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Plaza Alfonso II el Casto y catedral de Oviedo, Asturias© Ian Dagnall / Alamy Stock Photo

ASTURIAS

De plaza en plaza por Oviedo, la ciudad en boca de todos

De Trascorrales al Fontán, de la Escandalera y su ‘gorda’ a la de la Catedral. La esencia de la capital asturiana se resume en sus plazas, sembradas de esculturas contemporáneas, por las que dar un paseo tranquilo para ver como la historia se mezcla con la vida cotidiana.


25 de octubre de 2024 - 12:42 CEST

Hay muchas maneras de descubrir Oviedo, pero como Capital Española de la Gastronomía, empezar con un buen desayuno con algunas especialidades de la repostería local –moscovitas, carballones y princesitas, por ejemplo–, dará energía para recorrerla de plaza en plaza, conociendo la historia de estos lugares de encuentro por los que pasa la vida de la ciudad. Cada espacio es un capítulo.

 

Plaza de la Escandalera, Oviedo© Pavel Dudek / Alamy Stock Photo

LA ESCANDALERA

“¿Dónde nos vemos? A las 8 en la gorda”. La gorda es, en realidad la escultura de Botero La Maternidad, el lugar de quedada habitual de los ovetenses (o carballones), desde que se instaló en 1996 en la plaza de la Escandalera. No es la única de este espacio, al lado está la de Los Asturcones, de Manolo Valdés, un homenaje a los caballos salvajes de origen asturiano. El Paseo de los Álamos, la calle Uría y el Campo de San Francisco enmarcan la enorme plaza rectangular que conecta el centro histórico con la zona comercial de la ciudad, y como tal, es un lugar muy transitado. Más aún en las fiestas de San Mateo, el patrón, en navidades o cuando las gaitas resuenan en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias a las puertas del Teatro Campoamor, que abre sus puertas en una de sus esquinas.

Plaza de la Constitución y Ayuntamiento de Oviedo © Mark Dunn / Alamy Stock Photo

PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN

No una sino numerosas veces se pasará por esta plaza, la más céntrica de Oviedo y presidida por el edificio del ayuntamiento, pues es cruce de caminos en el casco antiguo. En ella arrancan la calle Cimadevilla y la del Peso, con restos de la antigua muralla; las calles Magdalena y Fierro, que van a parar al mercado del Fontán, y la calle Sol, por la que se accede a la plaza Trascorrales. Tiene terracitas, ambiente y a un lado, otro edificio de interés que adorna el hermoso conjunto, la iglesia de San Isidoro el Real.

Plaza de Trascorrales, Oviedo, Asturias© Javier LARREA / Alamy Stock Photo

PLAZA TRASCORRALES

La ruta de las esculturas de Oviedo tiene una parada en esta céntrica plaza donde encontrarás una de bronce dedicada a la lechera, ese oficio ya desaparecido a la que acompaña una burra, encargada de transportar la leche que se vendía recién ordeñada por las calles de la ciudad, de ahí que muchos conozcan el lugar como la plaza de la burra. El espacio albergó la lonja del pescado del antiguo mercado de Fontán, hasta que a finales del siglo XX se incorporó al actual. Hoy por esta bonita plaza peatonal se pasa para tomar algo en sus terrazas o visitar las exposiciones que acogen los coloridos edificios de su centro cultural.

Catedral de San Salvador y estatua de la Regenta en la plaza de la Catedral de Oviedo© StockPhotoAstur / Alamy Stock Photo

PLAZA DE LA CATEDRAL

Tal vez muchos no sepan que, posiblemente, el lugar más conocido de la capital de Asturias y el más transitado por sus visitantes se llame en realidad plaza de Alfonso II el Casto, como también desconozcan que la catedral que la preside tenga un nombre más pomposo, el de Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador. En la Edad Media era el lugar elegido por la nobleza local para construir en ella grandes mansiones palaciegas y hoy en este gran espacio es raro que no haya una celebración. De las más de un centenar de estatuas que tiene Oviedo, posiblemente la más conocida sea la de La Regenta, que se sitúa en un extremo, el mejor lugar para hacerse una foto y contemplar la plaza en su conjunto.

Plaza del Fontán, Oviedo, Asturias© MISCELLANEOUSTOCK / Alamy Stock Photo

EL FONTÁN

La esencia de Oviedo se concentra en esta plaza con casas de colores y galerías porticadas bajo las cuales se encuentran comercios y restaurantes, y antes había una laguna en el que brotaba un manantial, el fontán. A un lado queda la plaza de Daoiz y Velarde, a otro, el mercado de abastos de la capital, cuyos puestos son todo un muestrario de lo que crece en los valles asturianos o llega a las lonjas del Cantábrico.

Escultura El regreso de Williams B Arrensberg en la plaza Porlier de Oviedo© DCarreno / Alamy Stock Photo

PLAZA PORLIER

Otra escultura preside esta plaza repleta de historia y muy transitada hoy y desde hace siglos, pues por él transcurre el Camino Primitivo de Santiago nada más arrancar en la catedral, que queda ahí al lado. La diseñó Eduardo Úrculo y representa a un viajero con abrigo y sombrero con su equipaje. A su alrededor algunos edificios interesantes: el palacio de Camposagrado, que alberga el Tribunal Superior de Justicia; el palacio de los condes de Toreno, que acoge el Real Instituto de Estudios Asturianos; el Teatro Filarmónica y el edificio de la Universidad.

Palacio de San Feliz, en la plaza Daoiz y Velarde de Oviedo© M Ramirez / Alamy Stock Phot

PLAZA DE DAOIZ Y VELARDE

El tradicional mercado del Fontán es mucho más que los puestos a cubierto. Se celebra los jueves y domingos y se extiende por las calles y plazas aledañas, como la de Daoiz y Velarde, en las que lo mismo puedes comprar unas flores que tomarte unas tapas en sus bares y terrazas. Siempre está animada, pero el resto de los días se admira con más tranquilidad el edificio neoclásico que alberga la biblioteca pública, que fue Casa de las Comedias; el palacio barroco del Duque del Parque y la escultura de las Vendedoras del Fontán.

Arco de San Vicente desde la plaza Feijoo y monasterio de San Vicente en Oviedo© M Ramirez / Alamy Stock Photo

PLAZA DE FEIJÓO

Al ensayista y polígrafo Benito Feijóo está dedicada esta plaza en cuyo centro se encuentra su estatua, pues fue el profesor más ilustre del monasterio de San Vicente, que abre sus puertas en ella, hoy como facultad de Psicología. No es el único edificio noble que se levanta aquí, también la iglesia de Santa María de la Corte y el monasterio de San Pelayo, donde está la tumba del religioso que parece vigilarla desde su pedestal. Al lado de la plaza, en la calle San Vicente, otro monasterio, el de San Pelayo, ocupado por las monjas de clausura conocidas como “las pelayas”.