Todo lo que envuelve a los Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, es mágico y desconocido, porque los textos bíblicos solo desvelan que eran sabios, que llegaron a Belén siguiendo una estrella para entregar sus regalos al recién nacido Jesús y que procedían de un remoto lugar. Allí, en el lejano Oriente ponemos nuestra mirada para descubrirte algunos de sus más sugerentes rincones.
NIDO DEL TIGRE (BUTÁN)
En Paro no solo está el único aeropuerto internacional de Bután, también es un bonito valle que acoge los dzongs y templos más antiguos y espectaculares del reino, especialmente el monasterio de Taktsang o ‘Nido de Tigre’. Colgado en un acantilado a 900 metros de altitud, para llegar a este lugar donde meditó el gurú Rinpoche, el padre del budismo Mahayana que se practica en Bután montado en una tigresa, es necesario caminar entre 2 y 3 horas, pero la experiencia es casi obligada. Una vez en Paro no hay que dejar de ver el Ta Dzong, el Museo Nacional, y el Rinpung Dzong, el centro religioso del valle, desde el que se admiran unas vistas espectaculares.