A solo 8 kilómetros de la elegante Biarritz, hacia el interior, y más cerca aún de la surfera Anglet, Bayona reivindica su papel como capital de Lapurdi (el País Vasco francés) con orgullo, derrochando buen gusto en cada esquina. Se aprecia nada más llegar y ver sus casas de estilo vasco reflejándose en las aguas de los ríos Adour y Nive, que confluyen en ella. Luego, a medida que uno se pone a andar por el precioso casco histórico –uno de los mejores conservados del país y al que se accede por la Porte d’Espagne–, van apareciendo antiguas torres y restos de sus murallas, casas con entramados y contraventanas de vivos colores, elegantes tiendas y cafés y ese agradable ambiente de una ciudad viva todo el año.
¿QUÉ TIENES QUE VER EN BAYONA?
La ciudad se divide en cuatro grandes barrios: Le Petit Bayonne, Le Grand Bayonne, Saint-Esprit y el más residencial y menos turístico de L’Interieur, cada uno con su carácter y encanto. Vayamos paso a paso descubriendo en ellos esa combinación de arte, gastronomía y tradiciones vascas. Estos son sus imprescindibles:
Casco antiguo y catedral de Sainte-Marie
En Le Petit Bayonne, el barrio más antiguo de la ciudad, de calles estrechas y empedradas, casas tradicionales y tiendas de productos locales, se levanta la impresionante catedral, por supuesto, de estilo gótico francés.
Como parada de peregrinos del Camino de Santiago, forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y además de su fachada y su enorme claustro anexo, del siglo XIII, especialmente bello, en su interior deslumbran sus vidrieras y las pinturas de Steinheil en las capillas de la girola.
Los muelles del río Nive
La postal más icónica de esta ciudad del País Vasco francés es el de las riberas del Nive, que conectan Le Petit Bayonne con Le Grand Bayonne y son un animado punto de encuentro de locales y turistas. Desde los muelles, la ciudad se ve desde otra perspectiva, se admira su colorida arquitectura tradicional reflejada en las aguas del río, los barcos en el antiguo puerto medieval y se disfruta del ambiente de los numerosos bares, restaurantes y cafeterías que se encuentran en las orillas.
El Museo Basque y de Historia
Justo al otro lado del río Adour, en una casa portuaria del barrio de Le Grand Bayonne abre sus puertas este museo que descubre la historia, cultura y tradiciones del País Vasco francés, con exposiciones sobre la lengua vasca, la danza, la música, la vida cotidiana en la región y el deporte tradicional: la pelota vasca. Todos los jueves en el trinquet Saint-André, el más antiguo de Francia, en funcionamiento desde finales del siglo XIX se puede ver jugar una partida por sus aficionados, que juegan a mano alzada. En el mismo entorno del museo está el Hôtel de Ville –el edificio del ayuntamiento– y el Château-Vieux (castillo viejo), que fue residencia de los gobernadores de la ciudad y hoy pertenece al ejército francés.
Les Halles, el mercado de abastos
A 2 minutos andando del museo, el mercado cubierto de la ciudad es el lugar perfecto para sumergirse en la vida cotidiana de la ciudad y descubrir los productos locales: quesos, pescados y mariscos, y, sobre todo, el jamón de Bayona, que se cura durante al menos siete meses usando sal de la cuenca del Adour y pimentón de Espelette. Los sábados por la mañana es el centro de la vida social de la ciudad, cuando la explanada que lo rodea se llena de puestos de productores locales.
Puente Saint-Esprit
La ciudad tiene tres puentes principales que cruzan el río Adour: el de Bayona, que conecta el centro de la ciudad con la zona de la estación y el barrio de Le Grand Bayonne, el pequeño de Porcheries y el más famoso, con el mismo nombre de otro de los barrios de la ciudad, el del antiguo distrito industrial, hoy una zona de ambiente tranquilo y con una mezcla de arquitectura moderna y tradicional. Es el medieval de Saint-Esprit o de la Virgen, de gran belleza arquitectónica, y ofrece vistas espectaculares de la ciudad.
Chocolaterías históricas
Bayona es conocida por su tradición chocolatera, que comienza en el siglo XVII, cuando la receta española llegó a la ciudad y los maestros chocolateros le añadieron su toque particular, que incluía el uso de pistachos y otros frutos secos. Un siglo después había una treintena de chocolaterías dentro del recinto amurallado. Se convirtió desde entonces en tradición artesanal y Bayona en cuna de este producto en Francia. Para conocerlo y degustarlo hay que pasar por alguna de sus locales históricos, como la famosa Maison Pariès o Cazenave, la más antigua, de 1854, ambas en la rue du Port-Neuf, que llevan varias generaciones dedicadas a endulzar los paladares de sus clientes.
Murallas y baluartes
Hasta principios del siglo XX, Bayona fue una plaza fuerte y estratégica y de aquel pasado conserva un notable conjunto de arquitectura defensiva que rodea el casco antiguo: 3,5 kilómetros de murallas de distintas épocas, torres medievales, baluartes renacentistas y la ciudadela de Vauban, sobre una colina con vistas al barrio de Saint Esprit.
Escenas vascas y arte urbano
Aunque Bayona no es tan conocida por el street arte como otras grandes ciudades internacionales, el Festival Point de Vue están transformando la ciudad gracias al trabajo de los artistas que participan en él y han dejado una muestra de su talento en murales que ya forman parte permanente del paisaje urbano, especialmente en el barrio de Le Petit Bayonne y en la orilla del río Adour, y representan escenas relacionadas con la cultura vasca.
Y en el entorno de Bayona, no te pierdas…
A tiro de piedra de Biarritz, esta distinguida ciudad vecina merece una visita para asomarse al océano desde las playas de la Côte des Basques, de ambiente chic, conocer su gran tradición surfista y descubrir lugares de interés, como el Rocher de la Vierge (un hermoso promontorio rocoso con vistas panorámicas), el Museo del Mar y la catedral.
CÓMO LLEGAR A BAYONA, CUÁNDO IR Y CUÁNTOS DÍAS VISITARLA
A Bayona se puede llegar fácilmente en coche desde San Sebastián, pues se encuentra solo a 58 kilómetros (50 minutos) de distancia de Bayona. El aeropuerto de Biarritz-Pays Basque está a 6 kilómetros, conectado con la línea 4 de tren, que lleva hasta el mismo centro de la ciudad.
Bayona se puede ver en un día, pero para disfrutarla con calma, mejor dos o tres días. Cualquier momento es perfecto, pues tiene mucha vida durante todo el año, ya que es una ciudad universitaria que siempre está animada. Si buscas el mejor tiempo, reserva unos días entre abril y noviembre, cuando el clima es suave y se puede disfrutar de todos sus atractivos al aire libre con temperaturas más agradables, aunque nunca viene mal echar un paraguas.
En cuanto al calendario festivo, las fiestas de Bayona tendrán lugar en 2025 entre el 16 y 20 de julio, cuando los vecinos se visten de blanco con pañuelo y cinturón rojo, como en Pamplona, y participan en desfiles de flores, carreras de vacas por las calles, conciertos, juegos de pelota y espectáculos taurinos. Desde 1462 también se celebra la Foire au jambon, este año del 10 al 13 de abril, donde se premia el mejor jamón de granja, y otro acontecimiento destacado es el Carnaval, en el que se juzga a un vil personaje: San Patzar, que es quemado en la hoguera. Durante el otoño, L' Academia del Chocolate ofrece conferencias, eventos y degustaciones en varios lugares de la ciudad. Y las fiestas navideñas también se celebran por todo lo alto, con el Olentzero, el carbonero, como protagonista, como en nuestro País Vasco.