NAJAC
Colgado en lo alto de una cresta rocosa, Najac se extiende a lo largo de una sola y única calle. En una punta, su imponente castillo, que es un claro ejemplo del dominio real después del episodio cátaro; abajo, los meandros del río Aveyron, y rodeándolo, frondosos bosques de color verde que, en otoño, se visten de tonos sorprendentes. Recorriendo a pie la que se transformó en bastida a mediados del siglo XIII, se pueden admirar un gran número de casas antiguas, entre las que destaca la del Gobernador o la del Senecal, pero también la curiosa fuente de los Cónsules con forma de dodecágono, la iglesia de San Juan el Evangelista, de estilo gótico; la puerta fortificada de la Pica, los soportales de la plaza del Barry y el puente de San Blas. © Shutterctock.