Por muchas veces que se haya venido a la capital de Escocia nunca deja de impresionar su perfecta imagen de postal. Ese amor a primera vista se renueva de inmediato al contemplar su insólita escenografía urbana marcada por siete colinas y que incluye un precioso castillo, innumerables torres y una sobria arquitectura de piedra, entre parques y jardines de un intenso color verde.