Clásicos, elegantes y con un aura decadente que remite a tiempos pasados. Muchos fueron testigos de romances, algunos escenarios de tertulias bohemias. También en unos se gestaron apasionantes novelas; y en otros, al calor de una taza humeante, se truncó para siempre el curso de la historia. Presentamos los cafés con más solera de Europa, allí donde mojar la magdalena es revivir la ebullición de ideas