Ir al contenido principalIr al cierre de página
Puente y garganta de Holzarte, Larrau, en los Pirineos franceses© Manel Vinuesa - stock.adobe.com

3 rutas por pasarelas y barrancos de los Pirineos franceses que no te querrás perder

Muy cerca de la frontera con España, estas espectaculares rutas discurren entre ríos y gargantas salvajes. Son un elogio a la naturaleza, caminatas perfectas para hacer con amigos o en familia


8 de febrero de 2025 - 8:00 CET

Puentes colgantes, pasarelas y mucha aventura nos esperan entre los majestuosos paisajes del Pirineo. Esta vez nos aventuramos por el sur de Francia, a pocos kilómetros de España, siguiendo a impetuosos y caudalosos ríos, desfiladeros que superan los 100 metros de altura excavados a lo largo de millones de años y frondosos bosques.

Y no te pierdas:  La cascada de Gavarnie, la ruta más bonita del Pirineo francés

Puente y garganta de Holzarte, Larrau, en los Pirineos franceses© Alamy Stock Photo

La pasarela de Holtzarte y el barranco de Olhadubi

Entre abruptas montañas y una densa vegetación, el de Olhadubi es, posiblemente, uno de los barrancos más impresionantes de los Pirineos Occidentales y lo hace más especial aún la llamada pasarela de Holtzarte que lo atraviesa permitiendo caminar a 150 metros del suelo, con el abismo a nuestros pies.

En el municipio francés de Larrau, a una hora de la frontera con España por la parte navarra, la caminata hasta el puente de Holtzarte es perfecta para amantes del senderismo en busca de próximas aventuras para la primavera y, además, es apta para todos los niveles.

Garganta de Holzarte, en los Pirineos franceses© SONIA - stock.adobe.com

El inicio se hace en el albergue de Logibar, donde se puede dejar el coche y seguir el sendero señalizado. Desde este punto habrá que caminar poco menos de una hora hasta llegar a la pasarela. Bordeando el río Olhadoko Erreka el camino atraviesa bosques, puentes, cascadas… siempre en ascenso y por un paisaje de gran belleza. La sorpresa llega con la pasarela de 77 metros de largo, que permite cruzar al otro lado del cañón a quienes no sientan vértigo, porque lo harán con el vacío a los pies. Las vistas son algo único. Desde ahí podrá darse la vuelta desandando lo andado o, mejor aún, continuar el camino en dirección a la cascada de Pitxa por un camino que va bordeando el desfiladero.

Garganta de Kakueta en los Pirineos franceses© Tolo - stock.adobe.com

Gargantas de Kakuetta

Muy cerca de la anterior (para quienes se hayan quedado con ganas de más) se encuentra esta espectacular garganta de Kakuetta (gargantasdekakueta.com), en la localidad francesa de Sainte Engrace. Para llegar hasta ella desde Navarra, puede hacerse bien por Ochagavia (subiendo el puerto de Larrau, en la frontera de Francia y España) o desde Isaba (por el puerto de Belagua).

Garganta de Kakueta en los Pirineos franceses© Tolo - stock.adobe.com

De nuevo podremos emprender una sencilla ruta por naturaleza donde dejarse sorprender por el paisaje, con cañones de más de 200 metros de alto e imponentes cascadas por el desfiladero del río Olhadoko Erreka. Partiendo de la localidad de Sainte Engrace en, aproximadamente, hora y media de caminata atravesaremos puentes, túneles, y varias pasarelas, por una de las gargantas consideradas entre las más bellas de Europa. Os sorprenderá la famosa cascada de Kakuetta, con 20 metros de alto, y la grotte du Lac, una cueva que encontraréis al final de recorrido.

Garganta de Carança, en los Pirineos franceses© Thierry - stock.adobe.com

Gargantas de Carança

Esta vez nos desplazamos al Pirineo Oriental para conocer las gorges de Carança, cerca de la localidad de Thuès-Entre-Vall, a una hora de la Cerdaña y poco menos de una hora de la frontera con Cataluña.

Puente en suspensión en la garganta de Carança, en los Pirineos franceses© Cavan Images - stock.adobe.com

El punto de la salida de la ruta por esta espectacular garganta de altas paredes rocosas, formada por las aguas del río Carança, parte del aparcamiento a las afueras de Thuès-Entre-Vall. El sendero recorre pasarelas, puentes colgantes y se camina por la cornisa rocosa: un vertiginoso camino que se construyó en 1943 para llegar a la central hidroeléctrica. Pese a que el camino es algo más complicado que los dos anteriores y no apto para quienes sufren de vértigo, está perfectamente señalizado, lo realizan numerosos senderistas y el recorrido abruma con tanta belleza.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.