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Plaza del convento y la iglesia do Carmo, Chiado, Lisboa© Alamy Stock Photo

PORTUGAL

El ‘Montmartre’ de Lisboa es el barrio bohemio de Chiado

Cafés, tiendas y varios museos llenan de vida esta zona de la capital entre la Baixa y el barrio Alto. Caminando por sus plazas y calles peatonales entre edificios señoriales encontrarás muchas paradas para detenerte.


5 de marzo de 2025 - 18:36 CET

Si la Baixa es el barrio más céntrico de la capital portuguesa, el más animado durante el día como punto de encuentro de lisboetas y turistas, el de Chiado es el preferido de los artistas y escritores desde siglos atrás. Al Chiado se sube desde la Baixa en el precioso ascensor de Santa Justa, diseñado por un discípulo de Eiffel, aunque ya muchos conocen el secreto de ahorrarse los 6 € que cuesta montar en él y disfrutan de forma gratuita y sin colas de la misma panorámica del horizonte lisboeta. ¿Cómo? El truco está en rodearlo y tomar, a la altura del número 29 de la rua do Carmo, varios tramos de escaleras que conducen a la parte posterior del convento do Carmo y, un poco más arriba, a la pasarela de hierro del elevador. Las vistas desde las alturas resultan magníficas.

Elevador de Santa Justa, Lisboa© Damien VERRIER / Alamy Stock Photo
Elevador de Santa Justa.

En otro tiempo, el Chiado era la zona donde se encontraba la moda de París, la joyería más fina o las porcelanas más caras, ahora son marcas portuguesas de referencia, pequeños comercios centenarios y unas cuantas franquicias las que encontramos en sus calles. Andando por la peatonal rua do Camo hay que estar atento para fijarse en la Luvaria Ulisses (luvariaulisses.com), una tienda minúscula y centenaria que cumple este año un siglo de historia y está especializada en guantes fabricados a mano con materiales de alta calidad como el cuero, la seda o el cachemir. Tras su fachada art decó y su interior clásico se esconde una verdadera joya de la ciudad. 

Un año antes se fundó Joalharia do Carmo (joalhariadocarmo.pt), otro de los comercios con más historia de Lisboa, en el número 87B. En sus primeras décadas acostumbraba a recibir a la élite lisboeta, hoy en este espacio sofisticado decorado con espejos, lámparas de cristal Baccarat, escaleras de caracol y paredes de color verde se enaltece una de las artes de la joyería portuguesa: la filigrana.

Estatua de Fernando Pessoa, Café A Brasileira, Lisboa© Alamy Stock Photo
Estatua de Fernando Pessoa en el Café A Brasileira.
Café A Brasileira, Lisboa© Gacro74 / Alamy Stock Photo
El café con más historia de Chiado y de Lisboa.

EL CAFÉ DE PESSOA

Pero sigamos subiendo para tomar, a la altura de los Amezéns do Chiado (un pequeño centro comercial), la rua Garrett, otra de las más vibrantes de la ciudad y descubrir otros comercios tan auténticos como la archiconocida Livraria Bertrand (Bertrand.pt), considerada la librería más antigua del mundo, según el Libro de los Récords, que fundaron dos franceses en 1732. Emblema de la cultura literaria de Lisboa la encontrarás a mano izquierda, en el número 38, pero no es la única, pues su red de tiendas se extiende por todo el país. En sus estanterías de madera cientos de títulos para no salir de allí en horas.

Livraria Bertrand, de 1732, es la más antigua del mundo.© AGENZIA SINTESI / Alamy Stock Photo
Livraria Bertrand, de 1732, es la más antigua del mundo.

Hay que continuar porque muy cerquita queda A Vida Portuguesa (rua Anchieta, 11), una de las tiendas imprescindibles para comprar todo tipo de caprichos y productos típicos portugueses: pastillas de jabón natural, objetos de decoración, utensilios de cocina, de decoración, juguetes de hojalata... Y muy portugueses también, pero, en este caso, en forma de tentaciones dulces, las que venden en Castro Atelier de Pastéis de Nata (castropasteisdenata.pt), un espacio único donde degustar sus productos mientras se sigue su proceso de fabricación artesanal.

En la calle Garrett, otra de las visitas originales de Lisboa que exigen prestar atención es ver uno de los ascensores más antiguos de Europa y el primero que tuvo una tienda en la ciudad. Está detenido en la última planta del edificio donde se ubica la tienda de Benetton, pero podrás entrar en él y hacerte una foto en esta joya del más puro estilo art Nouveau. Los antiguos Armazens Ramiro Leão lo pusieron a disposición de su elegante clientela en 1888.

Con pasteles tradicionales portugueses se acompaña el café en A Brasileira, el más antiguo y popular de Lisboa. Abierto en 1905, forma parte de la historia de la ciudad, pues hoy, como ayer, es escenario de tertulias intelectuales e inspiración de escritores y artistas. Tan asiduo era el gran Fernando Pessoa a este local que ahí sigue, sentado impasible en su terraza. La estatua en bronce que se instaló con motivo del centenario de su nacimiento en 1988 es una de las más fotografiadas.

Convento del Carmen, Lisboa© Alamy Stock Photo
Ruinas del convento del Carmo.

UNA RUINA DE CONVENTO

Y así, sin darnos cuenta, alcanzamos la encantadora plaza Largo do Carmo, con su fuente barroca del siglo XVIII, el antiguo cuartel de la Guardia Nacional Republicana –clave en la Revolución de los Claveles–, y la iglesia del antiguo convento do Carmo, que en realidad es una ruina, pero una ruina bellísima. Cuando se construyó era el templo gótico más importante e imponente de Lisboa, hasta que el terremoto de 1755 lo tiró abajo. Su esqueleto acoge actualmente un pequeño museo arqueológico con piezas que cuentan la historia de la ciudad desde la Prehistoria a la Edad Media. En uno de sus laterales se ve la puerta decorada con flores de lis que conectaba el convento con la colina opuesta, en la que se levanta el castillo y donde se situaban el palacio real y la catedral.

Otro antiguo convento, en este caso el de São Francisco, acoge otro de los centros de arte del Chiado, el Museo Nacional de Arte Contemporáneo (MNAC), con obras de grandes artistas portugueses, como Almada Negreiros, Amadeo de Souza-Cardoso y Paula Rego, que también, cómo no, se dejaban ver en A Brasileira.

Teatro Sao Carlos, Lisboa© Alamy Stock Photo
Teatro de Saõ Carlos, el único del país dedicado a la ópera.
MNAC (Museo Nacional de Arte Contemporáneo) de Lisboa© Alamy Stock Photo
Esculturas de Jose Simoes de Almeida y de Antonio Soares dos Reis del MNAC.

En un barrio bohemio como es Chiado no pueden faltar escenarios artísticos y el más importante lo encontramos en la rua Serpa Pinto: el Teatro de Saõ Carlos, el único del país dedicado a la ópera. Un edificio de estilo neoclásico inspirado en la Scala de Milán con tres espacios que acogen grandes producciones líricas, conciertos sinfónicos y de cámara o presentaciones más íntimas.

El límite entre el Chiado y el barrio Alto lo marca la plaza Luís de Camões, otro de los puntos de encuentro de los barrios altos de Lisboa, con un gran monumento central dedicado al poeta que le da nombre, un quiosco donde tomarse una ginjinha (licor de cereza típico) y, a solo 5 minutos, el miradouro de Santa Catarina, al que hay que acercarse para quedarse con una de las mejores vistas de la ciudad. El río Tajo, el puente 25 de Abril y el Cristo Rey se dibujan en el horizonte.

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