No es la primera vez que la Reina realiza un viaje de cooperación, mostrando su faceta más solidaria. Son ya nueve las ocasiones en la que hemos podido verla cumpliendo con la agenda oficial y luciendo el famoso chaleco rojo de la Agencia Española de Cooperación Internacional, como muestra de su total apoyo a esta institución. Es la chaqueta que lucen el resto de profesionales que trabajan sobre el terreno y que, en muchas ocasiones, lo hacen en destinos muy difíciles y desfavorecidos, algo que la Reina ayuda a poner en valor.
Así pudimos verla en junio de 2024 en Guatemala, o en junio de 2023 en su octavo viaje de cooperación que la llevó a Colombia. Y así la veremos desde hoy lunes por la tarde, en este décimo viaje que la lleva hasta Cabo Verde (y la cuarta que lo hace a África, tras su paso por Senegal, Mauritania y Mozambique), donde permanecerá entre el 24 y el 27 de marzo. Allí, la esposa de Felipe VI podrá conocer el trabajo que la cooperación española desarrolla en las áreas de la igualdad de género, la reducción de las desigualdades y la economía azul, o lo que es lo mismo, el uso sostenible de los recursos marinos en un país donde la inmensa mayoría de la población viven del mar o del turismo.
ASÍ ES CABO VERDE
Para conocer un poco más cómo es este país africano hay que decir que, en realidad, tiene un toque europeo debido a su pasado portugués, e incluso a su similitud con las Islas Canarias, con quien comparte posición geográfica en este pliegue del Atlántico, lo mismo que con Azores y Madeira. Un país que su propia posición le dificulta abastecerse y depender de la ayuda exterior, que recibe fundamentalmente de Portugal y España. Y es, precisamente, esta relación con España la que pondrá en valor la reina Letizia.
Pero Cabo Verde también es un maravilloso universo paisajístico cuajado de escenarios volcánicos, playas deslumbrantes y valle tropicales. Un archipiélago formado por diez islas y cinco islotes, emplazadas frente a las costas de Senegal, y dibujadas a golpe de mestizaje. Un lugar que el turismo va descubriendo, poco a poco, repleto de belleza y paisajes por explorar.
LA ISLA DE SAL
De entre todas las islas de este archipiélago africano, la de Sal, además de contar con el principal aeropuerto internacional, es la isla donde residen las mejores playas. Arenales interminables de aguas cristalinas, algunos de ellos azotados por un viento que, desde octubre hasta abril, propicia la práctica de kitesurf. Este deporte ha alumbrado a Mitu Monteiro como campeón mundial caboverdiano.
Pero no es la única actividad que puede realizarse en esta isla entregada a la aventura. Además de una vertiginosa tirolina en el parque Zipline Serra Negra, también se organizan tours para recorrer en boogie las dunas del desierto y travesías para hacer snorkel entre miles de peces. En Shark Bay incluso se puede ver en la misma orilla a pequeños tiburones cruzándose entre los pies.
Para quien no quiera tanta adrenalina, dos visitas fundamentales: El Olho Azul, una gruta formada por la erosión del mar, en la que los rayos de sol provocan un turquesa casi eléctrico, y las salinas de Pedra de Lume, en las que uno se puede bañar y, como si se tratara del Mar Muerto, flotar sin ningún esfuerzo.
LA ISLAS (VERDES) DE SANTIAGO Y SANTO ANTÃO
Tanto Sal, como Boa Vista, gozan de bonitas playas, pero carecen del verde que lleva el nombre del país. Para ello habrá que saltar a la isla de Santiago, donde descubrir no solo Praia, la capital, sino también Cidade Velha, con su centro histórico de sabor colonial. Esta isla, donde las raíces africanas están más arraigadas, cuenta con regiones agrícolas que también existen en Fogo (especialmente de café), donde se erige el único volcán activo del archipiélago. Aquí no hay que perderse el área de Chã das Caldeiras ni los flujos de lava que llegan al mar en la costa este.
Especialmente frondosa es Santo Antão, donde descansa la exuberante Ribeira da Torre y el famoso valle tropical de Paul, uno de los más bellos de Cabo Verde. Recorrer esta isla es como montar en montaña rusa, sobre todo cuando se aborda la mítica Carretera de Corda, que asciende por curvas sinuosas hasta los 1.300 metros de altura.
CULTURA CABOVERDIANA
Para descubrir la parte más cultural hay que saltar a Sao Vicente, el epicentro de la cultura caboverdiana. Es el lugar donde empaparse de literatura, teatro, danza y hasta el carnaval más célebre de África, de claro regusto brasileño. Y es el lugar donde revivir el recuerdo de Cesarea Évora en Mindelo, su pueblo natal, en cuyos bares y cafés resuena su música eterna.
DATOS PRÁCTICOS PARA VISITAR CABO VERDE
El Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral, situado en la Isla de Sal, es la principal puerta de entrada a Cabo Verde (el resto de los aeropuertos están en Santiago, Boa Vista y Sao Vicente), aunque no existen vuelos directos con España. Para moverse entre las distintas islas se recomiendan los vuelos domésticos, puesto que los desplazamientos en barco son realmente largos y deficientes. Dada la dificultad de las conexiones y la irregularidad en los transportes.
Mejor época para visitar Cabo Verde
Aunque el país goza de un clima agradable durante todo el año, con una temperatura promedio de entre 23 y 30 º C, quienes sufran con el calor han de evitar los meses que van de julio a octubre, cuando el termómetro sube y se producen fuertes aguaceros. Además, son los meses que registran una mayor afluencia de turistas.
¿Dónde dormir en Cabo Verde?
Emplazado en primera línea del Atlántico y rodeado de paisajes tropicales, Hotel Melia Llana Beach Resort & Spa (melia.com/es/) es una opción estupenda en la Isla de Sal. Un hotel Todo Incluido solo para adultos, con sofisticadas habitaciones, una variedad de restaurantes y un spa fabuloso. También en Isla de Sal, junto a la playa de Santa María y a pocos pasos de las principales atracciones, el hotel Hilton Cabo Verde (hilton.com/es/hotels/) ofrece una experiencia fantástica con la mayor piscina de la isla y un animado kids club.