Con el buen tiempo, su encantador casco urbano se enmarca en un perfecto cuadro de prados verdes y cielos luminosos, recortados por las cumbres de los Alpes. A sus coloridas calles, su imponente biblioteca y su rica herencia se suma el aliciente de asomarse a esta zona de la Suiza oriental, entre el lago de Constanza y la región de Appenzeller. ¿Reservas un fin de semana en la agenda?
En San Galo, Suiza, hay que tomar algo en alguno de sus Erststock-Beizli, tabernas tradicionales ubicadas en casas centenarias donde probar una comida rústica con una copa de vino del valle del Rin.
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San-Galo-Suiza
Biblioteca de la abadía de la ciudad suiza de San Galo, una joya que es Patrimonio de la Humanidad.
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Biblioteca de la abadía de la ciudad suiza de San Galo, una joya que es Patrimonio de la Humanidad.
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Interior del Museo Textil que reúne una magnífica colección de los siglos XIV al XX.
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De terrazas por la ciudad suiza de San Galo.
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En bici por la ciudad suiza de San Galo.
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Este edificio de Santiago Calatrava, en la ciudad suiza de San Galo, que da contra la muralla antigua de la ciudad, impresiona con su techo móvil.
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La ciudad suiza de San Galo cuenta con 111 miradores, construidos entre 1650 y 1720. El mirador de los camellos, el de los pelícanos, el de los cisnes..., nombres tan románticos como las panorámicas que desde ellos se contempla.
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Casco antiguo peatonal de la ciudad suiza de San Galo.
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Frank y Patrik Riklin, artistas conceptuales, enamorados de la ciudad suiza de San Galo.