Fuerteventura es, sin duda, uno de los paraísos españoles por excelencia, sobre todo para los amantes del surf, windsurf y kitesurf. Sin embargo, pocos saben que es la isla más antigua del archipiélago canario con más de 22 millones de años de antigüedad y, también, la menos poblada. Sus playas infinitas de agua cristalina, sus paisajes volcánicos, sus encantadores pueblos y la calidez del clima y de su gente, la hacen un destino perfecto durante todos los meses del año. Si tienes poco tiempo, pero te apetece descubrir Fuerteventura, te damos las claves de una ruta inolvidable de dos días para volver impregnado del encanto local.
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Día 1 en Fuerteventura: mañana
Comenzamos nuestra ruta por una de las Reservas de la Biosfera de las Islas Canarias. Hay poco tiempo y mucho que descubrir, pero también que saborear. La agenda está repleta, así que la mejor manera de comenzar es probando un almuerzo típico para coger fuerzas. Paramos en el restaurante El Majorero (carretera Agua de Bueyes ), donde elegimos varios platos tradicionales como las papas arrugadas, una exquisita selección de quesos locales, estofado de carne de cabra y, como postre, el tradicional polvo majorero.
Ayudados por un guía local, nos dirigimos al corazón de la isla para conocer algunos de los paisajes más característicos. Llegamos a la localidad de Betancuria, un encantador pueblo fundado por Jean Betencourt en el siglo XV y que llegó a ser la primera capital de Fuerteventura. Paseamos por todas sus calles, haciendo parada obligatoria en la iglesia de Santa María, que adquirió el título de catedral entre 1424 y 1431. Recorremos el casco histórico que preserva, como pocos lugares, la típica arquitectura canaria con grandes y vistosos balcones de madera, que aúnan el estilo andaluz y portugués del sur. Otro de los puntos de interés, es el mirador de Guise y Ayose, los dos reyes aborígenes durante la conquista de la isla en el siglo XV, representados en dos esculturas de bronce de 4 metros de altura. Un lugar estratégico para disfrutar de las impresionantes vistas naturales del Parque Rural de Betancuria, con sus juegos de colores marrones bañados por el azul del cielo.
Día 1: tarde
La siguiente parada, muy recomendable, es la pequeña ermita de Nuestra Señora de la Peña, que esconde una gran belleza en su interior. La iglesia es una edificación del siglo XVIII llevada a cabo por los propios vecinos que decidieron levantar un nuevo templo en honor a su patrona y, a pesar de la sencillez de su arquitectura, el retablo que preside la edificación te deja, literalmente, sin palabras. Un gran e inesperado tesoro escondido entre cuatro paredes.
Se aproxima el atardecer y, como broche final a una cortita, pero increíble ruta, visitamos la playa de Ajuy, ubicada en la costa oeste de la isla. Una kilométrica playa de arena negra y brillante que contrasta con las coquetas casas de pescadores que se asientan junto a la orilla. Ajuy forma parte de un espacio natural protegido en el que se encuentran unas espectaculares cuevas volcánicas que se pueden visitar por el día.
Esta noche nos alojamos en el Iberostar Waves Gaviotas Park (iberostar.com), un resort todo incluido ubicado en primera línea de playa, en el entorno del parque natural de Jandia. Para despedir el día, degustamos una selección de productos locales en el restaurante Maday, que se encuentra en el propio alojamiento y cuyo nombre procede de la lengua guanche, hablada por los primeros pobladores de las Islas Canarias, y que significa 'amor profundo'. Entre sus propuestas, destacan los típicos mojos hasta el marisco más tradicional del Atlántico, entremezclados con otros sabores internacionales.
Día 2 en Fuerteventura: mañana
Aprovechamos la mañana para poder descansar e, incluso, darnos un pequeño capricho antes de seguir conociendo la isla. Nuestro primer plan es desayunar en la terraza, ya que la temperatura no baja de los 24º, y después damos un paseo por las zonas ajardinadas, donde poco a poco se empiezan a llenar las cinco piscinas y las tumbonas que las rodean. El hotel, que acaba de ser reformado, cuenta con 237 habitaciones, que van desde las más enfocadas a pasar tiempo con la familia a las suites con amplias terrazas y vistas al mar. Su compromiso con el medio ambiente y los océanos se ha consolidado a través del movimiento Wave Of Change, que se lanzó en 2017. Conocemos el spa del resort y disfrutamos de un masaje relajante para rebajar la tensión del día a día.
Día 2: tarde
Nos ponemos en marcha para visitar el Parque Natural de Jandía en 4x4. Situado en el municipio de Pájara, en el extremo sur de Fuerteventura, este Parque Natural es una zona desértica protegida desde 1987, con especies vegetales como cardones y tabaibas y unas 40 especies animales protegidas. Su altitud máxima es el pico de la Zarza, con 807 metros sobre el nivel del mar. En este espacio de naturaleza singular crece la planta endémica representativa de la isla de Fuerteventura, el cardón de Jandía. Entre sus paisajes, se pueden divisar sus espectaculares montañas, barrancos, acantilados y algunas de las playas más impresionantes, como la de Cofete, considerada como una de las mejores de Europa. Un escondite de arena dorada y agua cristalina, rodeada de montañas volcánicas y de 12 kilómetros de extensión. Al lado de la orilla, se asoman los restos de lo que un día fue el cementerio de la localidad de Cofete y, donde aún, se pueden alistar algunas tumbas del siglo pasado.
La ruta por estrechas carreteras sin asfaltar termina en el Faro Punta de Jandía, en el extremo más meridional de la isla. El faro, construido a mediados del siglo XIX, comenzó a funcionar en diciembre de 1864 con la misión de guiar a los barcos que desde Europa se dirigían a los puertos del África Occidental, así como a las embarcaciones que hacían la ruta desde el puerto de Las Palmas hasta el Gran Tarajal y Puerto de Cabras. En su base se encuentra la casa del torrero, que alberga el Centro de Interpretación del Parque Natural de Jandía.
El segundo día elegimos hospedarnos en el Iberostar Selection Fuerteventura Palace, un resort especialmente diseñado para adultos que quieren desconectar en busca de escapadas especiales. Un lujoso alojamiento con una decoración inspirada en el propio entorno, conservando la esencia local.
La oferta gastronómica se reparte en 8 bares y restaurantes y no nos podemos ir sin probar algunos de ellos. Optamos por disfrutar de un espectáculo culinario en vivo. El teppanyaki es un tipo de cocina japonesa a la plancha y donde el cocinero se atreve con las acrobacias mientras prepara el menú, haciendo en todo momento partícipes a los comensales. Una experiencia muy divertida y original.
Día 3 en Fuerteventura: última mañana
Nuestra escapada llega a su fin, pero antes queremos probar otra de las actividades que proponen desde el resort. Una clase de yoga en la playa de Jandía a primera hora de la mañana. Un momento único para conectar cuerpo y mente con el entorno natural de la isla y así recargar energías antes de volver a la rutina.