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Los molinos de Kinderdijk, Utrecht, el jardín de Keukenhof, el pueblo sin coches de Giethoorn, La Haya, los pueblos queseros de Edam y Gouda, la inspiradora Haarlem o la pintoresca Volendam son los principales destinos de este país de molinos, bicicletas y tulipanes.

 

GIETHOORN
En este pueblo del noreste de Holanda, en la provincia de Overijssel, las 'punter' son el medio de transporte más común, no es más que una especie de góndolas al estilo de las venecianas que se mueven por las vías navegables que recorren la localidad, de ahí que se la conozca como la Venecia de los Países Bajos. En su parte vieja no hay coches y aquí el más de un centenar de puentes que unen las islitas donde se levantan sus casas solo se pueden cruzar a pie o en bicicleta. Desde que el cineasta holandés Bert Haanstra rodó en ella su famosa comedia Fanfare, el pueblo empezó a ser conocido más allá del país, pero muchos otros artistas ya lo habían descubierto antes, la inspiración era fácil que llegara con un escenario tan bucólico.

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MOLINOS DE KINDERDIJK
En Holanda hay más de mil molinos de viento y es fácil toparse con alguno en cualquier recorrido por el país, pero uno de los que brindan la más típica imagen holandesa son los de Kinderdijk, próximos a Dordrecht y declarados Patrimonio de la Humanidad. Diecinueve hermosos molinos construidos hacia 1740 en el pólder de Alblasserwaard (tierra que se ha recuperado al mar, pantanos o llanuras dedicado al cultivo), en la confluencia de los ríos Lek y Noord, que forman parte de un gran sistema de gestión de agua para prevenir inundaciones y en la actualidad son el símbolo de la gestión de agua holandesa. Además de ver numerosos cursos de agua, diques, molinos y esclusas, la visita descubre cómo los holandeses llevan alrededor de 1.000 años aprovechando el agua.

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UTRECHT
Íntima y apacible, Utrecht es ejemplo de urbe medieval que conserva el encanto de lo auténtico. Una ciudad joven, donde un tercio de su población son estudiantes, para descubrir a pie, en barco por sus canales, pero, sobre todo, desde una bicicleta, pedaleando por un casco urbano peatonal que gira en torno a la torre del Dom, símbolo de la ciudad y omnipresente desde cualquier punto por sus 112 metros de altura. En cualquier rincón, incluso en los canales que la surcan y están sembrados de restaurantes, cafés y boutiques, Utrech da muestras de su vibrante vida cultural.

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GOUDA
Gouda suena a queso, y así es, pero esta ciudad histórica de la provincia de Holanda del sur, a media hora en coche de Utrecht, Rotterdam o La Haya, también es famosa por las velas y los stroopwafels, unos tradicionales gofres rellenos de caramelo que todo el mundo se quiere llevar como recuerdo. Pero esta ciudad quesera, con un mercado quesero que se celebra todos los jueves de abril a agosto y se remonta a 1395, también tiene un centro antiguo la mar de bonito, con canales centenarios, edificios históricos como la iglesia Sint Janskerk, la más larga de Holanda, y famosa por sus vidrieras, y el Ayuntamiento, en el que luce un carrillón que suena puntualmente.

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EL JARDÍN DE KEUKENHOF
A solo 45 minutos de Ámsterdam, este parque floral de 32 hectáreas es una escapada imprescindible desde la capital holandesa, especialmente durante la primavera. Una verdadera delicia para los amantes de las flores y de las plantas donde quedarse con la boca abierta contemplando los más de siete millones de bulbos en flor que cada año florecen en este espacio de la pequeña localidad de Lisse. Jacintos, narcisos, orquídeas, cientos de variedades de tulipanes plantados a mano uno a uno, pero también obras de arte únicas, molinos antiguos, lagos, fuentes y pabellones van saliendo al paso en sus coloridos senderos y en los siete jardines de inspiración que acoge la que fuera finca del castillo de Teylingn, cuyo origen se remonta al siglo XV.

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ÁMSTERDAM
Cosmopolita, ecológica, fotogénica, tolerante…Todos estos adjetivos le van como anillo al dedo a la llamada Venecia del Norte. Y es que por Ámsterdam se hacen hueco tanto museos de primera como sus famosos coffe-shops o los escaparates del Barrio Rojo. Todo ello, entre enjambres de bicis y más de un centenar de kilómetros de canales, declarados Patrimonio de la Humanidad, a los que se asoman fachadas de cuento. El corazón del casco antiguo es la Plaza del Dam, a la que se accede por la siempre concurrida avenida de Damrak. El Palacio Real, la kilométrica y comercial calle peatonal Kalverstraat, el patio del Beginhoff, un oasis medieval, el Bloemenmarkt o Mercado de las Flores, la casa-museo de Rembrandt, el emotivo Museo de Ana Frank, la iglesia de Noorderkerk o la torre de la Westerkerk son algunas de sus paradas obligadas en el camino.

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LA HAYA
Sede del cuerpo diplomático de los Países Bajos, residencia oficial de la reina y hogar del Tribunal Internacional de Justicia, así como del icónico Palacio de la Paz. Semejante carta de presentación invita a pensar en una ciudad de factura clásica adornada de palacios y jardines. Pero, aunque discreta, La Haya es una ciudad histórica, la tercera del país por detrás de Ámsterdam y Rotterdam, pero rabiosamente contemporánea, un destino vibrante para darse al arte, al ocio nocturno, a la gastronomía… e incluso al surf, que para eso cuenta con la playa más conocida de Holanda, animada en todas las épocas del año.

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HAARLEM
A las puertas de Ámsterdam y con un nombre de resonancias neoyorquinas que recuerda que inspiró la fundación de uno de los barrios emblemáticos de Nueva York–, Haarlem es una preciosa ciudad de canales, puentes que cruzan el río Spaarne, casas bajas y calles tranquilas y ordenadas que terminan en la Grote Markt, una animada plaza con cafés y restaurantes donde se ubican el Grote Kerk, el Stadhuis (Ayuntamiento) y los edificios De Hallen, que forman parte del Frans Hals Museum. Caminando por sus calles peatonales no se intuye que la que es capital comercial de la provincia de Noord Holland es además el centro de la imprenta, la industria farmacéutica y la producción de bulbos holandesa. 

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EDAM
A unos 20 kilómetros de Ámsterdam, Edam es un pueblo típico holandés irremediablemente asociado a su famoso queso recubierto de una característica cera roja, el queso de bola holandés de fama mundial. Su puente Kwakelbrug ofrece una de las imágenes más típicas de la ciudad, además de buenas vistas. Otros de sus tesoros son el carrillón más antiguo de los Países Bajos, que luce en el Speeltoren, una torre del siglo XVI de 16 metros de altura, el Edams Museum o la iglesia dedicada a San Nicolás, situada en la Grote Markt. En sus alrededores, los bosques de Fort Edam son una reserva natural protegida en la lista de la Unesco.

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VOLENDAM
Entre Edam y Marken está esta pequeña y bonita ciudad portuaria de 20.000 habitantes que forma, junto con Edam y Marken, un triángulo perfecto a pocos kilómetros de Ámsterdam. Situada en el Ljsselmeer, el mar interior de Holanda, el paseo marítimo con sus coloridas casitas de madera tan tradicionales como románticas, el encuentro con lugareños que todavía visten los trajes regionales o las pescaderías donde venden su género recién pescado son algunas de las estampas de este popular destino de tradición marinera de los Países Bajos.

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