El Coliseo de El Jem, los templos, foros y teatros de las ruinas de Dougga, Sbeitla o Bulla Regia, lo que quedó de la Cartago romana... Túnez es dueña y señora de una generosa porción de la monumentalidad con la que Roma sembró, también, la otra orilla del Mediterráneo.
Una de las visitas obligadas del circuito imperial tunecino son las ruinas de Sbeitla. El foro, las termas, el arco de triunfo de la Tetrarquía, la puerta de Antonino o los tres templos son los restos romanos más importantes.
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El Coliseo de El Jem es el edificio romano más grande de África y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
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De la antigua ciudad de Dougga, en Túnez, quedan restos de sus monumentos más importantes, como el mausoleo líbico-bereber, el capitolio, el teatro y los templos de Saturno y Juno Caelestis.
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Mosaico en el que está representado el triunfo de Venus, en el palacio de Anfítrite, en Bella Regia. Lo más característico y llamativo de esta ciudad romana en Túnez es la peculiar forma de ubicación de las casas, construidas hacia abajo, una verdadera ciudad subterránea.