El sudario, las astillas y los clavos de la cruz, la corona de espinas, la lanza, el paño de la Verónica, la columna de la flagelación…, son muchos los objetos que evocan los últimos días vividos por Jesús en su pasión. Algunos de ellos llegaron a nuestro país traídos por santos, otros en busca de protección, donados por reyes en la Edad Media o hasta por los templarios y se han convertido en importantes reliquias de la tradición religiosa de nuestro país. Aunque su veracidad, en muchos casos, es motivo de debate, son objeto de gran devoción. Estas son algunas de las más destacadas:
EL SANTO SUDARIO
Dónde: Cámara Santa de la catedral de Oviedo
En la catedral asturiana arranca el Camino Primitivo de Santiago, aquel que tomó Alfonso II el Casto en el siglo IX para visitar la recién descubierta tumba del Apóstol. Está repleta de tesoros para entretenerse una o mil horas, aunque es la Cámara Santa, su gran joya, donde se custodia una de las reliquias más importantes de la cristiandad: el sudario que cubrió el rostro de Jesús tras su crucifixión, un lienzo de lino que, según la tradición, trajo el monarca a España tras visitar Jerusalén para protegerlo de las incursiones musulmanas. En el Arca Santa también se conserva una sandalia que perteneció a san Pedro, discípulo de Jesús.
SANTO CÁLIZ
Dónde: Catedral de Valencia y Museo de la Real Colegiata de San Isidoro de León
Hasta que se abra el nuevo e inmersivo Centro de Interpretación del Santo Cáliz, que tendrá su sede en la Casa del Relojero, el grial que llegó a Valencia en el siglo XV –después de permanecer oculto en diferentes lugares del Pirineo, como el monasterio de San Juan de la Peña, y luego en el palacio de la Aljafería de Zaragoza–, se guarda en una capilla de la catedral. Una taza de ágata veteada, finamente pulida, que los arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50 a.C., a la que en época medieval se añadieron asas y un pie de oro grabado que encierra una copa de alabastro, de arte islámico, y adornada con joyas.
No es en Valencia donde las últimas investigaciones apuntan que está la copa que utilizó Cristo y veneraban los primeros cristianos, sino en León, donde se conserva desde hace más de 1000 años. El cáliz que se guarda en una sala del recién rehabilitado museo de la Real Colegiata de San Isidoro es una pieza excepcional de la orfebrería leonesa, donado por Doña Urraca, primogénita del rey Fernando I el Grande, que lo recibió como regalo diplomático del emir de Denia, cuyos antecesores habían saqueado Jerusalén. Está formado por dos cuencos de ágata (ónix) fechadas en el siglo I d.C., unidos con oro de 24 kilates y decorado con las joyas personales de la reina.
LIGNUM CRUCIS
Dónde: Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria) y Caravaca de la Cruz
Hay fragmentos de la cruz en la que clavaron a Jesús en el monasterio de Poblet, en el de San Lorenzo de El Escorial, en Caravaca de la Cruz…, pero el trozo más grande que se conserva se guarda en la iglesia del monasterio de Santo Toribio de Liébana, meta del Camino Lebaniego y uno de los 5 lugares santos de la cristiandad, junto con Jerusalén, Roma, Santiago y Caravaca. Levantado para venerar los restos de santo Toribio, obispo de Astorga, fue este quien trajo el fragmento desde Jerusalén a España, que hoy se custodia en un relicario en forma de cruz dentro de la capilla del Lignum Crucis.
La astilla del Lignum Crus que contiene la cruz relicario de doble brazo del santuario de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca es el origen de la fuerte tradición religiosa de esta localidad murciana desde la Edad Media. Un castillo-basílica-santuario en lo alto de un cerro amurallado, en torno al cual gira el sentir de esta ciudad. Envuelta en un milagro con intervención angelical, la tradición cuenta que fue traída desde Roma por los templarios.
SANTAS ESPINAS
Dónde: Varias localizaciones
En la catedral de Notre-Dame de París se custodia la corona de espinas de Cristo, aunque, tras el incendio del templo, actualmente no está expuesta. No tiene todas las espinas que debía tener, porque, a lo largo de los siglos, muchas fueron regaladas por el rey Luis IX a iglesias y monasterios de Europa. Al menos una decena llegaron a España y se veneran en el Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca), en la catedral de Barcelona (se expone en Semana Santa), en la capilla de los Condestables de la catedral de Burgos, en las de Valencia y Palma y en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
SANTO ROSTRO
Dónde: Catedral de Jaén
No hay constancia documental, pero a lo largo de los siglos, la tradición popular ha dado por cierto que el Santo Rostro que se conserva en la catedral de Jaén es el paño con que la Verónica enjuagó la faz de Cristo en su camino al calvario. Se expone todos los viernes en la capilla del Sagrario para ser venerado y en dos ocasiones especiales: el Viernes Santo y el día 15 de agosto, en la festividad de la Asunción de la Virgen, cuando se muestra desde los balcones del templo.
CLAVO DE LA CRUZ
Dónde: Catedral de Toledo
El 8 es el símbolo de la eternidad y con esa forma fue diseñada la estancia conocida como El Ochavo de la catedral toledana, situada junto a la capilla del Sagrario, reservada para albergar reliquias, como las que llegaron donadas por el rey de Francia en el siglo XIII. Entre el centenar que alberga se encuentra un clavo de la cruz de Cristo. La sala no está incluida en el recorrido turístico habitual del templo, solo se visita en ocasiones especiales o visitas guiadas específicas.