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Castillo de Berlanga de Duero, elegido en 2025 como uno de los pueblos más bonitos de España© Alamy Stock Photo

SORIA

10 planes imprescindibles en Berlanga de Duero, uno de los pueblos más sorprendentes de España

Los lagartos de Fray Tomás –los dulces y el disecado– descolocan a quien visita esta bella población del suroeste de Soria que acaba de ser incluida entre Los Pueblos más Bonitos de España. Pero, para sorprendente, la fauna pictórica de la ermita de San Baudelio: un ibis, un dromedario, un elefante blanco…


6 de febrero de 2025 - 14:13 CET

Berlanga de Duero acaba de ser incluido en la asociación de Los Pueblos más Bonitos de España, un selecto club del que solo forman parte 123 de los más de 8.000 municipios que hay en nuestro país. Y si hubiera una asociación de los pueblos más apartados, también formaría parte, porque está en el suroeste de Soria, lejos de cualquier ciudad y de cualquier vía de comunicación importantes, por donde no pasa apenas nadie y donde se diría que no ha pasado nunca nada memorable. Craso error. Por Berlanga, cuando el Duero era la frontera entre moros y cristianos, pasaron unos y otros cien veces. En 1002 pasó Almanzor herido de muerte, camino de Medinaceli, donde se supone que está enterrado. Y en 1082 pasó el Cid camino del destierro, un recorrido que hoy se puede hacer siguiendo en coche, a bici o a pie las señales y las instrucciones que se dan en caminodelcid.org. Es una buena forma de empezar nuestro viaje y el primer plan imprescindible en Berlanga de Duero.

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Plaza de El Burgo de Osma, uno de los pueblos más bonitos de Soria© leonardo2011 - stock.adobe.com

Acercarse a Berlanga de Duero siguiendo el Camino del Destierro

No se trata de hacer todo el Camino del Destierro, porque tiene 356 kilómetros, y menos en bici o a pie, porque nos llevaría medio mes. El plan es hacer solo un trocito y en coche, acercándose a Berlanga desde El Burgo de Osma, otro de los pueblos más bonitos de España. Desde El Burgo hay que bajar por La Rasa a Navapalos, doblar hacia Vildé y Recuerda, cruzar el Duero al pie de la inmensa fortaleza califal de Gormaz y seguir por Quintanas de Gormaz y Aguilera hasta Berlanga. Aquí se entra por la puerta de Aguilera, que es preciosa, con arco ojival del siglo XIV y almenas del XVI.

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Castillo de Berlanga de Duero, elegido en 2025 como uno de los pueblos más bonitos de España© Alamy Stock Photo

Subir a lo más alto del castillo

Una muralla larguísima rodea el cerro sobre el que se alza el castillo de Berlanga. Aunque de origen islámico, fue reconquistado por los castellanos en 1059 y reconstruido en su mayor parte durante los siglos XV y XVI. Desde la Torre del Homenaje se ve divinamente la población y, desde un mirador con forma de trampolín que hay en el patio, el barranco del Escalote, afluente del Duero que sirve de foso a la fortaleza. El agua de Escalote se subía con una noria y un acueducto para regar los espléndidos jardines del palacio de los Marqueses de Berlanga, que llegaban hasta el castillo.

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Berlanga de Duero, Soria, elegido en 2025 como uno de los pueblos más bonitos de España© Alamy Stock Photo

Visitar el palacio renacentista de los señores de Berlanga

Del acueducto apenas queda nada y del palacio construido por los señores de Berlanga en el siglo XVI, tampoco mucho, porque se quemó en 1811, durante la guerra de Independencia. Pero a juzgar por la monumental fachada que aún mira a la plaza de Nuestra Señora del Mercado –de piedra de sillería, con tres plantas y una galería alta en el último piso, reflejo del estilo renacentista de las villas ducales del siglo XVI–debió de ser magnífico. En la única torre que queda en pie, la que alberga la oficina de turismo, se puede disfrutar de una reconstrucción virtual inmersiva que permite explorar sus salones y dormitorios, su patio de columnas dóricas y sus jardines aterrazados en forma de anfiteatro, que trepaban por la ladera del cerro hasta la altura del castillo.

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Berlanga de Duero, Soria, elegido en 2025 como uno de los pueblos más bonitos de España y escultura de Fray Tomas de Berlanga© Alamy Stock Photo

Saludar a fray Tomás y a su caimán

Justo delante del palacio –o de lo que queda de él–, en la plaza de Nuestra Señora del Mercado, hay una estatua de Fray Tomás de Berlanga, que fue obispo de Panamá de 1531 a 1545 y que descubrió y bautizó las islas Galápagos, de ahí la gran tortuga que tiene a sus pies. También tiene un caimán, pero es una birria comparado con el ejemplar de cuatro metros que puede verse disecado según se entra en la colegiata de Santa María del Mercado, que el dominico se trajo vivo de América al concluir su misión y con el que anduvo varios meses por Berlanga hasta que el frío soriano le heló la sangre. Dicen que se comía a los muertos del cementerio y a las mocitas vivas. Leyendas.

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Pinturas al fresco en los muros de la ermita de San Baudelio de Berlanga, Soria© Alamy Stock Photo

Un aperitivo artístico en el Centro San Baudelio

Muy cerca de la estatua de Fray Tomás, en el antiguo matadero, está el Centro San Baudelio, una visita imprescindible antes de hincarle el diente al plato fuerte de la jornada: la ermita mozárabe del mismo nombre, que es la joya artística número uno de la comarca. Paneles informativos, maquetas y un audiovisual cuentan maravillas de la Capilla Sixtina del Mozárabe, que fue construida a finales del siglo XI a nueve kilómetros de Berlanga y que estaba decorada con pinturas inauditas: un elefante blanco, un dromedario, un ibis, un halconero, un guerrero moro… Que estaba, porque hace un siglo justo las pinturas fueron arrancadas de sus muros y acabaron en varios museos estadounidenses, en uno de los expolios artísticos más brutales de la historia de España.

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Magníficas pinturas y pilar del interior de la iglesia de San Baudelio de Berlanga, Soria© Andrés Campos

Encontrar una palmera y un elefante en el páramo soriano

A diez minutos en coche, junto a la aldea de Casillas de Berlanga, se halla la ermita mozárabe de San Baudelio, que por fuera parece poca cosa, quizá un tinado de ovejas, pero por dentro es como un oasis andalusí en el riguroso páramo soriano. Una robusta columna central en forma de palmera lo sostiene todo con ocho arcos como ocho ramas. A la sombra de la palmera hay una mezquitilla, un bosquete de 20 columnas y 30 arcos de herradura. Y por doquier, las improntas de las pinturas que arrancaron hace un siglo. Por suerte, las huellas son bastante nítidas y permiten hacerse la ilusión de estar en San Baudelio hace mil años, cuando algunos monjes vivían en la cueva que hay debajo y arriba un genio misterioso pintaba un elefante blanco con un castillo a cuestas.

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Caltojar, pueblo de Soria donde se encuentran réplicas en murales de obras de grandes artistas como Picasso© Alamy Stock Photo

Admirar los ‘Picassos’ de Caltojar

Cuatro kilómetros más adelante, se descubre Caltojar, un pueblo que tiene una bonita iglesia románica, como muchos otros en esta comarca. Lo que tiene Caltojar y nadie más en 150 kilómetros a la redonda es una fabulosa colección de Picassos. Paseando por sus calles, se ven Las señoritas de Avignon, el Guernica y otros 60 cuadros de Picasso que fueron pintados en las paredes por los niños del pueblo en 1981 para celebrar el centenario del nacimiento del genio y restaurados por los mismos chavales, ya cuarentones, en 2014. Demasiado genio y demasiado arte para una España tan vacía…

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Bordecorex, pueblo de la provincia de Soria© Alamy Stock Photo

Bordecorex, donde murió Almanzor

Caltojar tiene también una pedanía de nombre extraño, que parece sacado de un cómic de Astérix: Bordecorex. Aquí fue donde murió Almanzor poco después de ser malherido en Calatañazor y de haber pasado por Berlanga de Duero en una litera cubierta por un baldaquino con cortinas, para que nadie viera lo pachucho que estaba El Victorioso por Alá. Desde Bordecorex, sus generales lo llevaron a hombros hasta Medinaceli, donde fue enterrado con el polvo que, según es fama, se hacía sacudir de la ropa cada vez que ganaba una batalla. Camino de Bordecorex hay dos atalayas islámicas, la de La Veruela y la de Ojaraca. Y en el pueblo, para variar, una bella iglesia románica.

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Rello, un pequeño pueblo medieval de Soria de gran belleza© Evan Frank - stock.adobe.com

Contemplar Rello desde el mirador de Las Angustias

Otro pueblo extraordinario de la comarca de Tierras de Berlanga es Rello, que está encastillado sobre un peñasco calizo en una hoz del río Escalote. Dentro del conjunto amurallado hay un rollo de justicia singular: una bombarda del siglo XVI, que es la única picota metálica de España. Y fuera, junto a la ermita de las Angustias, un mirador desde el que no se puede ver más hermosa la población, con sus casas colgadas al borde del precipicio y la torre albarrana del Agua a sus pies. El mirador también es buen lugar para comer de pícnic, con mesas de madera y una cercana fuente-lavadero. El chorizo blanco, el salchichón, los hornazos, los gañotes, las perrunillas y las rosquillas son cosas ricas de Berlanga que hay que traer aquí en una cesta o en una mochila.

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Plaza de Berlanga de Duero, Soria, elegido en 2025 como uno de los pueblos más bonitos de España© Jose Antonio - stock.adobe.com

Zamparse un Lagarto dulce en la Plaza Mayor

Si somos más de manteles y de camareros que de merenderos, reservaremos mesa en Casa Vallecas (tel. 975 34 31 36), en Berlanga de Duero, que es uno de los mejores restaurantes de Soria, de cocina castellana actualizada. Comeremos setas, trufa negra, carne de caza y, de postre, nada por ahora. De postre, nos daremos un paseo por los soportales de la Plaza Mayor y, a las 17.00, en cuanto abran la confitería El Torero, nos zamparemos los dulces Lagartos de Fray Tomás que allí elaboran con mantequilla de Soria, vainilla cristalizada, huevos, harina y azúcar. Miden solo 17 centímetros, pero si te enganchan, tienen más fuerza que un caimán de cuatro metros. Son adictivos.

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