“Si no te gusta el tiempo —dice el dublinés—, espera cinco minutos”. Cambiante como su meteorología, bulliciosa y joven, Dublín te recibe con un torrente de vitalidad. Hay mil razones para una escapada a la capital irlandesa, desde las casas georgianas a la música en cada esquina, los pubs, la pasión por los libros o el sabor de la cerveza negra.