Si hoy el viajero llega a Japón por Tokio y Kioto, durante dos mil años la principal puerta de entrada fue la isla de Kyushu, cuna de la civilización japonesa. La capital es Fukuoka, una ciudad moderna que presume de unos restaurantes callejeros muy curiosos: los yatai. Y luego están Beppu, la ciudad de las fumarolas y los onsen, y Nagasaki.