra mientras el paseo se acompaña del tapeo en sus bares.
GUADIX (GRANADA)
En Guadix existe un barrio entero formado por cuevas excavadas a pico y pala en las entrañas de la tierra y convertidas en viviendas. Es una experiencia única dormir en ellas, porque son un magnifico ejemplo de la integración del hombre con la naturaleza y el paisaje, pero también porque es fácil sentirse como en casa, pues todas cuentan con las comodidades exigibles a un alojamiento turístico de calidad.
GÖREME (TURQUÍA)
Como lugar de paso de distintas rutas de caravanas y de refugio para algunos de los primeros cristianos que buscaban la soledad, Capadocia ha estado habitada desde tiempo inmemorial. Cuando estas comunidades no encontraban cuevas en las que protegerse excavaban en la roca blanda. De esta manera tallaron habitáculos y ermitas en los precipicios y en los conos de piedra. Y, más tarde, iglesias, que hoy son uno de los tesoros artísticos de Turquía. En el valle de Goreme se encuentra la mayor concentración de estos templos excavados en la roca, muchos de ellos con bellísimos frescos.
MATERA (ITALIA)
Pasear por el casco histórico de Matera, en Basilicata, al sur de Italia, significa dar un salto atrás en el tiempo y tener la impresión de estar paseando por un pesebre de cartón piedra. Escritores, artistas y directores han caído rendidos a sus encantos –sus antiquísimas viviendas conocidas como sassi y sus iglesias rupestres excavadas en la roca volcánica son Patrimonio de la Humanidad–, entre ellos Mel Gibson, que la eligió como lugar donde rodar su película La Pasión de Cristo.
MATMATA (TÚNEZ)
Los paisajes bíblicos del sur de Túnez son un clásico de los equipos de rodaje. Y entre ellos el pueblo de Matmata, al que llegan los que van en busca de los escenarios de Star Wars. Fue en este lugar en la antesala del desierto donde la tribu bereber de los Matmata, para esconderse de sus invasores y al tiempo protegerse de las temperaturas extremas que se registran por estas latitudes, idearon hace cientos de años unas peculiarísimas viviendas horadadas en la tierra. Un puñado de familias continúa morando en estas casas subterráneas con aires de hormiguero gigante, otras están abandonadas, y alguna incluso se ha reciclado en negocios tan insólitos como un hotel, en cuyos modestos habitáculos se puede hacer noche al igual que un auténtico troglodita o, en versión cinematográfica, como todo un caballero jedi.