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En la Costa Brava y al sur del golfo de Roses, pocos paseos regalan tal cantidad de imágenes para retener en la memoria como el passeig d’Empúries, que lleva desde L’Escala al parque natural de los Aiguamolls de l’Empordà. Todo un espectáculo para disfrutar de la Naturaleza frente al mar.

SENDERO PEATONAL
El passeig d’Empúries tiene solo 2,5 kilómetros de recorrido desde la villa marinera de L’Escala hasta Sant Martí d’Empúries, pero dan para mucho. Peatonal y con una parte delimitada como carril bici, comienza en la escultura que conmemora la llegada de la llama olímpica a la península en las Olimpiadas de Barcelona de 1992. Muy cerquita de ella aguarda la primera de las paradas: el Museo de l’Anxova y de la Sal, donde detenerse para conocer la historia de la pesca en L’Escala y la de la industria que, a lo largo de los siglos, le ha dado fama internacional: la salazón de anchoas.

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RUINAS GRECORROMANAS
El paseo transcurre entre pinos mediterráneos, dunas esculpidas por la tramontana y prodigiosas playas hasta que, a mitad de camino, al borde del mar, se descubren las ruinas grecorromanas de Empúries, los restos de la ciudad que fueron levantando los primeros griegos que desembarcaron en el siglo VI a.C. procedentes de Focea. Llegaban con el objetivo de dominar comercialmente esta parte del Mediterráneo, pero lo que no podían ni imaginar entonces aquellos griegos era que además de cumplir su objetivo iban a convivir con parte del Imperio romano y ser el origen y modelo de una sociedad que, treinta siglos después, sigue siendo una referencia en la vida social y cultural de sus descendientes.

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CIUDAD GRIEGA Y ROMANA
Empúries es el único yacimiento de la península donde conviven restos de una ciudad griega –Emporion- y otra romana, Emporiae. Y el recorrido por él, de una hora y media de duración, discurre por sus dos áreas diferenciadas y permite visitar las zonas más sobresalientes: muralla, ágora, fábrica de salazones, casas romanas, basílica, foro, tiendas… En el mismo recinto de las ruinas se encuentra también la sede del Museo de Arqueología de Cataluña, con una muestra permanente de los objetos encontrados durante las excavaciones. Organizan visitas guiadas y teatralizadas (mac.cat/esl/Sedes/Empuries). 

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ESCULAPIO
Una vez recorridas las ruinas y visitado el museo de las excavaciones, con su gran sala monográfica dedicada a Esculapio, lo que llama poderosamente la atención espera ya fuera del recinto: es la magnífica visión del muelle helenístico, que protege las ruinas de los embates del mar cuando la tramontana o el levante convierten las tranquilas aguas de la bahía en enfurecidas olas que reclaman su espacio original.

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EL PUEBLO MÁS ANTIGUO
Un poco más adelante surge en el paseo Sant Martí d'Empúries, el lugar exacto donde arribaron hace siglos los colonos griegos. Por eso, posee el honor de ser el pueblo más antiguo de Cataluña. Hoy, este pintoresco y minúsculo pueblito heredero directo de la antigua Emporion conserva gran parte de las murallas y el aspecto de una población medieval.

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IGLESIA DE SANT MARTÍ D'EMPÚRIES
Sant Martí d’Empúries apenas tiene una treintena de viviendas ubicadas en tres pequeñas calles que desembocan en la plaza Mayor -presidida por una iglesia del siglo XVI y la antigua Casa Forestal- pero es un excelente lugar para cenar y pasar una inolvidable velada en sus terrazas las noches de verano.

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PLAYA DE SANT MARTÍ
El paseo de Empúries termina en Sant Martí, pero merece la pena continuar en paralelo a la playa hasta el límite con el municipio de Sant Pere Pescador. Las pequeñas playas de Empúries, de aguas tranquilas y transparentes –Rec del Molí, Portixol, Les Muscleres, Moll Grec y El Riuet-, contrastan con el extenso arenal que, a continuación, comparten Sant Pere y Castelló d’Empúries, una playa virgen de fina arena y delimitada por dunas de más de seis kilómetros que es un paraíso para los amantes del windsurf y el kitesurf. Contemplar el horizonte salpicado de innumerables velas y cometas de llamativos colores que salpican este imborrable paisaje es todo un espectáculo difícil de olvidar.

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AIGUAMOLLS DE L'EMPORDÀ
El parque natural de los Aiguamolls de l’Empordá es el mayor humedal de Cataluña después del Delta del Ebro, además de paraíso de aves migratorias que encuentran en estas tierras su refugio invernal. Desde el centro de información El Cortalet, en el municipio de Castelló d’Empúries, se puede acceder a diferentes itinerarios, tanto a pie como en bicicleta, para descubrir la diversidad de hábitats que conforman el parque y aproximarse, desde sus pasarelas de madera y distintos observatorios, a su fauna salvaje sin ser visto. Importante llevar prismáticos o alquilarlos allí. El acceso es gratuito, pero si se llega en coche, el parking tiene un coste por coche y día.

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FLAMENCOS
Admirar con detenimiento el comportamiento y la dinámica de las diferentes especies que habitan este espacio -patos, garzas reales, flamencos, grullas…- es el mejor punto y final para una ruta llena de alicientes naturales en este pedacito de la Costa Brava. Los que se animen a realizar alguna actividad en contacto con la naturaleza y al paisaje de la zona, pueden hacer un curso de kite o windsurf, dar un paseo a caballo por la playa de Sant Pere Pescador o en kayak por los Aiguamolls, con empresas como Funtastic Empordá (funtastic-emporda.com) o Equus Empordá (equusemporda.es). 

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PALS
Una vez en la zona, no dejes de acercarte al cercano pueblo medieval de Pals, a 23 km de L’Escala, para pasear por sus estrechas y empedradas calles hasta el mirador de Josep Pla, desde donde se puede disfrutar de una extraordinaria vista del Empordà.

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