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Todo empezó con una joven treintañera afincada en Londres con una peculiar visión sobre la vida y el amor. Un relato fresco, divertido, a veces exagerado, sobre los vericuetos de la soltería en la gran ciudad, narrado en una columna del diario británico The Independent por una entonces desconocida Helen Fielding.
© Universal PicturesTal fue el tirón de estas entregas, que las andanzas sentimentales de aquella muchacha llamada Bridget Jones dieron lugar a una serie de libros que pronto se convirtieron en bestsellers. De ahí el salto a la gran pantalla estaba más que cantado: en 2001 llegó la primera película protagonizada por Renée Zellweger de lo que acabaría siendo, más que una exitosa saga, una radiografía emocional de la capital británica.
© Universal PicturesTres filmes (El diario de Bridget Jones, Bridget Jones: Sobreviviré y Bridget Jones's Baby) y más de dos décadas después, vuelve lo que para muchos trasciende los límites de la literatura y el cine para erigirse en todo un icono cultural. Y lo hace con el añadido de ser, probablemente, el punto y final a esta historia. Y de nuevo con el maravilloso marco de la ciudad del Big Ben.
UN NUEVO BARRIO MÁS TRANQUILO
Estrenada hace apenas quince días, Mad about the boy, traducida en castellano como Loca por él, es la nueva aventura de una Bridget Jones que ha dejado de ser aquella chicuela pizpireta que luchaba contra el sobrepeso y las relaciones tóxicas para convertirse en una mujer madura y madre de dos hijos. Una mujer que afronta el duelo por la muerte de su esposo, el interesante Mark Darcy, interpretado por Colin Firth.
© beataaldridge - stock.adobe.comHampstead, emplazado al noroeste de Londres, es el nuevo barrio de la protagonista, a unos 20 minutos del centro. Un rincón agraciado con espacios verdes y casitas bajas, en el que la tranquilidad es la tónica general. Especialmente en Hampstead Heath, uno de los parques más bonitos de la ciudad, que tiene su aparición en la película.
Aquí Bridget no solo vive sus momentos de introspección, sino que también pasea por calles como la de Flask Walk, repleta de típicos pubs, floristerías, boutiques, librerías y locales pintoresos. En uno de ellos, precisamente, le concede el capricho a su hija Mabel de paladear un chocolate caliente.
GESTO HEROICO EN PETERSHAM HOUSE
Superadas ya aquellas inseguridades que daban pie a situaciones hilarantes (aunque también un tanto desgarradoras), nuestro personaje ha alcanzado un nuevo estatus en el que nada le importa el qué dirán. Por eso recurre a aplicaciones de citas y hasta mantiene una aventura con un joven al que lleva considerables años. Se trata de Leo Woodall (a quien conocemos por la serie The White Lotus) en la piel del intrépido Roxter.
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© Alamy Stock PhotoCon él se desarrolla una escena en otro reconocible escenario: Petersham House, una elegante mansión del siglo XVII ubicada en Richmond, que en la vida real es la residencia privada de los dueños de Petersham Nurseries. Es en ella donde tiene lugar la glamourosa fiesta en el jardín y donde el crush de Bridget se lanza a la piscina para salvar la vida de un perro. Todos se quedan extasiados con sus hechuras.
DE LO ROMÁNTICO A LO PROFESIONAL
Borough Market, el templo del delicatessen inglés, es otro set recurrente en las películas de la saga. También en la última. Aquí, en lo que es una gigantesca despensa para quien hace de la compra un arte, Jones se encuentra con Roxter en una de sus citas, como antes ya lo había hecho en Electric House (sohohouse.com/es/houses/electric-house), un restaurante en Portobello Road dotado de cierto aire retro. También a la pareja se la ve pasear por Hackney Canal (más bien conocido como Regent's Canal), donde el cauce se curva a lo largo de Andrews Road bajo la panorámica industrial de las fábricas, los puentes y los almacenes.
© Alamy Stock Photo
© Alamy Stock PhotoMás allá de sus peripecias amorosas (no desvelaremos más para no hacer spoiler), también en lo profesional, Bridget da un vuelco y decide volver a trabajar, tras unos años consagrada a su agotador roll de ama de casa. Nuevos escenarios simulan la productora de televisión en la que, en el anterior filme, había mostrado su destreza. De una parte, los exteriores, tomados en el rompedor edificio Moor House, diseñado por Foster & Partners. De otra, los interiores, filmados en los estudios de la BBC en White City, allí donde, en la realidad, se graba el programa de entrevistas de Graham Norton.
© Alamy Stock PhotoLas escuelas de los niños (con tomas en Yerbury y Christ Church), la zona histórica de Fish Island (que no es una isla, pese al nombre) y el Distrito de los Lagos (donde van todos juntos de excursión) son otros spots de Loca por él, con la que (parece ser) se pone el broche de oro a estas aventuras repletas de amor, humor y autenticidad. Porque puede que parezca frívola, entrañable o hasta grotesca… pero Bridget siempre será Bridget.
