Es cómodo en coche, pero no encontrarás mejor modo de recorrer la costa sur de Portugal que a borde de una embarcación descubriendo su caprichoso perfil rocoso y sus dramáticos acantilados, sus misteriosas cuevas marinas o sus atardeceres, o, por qué no, atracando en una playa solitaria para tomar el sol o bucear. Todo a tu gusto.