Estos cinco hoteles rurales con encanto son idóneos para disfrutar del crepúsculo del año buscando setas, observando pájaros o, simplemente, mirándonos el ombligo en el hammam o en la piscina, porque en alguno de estos lugares –Córdoba, Huelva, Cáceres, Ibiza...–, en otoño sigue apeteciendo bañarse, con permiso de las danas.
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1. CAN LLUC (SANT RAFEL, IBIZA)
La gente del montón viaja a Ibiza en verano. La que sabe y puede, en cambio, se reserva para el otoño y elige, no un hotel de playa o de discoteca, sino el agroturismo Can Lluc (canlluc.com), que está en Sant Rafel, en el corazón de la isla, rodeado de pinos, estrellas y un silencio de cámara acorazada.
Si el silencio te agobia, a 15 minutos está la capital. Si te mola y quieres más, a 17 tienes el parque natural de Ses Salines, donde solo oirás a las aves –flamencos, chorlitos comunes, tarros blancos y zampullines cuellinegros– que disfrutan de Ibiza fuera de temporada, con buen criterio, como la gente que sabe y que puede.
En Can Lluc hay villas blancas lujosamente minimalistas de hasta 180 metros cuadrados, con jardín y piscina. Hay un buen restaurante de cuina de pagès. Hay clases de yoga a la sombra de los olivos y los algarrobos. Y hay el cariño inmenso de Lucas Prats, Tina y su hija Blanca, que hace que el huésped, al despedirse, derrame una lagrimita: “Alergia en otoño, ¡qué extraño! Será el cambio climático...”
¿Clientes famosos? Por respeto a Lucas, que nos ruega discreción, solo diremos que por Can Lluc ha pasado un guitarrista con chistera, un actor pelirrojo de CSI Miami, un ciclista que se fumaba un purito escalando los puertos más exigentes y varios exfutbolistas –y luego entrenadores– del Barça. Uno de estos últimos le pidió aquí la mano a la que ahora es su mujer. La verdad es que, si nos lo pide en Can Lluc, nos casaríamos hasta con el feo de la chistera: “Oh, oh, oh, sweet child of mine / Oh, oh, oh, oh, sweet love of mine”.
2. HÁBITAT CIGÜEÑA NEGRA (VALVERDE DEL FRESNO, CÁCERES)
Otro ibicenco emprendedor, Simón Roselló, inauguró en 2021 el hotel ecochic Hábitat Cigüeña Negra (habitatcn.com), pero no en las Pitiusas, donde solo han visto algún ejemplar de Ciconia nigra en los documentales de La 2, sino en la sierra de Gata, en el noroeste de Extremadura, donde a esta ave se la puede contemplar cómodamente desde el observatorio que hay instalado al borde de una laguna, a 125 metros del hotel.
Alrededor de la laguna, verás además pastando mansamente docenas de vacas retwagyu, que son una mezcla de retinta extremeña y buey wagyu japonés y abastecen con sus delicadas carnes al asador del hotel. Algo sabe de carne Simón. En Ibiza, es el Senyor de los Entrecots, el jefe de Carnes March (carnesmarch.com), y tiene tres tiendas donde vende género de primera.
De primerísima calidad es también el aceite que se elabora en la almazara ecológica de Hábitat Cigüeña Negra con las aceitunas de la variedad manzanilla cacereña que se cosechan a finales de otoño en el olivar que se extiende al norte del hotel. Al sur, lo que hay es un hermoso encinar donde ahora mismo brota por doquier la Amanita caesarea o huevo de rey, la reina indiscutible del otoño.
Además de todo lo anterior, el hotel tiene un bonito hamman y un restaurante galardonado con una estrella verde Michelin. Aunque, para estrellas, las que verás en el cielo, pues hay un mirador con telescopio, cero contaminación lumínica y observaciones dirigidas por expertos.
3. FINCA LA FRONDA (ALÁJAR, HUELVA)
Uno de los enclaves con más diversidad micológica de España es la sierra de Aracena, en el norte de Huelva. Setas tan apreciadas como las que llaman tanas (Amanita cesarea) y tentullos (Boletus aereus), que en otros lugares ni las huelen, aquí se recolectan a sacos.
Para comerlas, irás al restaurante Arrieros (restaurantearrieros.es), en Linares de la Sierra. Pero si quieres buscarlas, te acercarás a la vecina Alájar y te alojarás en el hotelito rural Finca La Fronda (fincalafronda.com), porque su jardín es un bosque de alcornoques y castaños atiborrado de ellas.
Este luxury bed & breakfast de la familia Wordsworth –descendientes directos del famoso poeta inglés– presume además de ser el único hotel del mundo donde el huésped se encuentra cada noche debajo de la almohada un poema distinto, no hace falta decir de qué autor.
Se cena bien todos los días, pero los sábados aún mejor, oyendo las melodías que toca al piano el músico Óscar Perversa, el marido de Cristina Wordsworth. Después, el silencio más absoluto y, debajo de la almohada, un papelito que reza: “Salvaje es la música de los vientos otoñales entre los bosques descoloridos”. Ya sabes lo que te espera mañana: diez hectáreas de faded woods para pasear buscando Boletus. Nunca ha sido tan romántico coger setas.
4. CASA PALACIO REINA DE TARDAJOS (VINUESA, SORIA)
Cualquiera que busque habitualmente setas sabe que el mejor lugar de España, el más deseado, es la sierra de Urbión, donde nacen el río Duero y unos Boletus edulis de impresión.
El hotel Casa Palacio Reina de Tardajos (reinadetardajos.com), en Vinuesa, hace descuentos en temporada de setas y organiza una búsqueda del tesoro micológica, escondiendo diez premios en otros tantos Boletus edulis que hay repartidos por el bosque. La estancia te puede salir gratis.
Otra búsqueda que puede hacerse en cualquier momento del año, sin salir del hotel, es la de la triste historia de la Reina de Tardajos. Por todas las instalaciones y zonas comunes hay distribuidos fragmentos de la misma.
Como si de un puzle se tratara, los huéspedes pueden embarcarse en la búsqueda de todos los versos y reconstruir la vida de Pascuala Calonge (1816-1846), a la que llamaban la Reina de Tardajos por su deslumbrante belleza: una preciosa malcasada que terminó (¡atención, spoiler!) cargándose a su marido y siendo agarrotada junto a su amante.
Su hija, la Reinilla, heredó esta casona palaciega de la plaza Mayor de Vinuesa, que hoy es un hotel de diez elegantes habitaciones con muebles restaurados y telas originales del siglo XIX y con vistas al pinar más grande de Europa, miembro del club de calidad Rusticae (rusticae.es). ¡Ah!, no olvides sacar el permiso para buscar setas. Más info, en vinuesa.es/micología y en la cuenta de Instagram del hotel, @reinadetardajos.
5. FINCA LOS ABETOS (CÓRDOBA)
Córdoba es una ciudad bellísima, pero en verano –en realidad, desde mayo– no hay quien pueda admirar sus patios, su Judería, su Mezquita…, como no lleve el stillsuite de Dune o la armadura contra el calor de Zelda.
En otoño puedes disfrutar de ella a tope, a pleno sol, sin que te chisporroteen las neuronas. Para esto son perfectas las experiencias que propone Finca Los Abetos (hotelfincalosabetos.com), el único hotel campestre de la ciudad, que está al norte de la misma, justo donde se acaban las casas, en las faldas de Sierra Morena.
Paseos en bici de montaña, retiros de yoga, escapadas de oleoturismo y culturales…, son algunas de las experiencias responsables y respetuosas con el medio ambiente que se desarrollan dentro y fuera de esta espléndida finca, que está presidida por una casa de estilo colonial del siglo XIX.
¿Demasiada actividad? Para parar un buen rato, el restaurante del hotel, Calma (restaurantecalma.com), ofrece un menú degustación –anchoa sobre brioche con mantequilla de oveja de Fuente Obejuna, salmorejo del momento con atún rojo macerado en fino y soja, butifarra cordobesa con emulsión de alubias en salsa verde y cinco pases más–, por solo 49 euros. Más info, en rusticae.es