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Valverde de los Arroyos, Guadalajara, Spain.© Getty Images

RUTAS EN COCHE

El pequeño pueblo de Guadalajara de calles empedradas, rebosante de arquitectura negra y con una cascada

En una esquina de la Sierra Norte, a 130 kilómetros de Madrid, es una preciosa excursión sin aglomeraciones para empaparte de silencio, belleza rústica y autenticidad.


Actualizado 11 de abril de 2025 - 8:39 CEST

De la ruta de los pueblos de arquitectura negra, Valverde de los Arroyos es, sin duda, el que tiene más encanto: un lugar de poco más de 80 vecinos con un armónico conjunto de arquitectura popular que los valverdeños, con notable esfuerzo, han sabido mantener. Los muros de sus casas y tejados son de pizarra negra y tienen ese peculiar tinte dorado que le aporta una cuarcita que refleja los rayos del sol, algunas tienen balconadas de madera con flores o plantas trepadoras que alegran el paseo por las calles empedradas.

Valverde de los Arroyos, Guadalajara © Alamy Stock Photo
La iglesia se sitúa en el mismo centro del pueblo.

La plaza mayor es el corazón del pueblo, por ella se cruza una y otra vez. Allí mismo está el edificio del ayuntamiento y la iglesia parroquial, dedicada a San Ildefonso, con una bóveda mudéjar y sillares negros esquineros, como manda los cánones de la región. Delante, el juego de bolos, y, al fondo, el pico Ocejón, que por estas tierras llaman el “Cervino manchego”, aunque, en realidad, dista mucho de ser una cumbre alpina, porque tiene 2048 metros de altura. Un vigía permanente.

En el edificio que tiempo atrás era la antigua escuela y la casa del maestro se ha instalado un pequeño museo etnográfico con diferentes salas donde se muestran herramientas del campo, de diferentes oficios, del hogar, de la matanza… También hay una sala dedicada a las artes textiles, un rincón de la danza y otro a la miel, que en Guadalajara, tiene buena fama.

Cascada de Despeñalagua, Valverde de los Arroyos, Guadalajara
Un corto paseo lleva hasta la Chorrera de Despeñalagua.

Quien llega hasta Valverde no se pierde la excursión a la Chorrera de Despeñalagua. Una senda casi llana que parte desde el pueblo y acercar a la cascada más alta de las sierras de Guadalajara, donde el arroyo de la Chorrera, afluente del río Sorbe, se precipita por una escarpadura rocosa dando tres saltos consecutivos que suman 80 metros de altura. El arroyo de la Chorrera no es, como algunos dicen, la primera fuente del Sorbe, pero sí la más bella.

ASADOS, CAZA Y GIN-BAR

Después de ver la cascada hay que disfrutar del plato estrella de esta serranía: el cabrito asado, en alguno de los restaurantes del pueblo, como el mesón Los Cantos (tel. 627 65 48 18), cerca de la iglesia, o La Tarihuela, que se ha ganado su popularidad como restaurante y gin-bar. Los hermanos Bermejo llevan el negocio y ofrecen una amplia variedad de carnes: cerdo Ibérico, cordero asado, caza o cortes exóticos de ternera, como el t-bone o el tomahawk. En sus menús también incluyen hortalizas y frutas cultivadas en las huertas de Valverde. Ricas croquetas de venado y migas sirve en la calle de Enmedio el Mesón Despeñalagua (tel. 949 30 74 49).

Campillo de Ranas, Guadalajara© Alamy Stock Photo
Campillo de Ranas.

Campillo de Ranas, Majaelrayo y Umbralejo, recuperado con fines educativos, son los pueblos más auténticos de la ruta de la Arquitectura Negra

LOS OTROS PUEBLOS NEGROS 

Si la escapada dura dos días, terminada la visita a Valverde, tienes que acercarte a ver otros pueblos de la Ruta de la Arquitectura Negra cercanos. Los más auténticos son Majaelrayo, Campillo de Ranas y, el más próximo, Umbralejo, que está solo 9 kilómetros, cuatro después de cruzar el río Sorbe. Abandonado en los años 70, como otros de la sierra de Ayllón, fue elegido una década después para un programa público de recuperación de aldeas abandonadas con fines educativos. Sus casas, pulcramente restauradas, son hoy los dormitorios, los talleres y las aulas donde los escolares aprenden, trabajando en distintas actividades (apicultura, cestería, forja, construcción, reciclaje, jardinería…), la auténtica vida del campo.

Y si eres entusiasta del senderismo, un reto es la ascensión al Pico Ocejón, de 2049 metros. La ruta, que exige entre dos y tres horas, dependiendo de las condiciones y la preparación física, tiene 14 kilómetros ida y vuelta (3 horas de ascensión) y un desnivel de 794 metros. Se inicia en la plaza del pueblo y sigue una senda bien marcada que pasa cerca de las Chorreras de Despeñalagua y asciende por la cuesta de la Penitencia hasta el collado de García Perdices, desde donde se accede a la cima. También se puede acceder desde el pueblo de Majaelrayo, que es un kilómetro más corta, pero con mayor desnivel.

Y SI TE QUEDAS A DORMIR

La Alquería de Valverde (laalqueriadevalverde.es), ofrece alojamientos rurales con encanto ideal para 2 o 4 plazas de aire rústico, para quienes buscan una estancia tranquila y auténtica. Suites rurales en una casa de arquitectura tradicional, en El Nido de Valverde (elnidodevalverde.es), que también es restaurante. Y recomendable también la Posada El Rincón de Valverde (elrincondevalverde.com), un conjunto de cabañas rurales para dos o cuatro plazas.

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