Cualquier excusa es buena para viajar, sobre todo si la excusa es redonda, amarilla y sabe a amor de madre. En esta lista no están todas las tortillas ricas que son, pero son excelentes todas las que están: desde las famosas de Betanzos, que es la capital de la cosa, hasta las que hacen sobre la hoguera en una aldea remota del Pirineo leridano. ¿Quién se acuerda de las estrellas Michelin cuando tiene en el plato un auténtico sol?