DELFOS
A Delfos los griegos lo consideraban el ombligo de la tierra, el lugar más sagrado, la madre de todos los mitos. Todos los caminos de la antigua Grecia llegaban a él, donde ya en el siglo VIII a.C. existía un templo del dios Apolo. Luego se instalaron aquí todos los dioses, se levantó el ónfalos, la piedra donde se encuentra el centro del mundo, y se rindió respeto, durante siglos, a las manifiestaciones de la suma sacerdotisa, la Pitia, por cuya voz, se creía, hablaba el mismísimo Apolo. La visita a Delfos, Patrimonio de la Humanidad, hoy permite admirar el teatro, el estadio antiguo, el templo de Apolo, el auriga que regaló Policelo de Sicilia y, piedra arriba, la cima del monte Parnaso, el más cantado por los poetas.