Diez playas espectaculares del Atlántico más cercano

PRAIA DA BORDEIRA (ALGARVE)

Una playa de increíble belleza natural que se ha convertido en una de las favoritas de los surferos. Se accede desde la aldea de Carrapateira en el Algarve portugués y hay un parking en la zona sur donde dejar el coche. Continuando hacia la zona de los acantilados se puede disfrutar de unas espectaculares vistas de la playa y la costa desde unas pasarelas de madera (en la imagen).

ISLA DE AROSA (PONTEVEDRA)

La Isla de Arosa es un remanso de paz con 11 kilómetros de playas y calas a lo largo de 36 kilómetros de costa conectados por un puente con Vilanova de Arosa en la península. En el extremo sur, el Parque Natural de Carreirón (en la imagen la playa de Las Salinas en pleno parque) con playas únicas que nada tienen que envidiar a las famosas playas de las cercanas islas Cíes. Un lugar privilegiado para la vida de las aves al contar con especial protección. Garzas o bandadas de patos entre otras muchas pueden observarse desde sus puntos estratégicos como Punta Carreirón. © Shutterstock.

DA MARINHA (ALGARVE, PORTUGAL)

Sus hechuras son proverbiales, arena blanca y escarpadas rocas decoran a izquierda y derecha la que es una de las playas preferidas del Algarve. Ocres, blancos y amarillos se unen al azul verdoso de sus aguas. Se accede a ella a través de unas escaleras, entrada panorámica a una fortaleza de piedra metida en el mar que anuncia parte de la belleza que guarda en su interior. Contar los siglos en las curvas de sedimentos que la rodean es un reto obligado antes de zambullirse en al Atlántico. Como también subirse a una barca y ver desde el mar los arcos y riscos que salpican sus inmediaciones.

CORRUBEDO, A CORUÑA

En la isla de Barbanza, que se extiende entre las rías de Muros-Noia y Arousa, Corrubedo es un privilegiado espacio natural que acoge playas como la de Ladeira –que tiene su continuación en la de Vilar-Carreria–, marismas y lagunas, además del mayor complejo dunar de la península. Una zona cambiante por el efecto del viento y las mareas donde están representados todos los ecosistemas del litoral gallego y declarada Zona de Especial de Protección de Aves.

DONA ANA, LAGOS (ALGARVE)

Considerada como una de las más bonitas de Portugal y elegida en ocasiones entre las mejores del mundo, Dona Ana es una playa rodeada de acantilados, de aguas cristalinas de color azul turquesa. A ella se puede llegar andando desde Lagos con lo que, principalmente los fines de semana y los meses de verano, es una playa muy concurrida. Es perfecta para los días de viento por su ubicación es una de las más protegidas de la zona. No hay que perderse las vistas desde lo alto de los acantilados y una espectacular puesta de sol en la arena.

A LANZADA, PONTEVEDRA

Entre los municipios de O Grove y Sanxenxo, A Lanzada es una de las playas más grandes y emblemáticas de Galicia. Ideal para practicar deportes como la vela o el surf frente al mar abierto es una playa conocida por su oleaje. Algo más de dos kilómetros de arenal donde en uno de los extremos se levanta la ermita de A Lanzada de estilo románico tardío donde disfrutar de excelentes vistas. ©  Shutterstock.

RODAS, ISLAS CÍES, PONTEVEDRA

En las Islas Cíes, el de Rodas es un arenal impresionante frente a la ría de Vigo. Un kilómetro de arena fina y blanca y aguas cristalinas de color esmeralda que une las islas de Monteagudo y de Faro. El diario británico The Guardian la escogió en 2007 como la mejor playa del mundo. Además de Rodas, las Cíes también poseen otras ocho playas dignas de admirar, como la de Figueiras –a la que todo el mundo llama la de los alemanes–, Nosa Señora, Bolos, Cantareira, Margaridas, Muxieiro y San Martiño, la más abrupta del parque, una concha abierta, ventosa y entorno virgen a la que solo se accede en barco privado. ©  Shutterstock.

PLAYAS DE COMPORTA (PORTUGAL)

Kilómetros de arena frente al mar harán que el mayor de los problemas sea elegir en cuál de ellos levantar el campamento. A solo una hora de Lisboa y en la costa del Alentejo, la naturaleza aún sigue intacta por aquí –normal si se tiene en cuenta que forma parte del parque natural de la Costa Vicentina–, lo que ha hecho que se convierta en el último paraíso VIP. Ricos y famosos colonizan sus cafés en primera línea de playa, sus hoteles de diseño y las exclusivas villas que se reparten por el litoral. Andrea Casiraghi, Carla Bruni y Nicolas Sarkozy o Kristin Scott-Thomas son solo algunas de las estrellas que iluminan las playas de Comporta en lo que ya se empieza a conocer como los Hamptons portugueses.

ISLA DESIERTA, RÍA FORMOSA (PORTUGAL)

Ubicada en el Parque Natural de Ría Formosa, a Illa Deserta se accede en barco desde el muelle de Porta Nova, en la ciudad de Faro. Once Kilómetros de playa de arena blanca, tranquilidad (allí no vive nadie) y sol en el punto más al sur de Europa.  Buceo, vela, observación de aves en el recorrido en barco por la ría donde habitan más de doscientas especies, son algunas de las opciones a realizar. Llegado el momento de la comida el único restaurante de la isla, L’Estaminé, es perfecto para degustar marisco y pescado fresco y para disfrutar de sus magníficas vistas al parque natural y al océano.

DO GUINCHO, PARQUE NATURAL SINTRA-CASCAIS (PORTUGAL)

Aquí el viento manda y es él quien regala emociones fuertes a surfistas, windsurfistas y demás amantes de los deportes de mar. El paisaje no es para menos, una gran pasarela conecta la playa con un bar de madera con privilegiadas vistas y prodigiosos mojitos. Este horizonte salvaje aún está a salvo de la civilización. En coche, autobús e incluso bicicleta –un carril bici cubre los cinco kilómetros que separan la playa de Cascais– se llega hasta él por una carretera cubierta de arena blanca, un anuncio de lo que espera al llegar. © Shutterstock.