Aventura en Marruecos, película de netflix© Netflix/Alamy

Los escenarios de 'Una aventura en Marruecos', el romance de Netflix del que todo el mundo habla

Protagonizada por Laura Dern y Liam Hermsworth, es una de las producciones que más visualizaciones suma en la plataforma de streaming. Repasamos los mágicos enclaves donde se rodaron sus fotogramas, lugares a que apuntar para una próxima escapada.


31 de octubre de 2024 - 12:58 CET

Podría parecer una película romántica más de las muchas que nos ofrece Netflix, pero, Una aventura en Marruecos cuenta con varios atributos que la llevan a ser una de las favoritas del momento. Más allá de estar protagonizada por dos actores que nunca antes habríamos imaginado ver juntos en pantalla - Laura Dern y Liam Hemsworth -, la trama es de esas que encandila fácil: Katherine, una reputada escritora que viaja hasta Marruecos para terminar de escribir una novela, conoce a Owen, un chico que también se encuentra disfrutando de unos días en el país africano para acompañar a su novia, Lily, a un retiro de escritores. De casualidad, ambos entran en contacto, y a partir de ese momento (alerta: spoiler), la conexión entre ambos comienza a florecer y viven una breve, pero intensa, historia de amor que continúa, solo, años después en Nueva York.

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© Netflix

De principio a fin, Una aventura en Marruecos nos traslada a varias de las temáticas que más interés resultan entre los espectadores de esta plataforma. La búsqueda de calma de una mujer recién divorciada, los dilemas mentales y emocionales de un chico que descubre que existen diferencias notorias entre su forma de ser y la de su pareja, la situación de Lily, que, desconcertada, no entiende qué le está ocurriendo a su novio, la diferencia de edad entre Katherine y Owen, alguna red flag que encontramos en la pareja de jóvenes, y el mágico ambiente en el que se desenvuelve todo. La suma de todos estos factores da como resultado una película que, al menos, despierta curiosidad y entretiene. Sin embargo, acostumbrados a ver romances en grandes capitales o ciudades norteamericanas o europeas, en esta ocasión, y exceptuando las últimas escenas del reencuentro, que fueron rodadas en Los Ángeles, todo sucede en escenarios que destacan por sus vívidos colores, por sus característicos mercadillos, o paisajes montañosos. 

Chefchaouen, la ciudad azul

El título ya adelanta todo, pero cada fotograma de la película es digno de pulsar el stop para observar bien su atrezzo. Y, es que la mayor parte de la película ha sido grabada en, nada menos, que en la ciudad de Chefchaouen de Marruecos

© Netflix
© David Milsen / Alamy Stock Photo

La distinguimos bien cuando Owen y Katherine pasean, el mismo día de conocerse, por calles plenas de casas azules y blancas con alguna tienda de souvenirs y artesanía decorándolas. Y es que así es Chefchaouen: es una ciudad construida en la ladera de una montaña que parece estar bañada de azul. En la Medina, cuenta con multitud de callejones que invitan a un paseo donde, a cada paso, podemos encontrar un aroma diferente. También presume de jardines, un museo que explica la historia de la ciudad mediante armas, textiles y fotos antiguas, y senderos que la rodean que la convierten en una delicia para los amantes del senderismo.

Un paseo por el zoco de Marrakech

En otras ocasiones, como cuando la cámara enfoca a Owen acariciando la espalda de Katherine para marcarle el paso entre la multitud de otro mercadillo, aparecen también escenas grabadas en Marrakech, la ciudad más turística de Marruecos. 

© Netflix
© Michele D'Ottavio / Alamy Stock Photo

Quién haya ido sabe que el zoco es su punto neurálgico. En ella, la plaza de Jemaa El-Fna, su Medina (con sus riads) o el jardín de la Menara se imponen como paradas necesarias. Para quién vaya con tiempo, también merece la pena apuntar otros nombres en la ruta de viaje, como los barrios de Guéliz y Hivernage, donde se asientan sus boutiques de lujo, o el Palacio de Congresos y el Teatro Real. 

Essaouira, la costa animada

También Essaouira aparece en algunos momentos de la película. De hecho, allí se rodaron las escenas románticas que preceden al acontecimiento que llevan a Katherine a regresar a Nueva York. 

© Netflix
© Alexey Panferov / Alamy Stock Photo

Cuentan que Essaouira inspiró a Astapor en Juego de tronos. Y, sea así o no, lo cierto es que su visita también vale la pena. Ofrece paseos por sus murallas con vistas a las Islas Purpuraires, cuenta con un encantador puerto pesquero y mercado donde degustar su pescado y marisco frescos, así como con una medina aplaudida por la UNESCO.

Confesiones en el Sahara

Aunque también hay escenas en la costa atlántica de Casablanca, algunas de las que visualmente más estéticas nos resultan se emplazan sobre el desierto del Sahara. Aunque todos conocemos su nombre, visitarlo es una experiencia que ofrece varias posibilidades para recorrerlo: en 4x4, quad o buggie... y hasta hay quién lo hace también en camello. Allí, palmerales, oasis, y actividades como el sandboard, convierten su recorrido en una experiencia que recordar de por vida.

© Dónde se rodó 'Una aventura en Marruecos'

El Atlas, una panorámica casi artística

En varias de las escenas, Katherine y Owen aparecen frente a un terreno montañoso impresionante. Es el Atlas marroquí, un macizo del noroeste del país que también abarca Túnez y Argelia y que divide la costa del Mediterráneo, de la del Atlántico y el desierto del Sahara. 

© Penny Atkinson / Alamy Stock Photo

Más allá de su impactante estética, entre las montañas se encuentran pueblecitos bereberes y algunos caminos que resultan una delicia para cualquier amante de la aventura. Barrancos, vegetación, ríos de agua dulce... Transitarlos es sinónimo de dejarse sorprender y de conocer, en profundidad, el paisaje marroquí en una esencia que casi nunca se cuenta.

Kasbah Bab Ourika, un hotel boutique privilegiado

Allí, en el Atlas, se encuentra precisamente el primer hotel que vemos en la película. Se trata del Kasbah Bab Ourika, en el valle de Ourika. 

© Netflix
© Hotel Kasbah Bab Ourika

Rodeado de campos verdes y olivares, este alojamiento cuenta con tan solo 42 habitaciones, pero tiene toda tipología de servicios:  interiores eclécticos que honran a la cultura bereber, mobiliario y objetos decorativos que señalan el estilo de vida marroquí, patios frescos, spa, actividades para los huéspedes y menús plenos de gastronomía nacional que han sido elaborados por nutricionistas de prestigio... y probados por celebrities e influencers como Chiara Ferragni.