Las más conocidas de las pasarelas portuguesas son las del Paiva, a una hora de Oporto e inmersas en el Geoparque de Arouca, todo un referente del senderismo en el país, pues han sido elegidas durante años la mejor atracción turística de aventura en los World Travel Awards (los Óscar del Turismo). En este mismo entorno está el puente colgante peatonal más largo del mundo, que salva las aguas del río Paiva a lo largo de más de 1 kilómetro.
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Rivalizando con ellas, las de Mondego, en el corazón del montañoso Geoparque da Estrela. Una ruta lineal de 11,5 kilómetros que se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los amantes de la naturaleza y el senderismo. La sucesión de pasarelas de madera transcurre en paralelo al curso del río Mondego y dos de sus afluentes, el Ribeiro do Barrocal y el río Caldeirão. Y a lo largo del camino por un paisaje de berrocal granítico, atraviesa gargantas, pequeñas cascadas, marmitas de gigante, bosques de robles, pinos y castaños y vegetación de ribera.
PORTUGAL DE NORTE A SUR
Al norte, enclavadas en el Parque Nacional Peneda-Gêres están las pasarelas de madera de Sistelo, ese pequeño Tíbet portugués elegido una de las 7 Maravillas de Portugal. Un total de 2 kilómetros de recorrido tiene la ruta circular que acompaña el curso del río Vez y sorprende en el camino con una pequeña cascada.
En pleno centro de Portugal, a 40 kilómetros de Coimbra, están las de Fragas de São Simão, que conectan la aldea de pizarra de Casal de São Simão con el imponente mirador de São Simão, pasando por la preciosa playa fluvial del mismo nombre. Y en el municipio de Vila de Rei, las que unen la playa de Penedo Furado y la cascada del mismo nombre, 700 metros de pasarelas de madera que acercan a un entorno natural perfecto.
Y en el Alentejo, las pasarelas de Alamal, visitables desde la playa fluvial o el puente de Belver, en el municipio de Gavião, que invitan a un paseo tranquilo a orillas del río Tajo entre laderas de granito donde crecen alcornoques y alisios.
Si nos vamos al Algarve, el antiguo y bonito pueblo de pescadores de Carvoeiro tiene sus pasarelas que bordean los acantilados y acercan al monumento natural de las cuevas de Algar Seco, esculpido por el viento y el agua, mientras se disfruta de unas impresionantes vistas del Atlántico. Otras con el telón de fondo de las playas son las pasarelas del Alvor, que conectan la playa de Três Irmãos con la ría de Alvor y son un mirador excepcional de las numerosas especies de aves que se concentran en este lugar, desde garzas reales a flamencos.
POR LA SIERRA DE MONCHIQUE
Las últimas en sumarse a la lista son los passadiços do Barranco do Demo, en la pintoresca aldea de Alferce del concejo de Monchique. En torno a 1 kilómetro de camino de madera por un desfiladero que permite apreciar la belleza natural de la sierra de Monchique.
El trazado resulta cómodo, con algunos tramos llanos y otros con escaleras, que pueden resultar desafiantes para personas con miedo a las alturas. El punto donde se siente más emoción se alcanza en el puente colgante que atraviesa el desfiladero, situado a unos 50 metros sobre el fondo del barranco, desde el que se tienen unas impresionantes vistas del paisaje circundante.
Si se quieren abordar más allá de los 2 kilómetros de ida y vuelta de las pasarelas de madera, se puede continuar la ruta por el sendero de 6,5 kilómetros que conecta la aldea de Alferce con el castillo de Alferce, una antigua fortificación del periodo islámico, entre los siglos IX y X, de la que solo quedan ruinas, pero un lugar fascinante para disfrutar de la historia, la arqueología y, sobre todo, de las vistas de las suaves montañas de la sierra y la albufera de la ribeira de Odelouca desde su privilegiada ubicación: la cima de una colina.
CÓMO LLEGAR A LAS PASARELAS DEL BARRANCO DO DEMO
La aldea de Alferce es el punto de partida del recorrido por las pasarelas. El coche hay que dejarlo aparcado cerca del cementerio o de la iglesia y luego seguir las indicaciones que llevan hasta el inicio del paseo. No tiene pérdida.
TODO LO QUE TIENES QUE SABER
La entrada a las pasarelas es de acceso gratuito y están abiertas al público durante todo el año, lo que permite disfrutar de su belleza en cualquier estación, aunque la primavera y otoño son las estaciones más recomendables para hacer senderismo por la sierra de Monchique. Para caminar por ellas, no hay que olvidar llevar calzado cómodo, agua y protección solar, especialmente durante los meses más cálidos.
OTROS LUGARES QUE VER EN MONCHIQUE
Próxima a la costa, rodeado de montañas y a una hora del aeropuerto de Faro, el pueblo que da nombre a la sierra es un destino del interior del Algarve al que muchos llegan por el boca a boca desde las playas y al llegar quedan enganchados por la naturaleza que lo envuelve. Entre su naturaleza se disfruta de las pasarelas, pero también de vistas envidiables, como las del Pico da Fóia, el punto más alto de la región (902 metros), que llegan hasta el mar, o de la cascada de Barbelote.
Monchique tiene también un balneario histórico conocido desde época romana por sus fuentes de aguas sulfurosas, hoy una moderna villa termal (monchiquetermalresort.com) y un paseo agradable que pasa por su iglesia del siglo XVI, con un precioso portal decorado y un impresionante artesanado, las ruinas del convento franciscano de Nossa Senhora do Desterro y un mercado que abre por las mañanas donde comprar los productos típicos, sobre todo el licor de medronho, los embutidos o el dulce que llaman bolo de tacho y llegar hasta el Parque da Mina, con un molino de agua restaurado y un museo etnográfico donde se muestra la vida rural.