Con el rito de apertura de la Puerta del Perdón de la basílica de San Pedro por el papa Francisco el 24 de diciembre pasado se inauguraba oficialmente el Jubileo 2025. Un Año Santo convocado por la Iglesia Católica, que representa un período de renovación espiritual y reconciliación –se repite cada 25 años– y atraerá al Vaticano y a la capital italiana a millones de peregrinos y visitantes de todo el planeta.
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Doce meses para participar en decenas de actividades religiosas y culturales – celebraciones, peregrinaciones, audiencias, encuentros con el papa, exposiciones, conferencias, conciertos... de las que podrás informarte en iubilaeum2025.va o, al llegar, en el Área Oficial de San Pedro, un espacio situado en la Via della Conciliazione, donde un equipo multilingüe de guías y dispositivos electrónicos ofrecen en detalle itinerarios y lugares de interés a peregrinos y turistas. Otra forma de saber lo que está pasando será a través de la app Iubilaeum25, con el calendario de eventos y noticias, y la guía virtual Julia, creada por el Ayuntamiento de Roma con IA.
El país más pequeño del mundo, y el único designado en su totalidad como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco es el epicentro de la celebración, con una superficie de apenas 0,44 kilómetros cuadrados y una población de poco más de 450 personas, que se prepara para un acontecimiento único. ¿Cómo abordarlo? Tres visitas en él dan para pasarse horas y horas: su magnífica plaza, la basílica de San Pedro, sede de la Iglesia católica, y los Museos Vaticanos.
LA PLAZA DE SAN PEDRO
Es el gran escenario de la ciudad papal. Tan impresionante por sus dimensiones y la basílica que la preside, como por la columnata que la abraza, un pórtico de cuatro filas, con 284 columnas y 88 pilastras sobre las que descansan estatuas de santos realizadas por los discípulos de Bernini. Presta atención al balcón central del templo, desde donde el papa da el mensaje de Urbi et Orbi el día de Navidad y el Domingo de Pascua y otorga una bendición especial.
En el centro de la plaza se levanta un obelisco de granito rojo de 25 metros de altura que procede de Egipto, de la ciudad de Heliópolis. Se cree que fue Calígula quien lo llevó a Roma y colocado en el circo de Neón. Antes de tener la cruz que lo remata, había una bola dorada que, según la leyenda, contenía las cenizas de San Pedro o de Julio César.
LA BASÍLICA DE SAN PEDRO
El edificio religioso más importante del mundo católico no solo es la iglesia más grande del mundo –tiene nada menos que 193 metros de largo y casi 45 metros de altura– también es uno de los monumentos de la Unesco que más turistas reciben en todo el mundo, junto a la Gran Muralla China, la torre Eiffel, el Coliseo de Roma…
Resulta difícil enumerar los tesoros que posee, pero tres de las que hay que dedicarle más tiempo son el baldaquino de Bernini, La Piedad de Miguel Ángel y la estatua de San Pedro en su trono.
La entrada al templo es gratuita, aunque normalmente hay que guardar una larga cola, pero si quieres subir a la cúpula para disfrutar de vistas panorámicas, hay dos opciones: a pie, salvando 551 escalones (8 €) o en un ascensor, que sube 231 escalones y el resto a pie (10 €). Las entradas se compran en taquilla. Se recomienda llevar calzado cómo y tener en cuenta que el espacio es reducido y puede se desafiante para personas con claustrofobia o movilidad limitada. El acceso se abre a las 8 de la mañana.
LA AUDIENCIA PAPAL
Los domingos y días festivos del calendario litúrgico, a las 12 de la mañana, todas las miradas se dirigen hasta el balcón del estudio del Palacio Apostólico, donde Su Santidad se asoma para recitar la oración del Ángelus y bendecir a los fieles.
LA CAPILLA SIXTINA
Es la gran atracción de los Museos Vaticanos y su visita no solo es una experiencia visual, es también una oportunidad para reflexionar sobre la historia y la espiritualidad que envuelven este espacio. Un lugar de culto activo donde se celebra el Cónclave en el que se elige a un nuevo papa y que tiene un protagonista indiscutible: Miguel Ángel, cuyas obras maestras cubren el techo de la capilla –decorado con escenas centrales del Libro del Génesis– y la pared del altar –el Juicio Final. En las paredes laterales verás obras de otros artistas renacentistas de renombre: Perugino, Botticelli y Ghirlandaio.
LOS MUSEOS VATICANOS
Solo saber que albergan la mayor colección de obras de arte del mundo ya abruma. Como es imposible abordarlo no en un día, ¡ni en un mes!, tienes que seleccionar. Las 5 obras que no debes perderte son:
- El conjunto escultórico del Laocoonte y sus hijos, el Torso Belvedere y el Apolo Belvedere, las tres en el Museo Pío-Clementino
- El icónico fresco La Escuela de Atenas, en las Estancias de Rafael, que muestra a los grandes filósofos y pensadores de la Antigüedad
- La Transfiguración, obra de Rafael, en la Pinacoteca Vaticana, junto a otras obras de Da Vinci y Caravaggio
- Una colección de mapas de Italia del siglo XVI en la Galería de los Mapas
- El milagro de la Resurrección, en la Galería de los Tapices
- Y el sarcófago de Meneptah y el de los Esposos, en el Museo Egipcio y Etrusco
Los Museos Vaticanos abren de lunes a sábado de 8:00 a 20:00 y el último domingo de mes por la mañana (gratuita). Las entradas se reservan en la página oficial: museivaticani.va o páginas de confianza para evitar las largas filas. El precio varía de 17 a 25 €; 30 € (con audioguía y combinada con los jardines del Vaticano, 40 €.
EL CAMBIO DE LA GUARDIA
La Guardia Suiza Pontificia es la encargada de proteger al papa ¡desde el siglo XVI! Es el cuerpo militar más pequeño del mundo, con alrededor de 140 miembros, y fue el papa Julio II quien solicitó en 1506 el envío de soldados de Lucerna y Zúrich para su protección, porque tenían fama de valerosos guerreros. Quinientos años siguen ahí, fácilmente reconocibles por su colorido uniforme.
Aunque no existe una ceremonia formal de cambio de guardia en la plaza de San Pedro similar a las de otros lugares, como el Palacio Real de Madrid, es posible observar a los guardias suizos en sus puestos y durante sus relevos rutinarios. Están apostados en las entradas principales del Vaticano, incluyendo la del Palacio Apostólico, y otros puntos estratégicos de la plaza de San Pedro.
SI MADRUGAS…
… podrás ver muy temprano cada mañana al clavigero, encargado de abrir cada mañana las puertas, portones y ventanas del Vaticano –más de 300– para los cerca de 30.000 turistas que lo visitan diariamente (este año estará por ver). El jefe de los llaveros recorre en cada jornada 15 kilómetros y lleva en sus manos ¡3000 llaves!
EL CAJERO DEL BANCO DEL VATICANO
Esta ciudad-estado no forma parte de la Unión Europea, pero su moneda es el euro. Hasta la llegada de este, el minúsculo país emitía liras vaticanas, cuyo valor estaba ligado al de la antigua lira italiana. Te resultará curioso que el cajero automático del Banco del Vaticano ofrezca instrucciones en latín, pues esta es la lengua oficial, aunque para entenderse se use el italiano.
EL TREN DEL VATICANO
El país es el más pequeño del mundo tiene el ferrocarril más corto del planeta. Solo cuenta con dos vías de 300 metros y una estación: Citta Vaticano. Se construyeron durante el pontificado del Papa Pío XI, pero solo se utiliza para transporte de mercancías.
LA RADIO VATICANA
Si sintonizas la radio internacional de la Santa Sede, que funciona desde 1931, te enterarás de todas las actividades y los mensajes del papa y de la Iglesia católica que emiten a todo el mundo, lo hace en ¡30 idiomas distintos!
CÓMPRATE EL CALENDARIO VATICANO
El calendario más vendido de Italia es el que tiene como protagonistas a los curas más guapos del Vaticano. Se vende a unos 10 € en los quioscos, tiendas de souvenirs de Roma y por Internet. Desde que salió por primera vez en 2004 supone un ingreso más en las arcas de la Santa Sede. Se imprimen unas 75.000 copias al año.