,type=downsize)
Descubrir lugares poco conocidos y nada masificados es una tendencia al alza desde hace años, también en 2025. Y Hungría forma parte de esos destinos emergentes que, más allá de su capital, una de las más visitadas de Europa, empieza a atraer a viajeros porque han empezado a oír de sus paisajes naturales, su tradición termal, su sorprendente patrimonio cultural y, muy importante, porque resulta más asequible que otros destinos de Europa Occidental. Empecemos por descubrir esos lugares recomendados que quedan cercanos a Budapest.
© Alamy Stock PhotoSZENTENDRE
Distancia: 22 kiómetros (30’)
Esta pequeña ciudad de casas bajas y coloridas, de adoquines y atmósfera bohemia es conocida como el pueblo de los artistas. Da gusto pasear por su centro histórico, con calles estrechas que confluyen en su plaza mayor y a la que asoman construcciones barrocas levantadas sobre antiguas ruinas medievales, galerías de arte y varias iglesias ortodoxas. Durante el paseo se puede probar un lángos, el famoso pan frito húngaro, y, por supuesto, visitar algunos de sus museos, como el Ferency, el de la cerámica Margit Kovács o el dedicado al mazapán y la repostería húngara.
© Peter Vrabel / Alamy Stock PhotoESZTERGOM
Distancia: 48 kilómetros (1 hora)
A orillas del Danubio y en la frontera con Eslovaquia, Esztergom fue la primera capital de Hungría y en la colina más alta de la ciudad se alza su gran símbolo, la mayor catedral del país, donde fue coronado Esteban I, llamado el Santo, el primer rey de Hungría. El pequeño barrio de Vizivaros, de calles pequeñas y edificios de estilo barroco, resulta de lo más singular, como también el pequeño canal que llaman el Pequeño Danubio, a cuyas orillas se suceden mansiones y un romántico paseo, y la plaza Szeczeny, rodeada de edificios históricos. Desde la colina del castillo se disfruta de una de las mejores panorámicas del río.
© Alamy Stock PhotoLAGO BALATÓN
Distancia: 130 kilómetros (1 hora y 20’)
Las mejores vistas del lago más grande de Hungría y Europa central se tienen desde Tihany, donde, además de las panorámicas, tampoco hay que perderse la visita a la abadía benedictina fundada en el año 1055 por el rey Andrés, enterrado en la cripta. A su alrededor, playas de arena y hierba en las que darse un chapuzón en verano con aguas a 25 ºC y hacer actividades náuticas y numerosas rutas senderistas para disfrutar al aire libre. En el conocido como mar interior de Hungría, a 100 kilómetros de Budapest, también merece atención Balatonfüred, el balneario más antiguo del país. En la ribera norte lo que seducen son sus pueblos rodeados de viñedos en medio del paisaje montañoso que tiene en el precioso lago termal de Héviz su foto más idílica.
© Alamy Stock PhotoVISEGRÁD
Distancia: 42 kilómetros (45’)
La gran seña de identidad de este pueblo estratégicamente situado a orillas del Danubio se encuentra en lo más alto de la colina, una fortificación levantada en el siglo XIII que hoy es el lugar perfecto para contemplar el impresionante recodo que hace el gran río europeo. Otra buena manera de observar esta curva es haciendo el paseo en barco que, desde Budapest, une Visegrád, Esztergom y Szentendre. Y una más, desde la terraza del palacio de verano del rey Matías I, un lugar que en el Renacimiento se convirtió en un gran centro de las artes, y cuya visita nos permite adivinar cómo era la vida cotidiana de un palacio que fue elegido para proteger las joyas de la corona húngara desde el siglo XIV al XVI.
EL PALACIO DE SISI GÖDÖLLÖ
Distancia: 33 kilómetros (35’)
La antigua residencia de verano de Sisi, quien recibió el palacio de Gödöllö como regalo cuando fue coronada Reina de Hungría en 1867, queda muy cerca de la capital húngara. Una gran construcción barroca, la más grande del país, que se convirtió en su favorita y es comparada con el palacio de Versalles. Además de los bonitos jardines que le rodean, la visita permite conocer algunas de sus estancias, como el dormitorio de la emperatriz, el fumador de su esposo, Francisco José I de Austria, una bonita capilla de estilo rococó y las caballerizas, que ofrece espectáculos ecuestres.
© ShutterstockFÁBRICA DE PORCELANA DE HEREND
Distancia: 130 kilómetros (1 hora y 20’)
La tradición de la fabricación de porcelana en Herend se remonta al año 1826, cuando se fundó esta fábrica que se convirtió en proveedor oficial tanto de la dinastía de los Habsburgo como de muchos aristócratas europeos. De la que es la mayor fábrica del mundo sale su exquisita porcelana dorada pintada a mano, que exporta sus piezas a más de 60 países.
© ShutterstockREGIÓN VINÍCOLA DE ETYEK
Distancia: 30 kilómetros (30’)
Para entusiastas del vino, a solo media hora de la capital húngara, se puede pasar una jornada disfrutando de esta región vinícola conocida como "el viñedo de Budapest", visitando su paisaje y degustando sus exquisitos vinos blancos secos y ligeros durante una comida o una cata en algunas de sus bodegas de la localidad de Etyek.
