Diez playas vascas para pasear, bañarse o bailar al son de las olas

ITZURUN, ZUMAIA (GUIPÚZCOA)

Desde la ermita de San Telmo, asomada a la playa de Itzurun, uno no puede por menos que sentirse, en el verde entorno de Zumaia, a las puertas de un litoral único. Y así es, porque en los imponentes acantilados que envuelven este arenal rico en yodo -y continúan hasta Deva- se esconde un singular tesoro natural: millones de años de historia geológica escritos en sucesivos estratos rocosos que la acción continua del mar ha dejado al descubierto y que se conocen con el nombre de flysch. © Oficina de turismo de Zarautz.

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LAGA (VIZCAYA)

En este arenal vizcaíno da igual que haga sol o que llueva porque es un enclave único, situado como está en un extremo de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. La playa donde Mariah Carey grabó su videoclip Sweetheart es de arena blanca y fina, ventosa y con oleaje y siempre hay surfistas en ella bailando al son de las olas. Desde el mirador del cabo Ogoño ofrecen su mejor imagen.

ZARAUTZ (GUIPÚZCOA)

A Zarautz, el que fuera lugar de veraneo de la aristocracia y la realeza desde mediados del siglo XIX, hay que llegar directo a su amplia playa, de arena fina e inconfundible imagen, que componen sus toldos de colorines, las olas que sirven de reclamo a los aficionados al surf y el animado paseo marítimo repleto de terrazas. Para vistas, las que regala la carretera que une Zarautz y Getaria. Una vez en la villa, el casco antiguo también merece un paseo, con la calle Nagusia como arteria principal. © Turismo de Zarautz.

LA CONCHA, SAN SEBASTIÁN (GUIPÚZCOA)

La bahía de La Concha regala uno de los paisajes urbanos más bellos del mundo, enmarcada como está por los montes Igueldo y Urgull y con la isla de Santa Clara justo en medio. Antes de bajar a la arena hay que pararse en su barandilla sombreada por tamarindos a contemplar el Cantábrico y hacerse una foto en el mismo punto en el que los hacen las estrellas del celuloide cuando se celebra su famoso festival de cine. Una vez en la arena y si el tiempo acompaña un baño en sus frías aguas será un remate perfecto a cualquier día en la ciudad.

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LEKEITIO (VIZCAYA)

Lekeitio es lugar de paseos junto al mar, un rincón muy animado de Vizcaya durante los meses de verano donde resulta imprescindible arrimarse al faro de la Tala para ver cómo se enrabieta el Cantábrico al chocar contra el rompeolas de Amandarri, visitar su basílica de Santa María de la Asunción, tan grande que cabe en ella la nutrida colonia estival, y llegar hasta la isla de Garraitz o San Nicolás en bajamar, ya sea andando sobre un malecón desde la playa de Isuntza, la principal de Lekeitio, o por una estrecha senda de arena, desde la de Karraspio, la más larga. En la desembocadura del río Lea está La Salvaje, la más pequeña de la localidad y con unas vistas impresionantes del entorno. © Shutterstock

LAIDA (VIZCAYA)

Ubicada en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, es la playa más grande de la ría de Mundaka y una de las mejores playas del Cantábrico para la práctica del surf porque posee, según dicen, la mejor ola de izquierdas del mundo, y eso es mucho para los amantes de este deporte que vienen desde muy lejos solo para cabalgar en su ola. Se forma en la llamada barra de Mundaka y muere en esta playa y puede llegar a alcanzar los cuatro metros de altura.

GORLIZ (VIZCAYA)

Aguas tranquilas, arena dorada y fina… la playa de Gorliz es una de las más bonitas y también seguras del litoral vasco. Protegida por la bahía de Plentzia, con forma de concha, es un lugar excepcional para disfrutar del paisaje y también para la práctica de todo tipo de deportes. En la parte norte de la playa, en Astondo, se puede contemplar un fenómeno de alto valor geológico: las dunas petrificadas. Junto a ellas arranca un camino que asciende bordeando la costa y mediante varios tramos de escalera al faro de Gorliz. Al sur se encuentra la playa de Plentzia, unida con marea baja a la primera.

HONDARRIBIA (GUIPÚZCOA)

El estuario de Txingudi separa la playa que comparte este bonito pueblo ed Guipúzcoa con Hendaya, aunque un barquito une ambas orillas. Son 800 metros los que ocupa este gran arenal de arena fina y dorada, con toda clase de servicios y equipamientos y recorrido por un paseo marítimo que lleva a su casco histórico, donde destacan su iglesia y la fortaleza de Carlos V; el espectáculo visual que ofrece el monte Jaizkibel y la Marina, el barrio de pescadores con sus casas de coloridos balcones llenos de flores. © Shutterstock.

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ARRIETARA, SOPELANA (VIZCAYA)

Las amplias y tranquilas playas urbanas de Arrietara y Atxabiribil, en Sopelana, comparten arena, aunque no hay delimitación entre la una y la otra; juntas forman la segunda playa más larga de Vizcaya, tras la de Bakio. Protegidas por varios acantilados, ofrecen la posibilidad de realizar numerosas actividades, especialmente el surf. Arrietara es el epicentro de este deporte en la zona, alberga importantes citas deportivas y cuenta con varias escuelas y clubes. Es una de las más cambiantes de Vizcaya porque en función de las condiciones del mar puede ser un arenal muy tranquilo o peligroso. Atxabiribil, también conocida como El Peñón, es una zona de olas de playa que rompen sobre rocas. © Shutterstock.