La naturaleza ha sido generosa con esta provincia que es mucho más que su bella capital y tiene razones poderosas para ir más allá. Son los bellísimos espacios naturales por los que discurren todas estas rutas senderistas que descubren a su paso cañones, bosques extraordinarios, miradores, obras de arte escondidas entre la vegetación y hasta cascadas más altas que las del Niágara.
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SIEGA VERDE
A 15 kilómetros de Ciudad Rodrigo, cerca de la frontera con Portugal, el yacimiento de Siega Verde reúne una extraordinaria colección de más de 400 grabados repiqueteados directamente por el hombre paleolítico sobre la roca que le ha valido ser incluida en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad. Un arte obra de hace 20.000 años. Se recorre con visitas guiadas y merecen especialmente la pena las que se organizan algunas noches de luna llena (siegaverde.es).
- Duración: Entre 1,5 y 2 horas
- Inicio: Hinojosa de Duero (cerca de la carretera SA-314, que conecta este municipio con La Fregeneda)
- Dificultad: Fácil
RUTA DE LOS PILONES
Al sur de la provincia de Salamanca, se encuentra la sierra de las Quilamas, un espacio natural de relieve accidentado, que se extiende entre la llanura del Campo Charro y las montañas de las Sierras de Francia, por donde descienden arroyos como el Quilamas o la Palla, convirtiéndolo en un lugar ideal para el senderismo. Los paseos atraviesan bosques de roble melojo, castaños y acebales, y permiten descubrir una rica flora y fauna autóctona. Incluso, según la tradición, se dice que es posible oír los susurros de la reina Quilama, quien vaga por estos parajes custodiando un tesoro escondido en lo más profundo de su cueva, situada frente al pico del Castillo. La Bastida, San Miguel de Valero o San Esteban de la Sierra son algunos de los pueblos que forman parte de este espacio protegido.
- Distancia: 7 kilómetros (ida y vuelta)
- Duración: 2-3 horas
- Inicio: Área Recreativa de los Pilones, en el municipio de El Cabaco
- Dificultad: Moderada