Los molinos de Kinderdijk, Utrecht, el jardín de Keukenhof, el pueblo sin coches de Giethoorn, La Haya, los pueblos queseros de Edam y Gouda, la inspiradora Haarlem o la pintoresca Volendam son los principales destinos de este país de molinos, bicicletas y tulipanes.
GIETHOORN
En este pueblo del noreste de Holanda, en la provincia de Overijssel, las 'punter' son el medio de transporte más común, no es más que una especie de góndolas al estilo de las venecianas que se mueven por las vías navegables que recorren la localidad, de ahí que se la conozca como la Venecia de los Países Bajos. En su parte vieja no hay coches y aquí el más de un centenar de puentes que unen las islitas donde se levantan sus casas solo se pueden cruzar a pie o en bicicleta. Desde que el cineasta holandés Bert Haanstra rodó en ella su famosa comedia Fanfare, el pueblo empezó a ser conocido más allá del país, pero muchos otros artistas ya lo habían descubierto antes, la inspiración era fácil que llegara con un escenario tan bucólico.