Días frenéticos esperan a la princesa Leonor en tierras asturianas, que empiezan en Oviedo recibiendo el título de alcaldesa honoraria y la Medalla de Asturias y continuarán con un concierto en el Auditorio Palacio de Congresos Príncipe Felipe, varias audiencias en el Hotel de la Reconquista y la entrega en el Teatro Campoamor de los Premios Princesa de Asturias, que este año reciben Joan Manuel Serrat, Carolina Martín y la agencia Magnum, entre otros galardonados. Su paso por Sotes (Cabrales) para entregar el Premio al Pueblo Ejemplar pondrá el punto y final a una semana intensa.
Oviedo y el concejo de Cabrales son dos magníficos lugares para empezar a descubrir Asturias, pero hay muchos en esta región cántabra que también lo son. Lo más difícil es elegir 10, porque la lista de los imprescindibles es interminable. Los amantes de la naturaleza y los pueblecitos pesqueros, los que buscan playas espectaculares y experiencias gastronómicas están de suerte.
LAGOS Y SANTUARIO DE COVADONGA
Picos de Europa, el primer parque nacional que se creó en España, tiene su origen en tierras asturianas, para extenderse después a Cantabria y León. Covadonga es el inicio y también la incursión más clásica a estas montañas. Arrancando de Cangas de Onís, donde está el centro de información, la carretera A-262 lleva, en 20 minutos, hasta la basílica de Covadonga y la Cueva Santa, donde se venera a la Santina, la patrona de Asturias, y, según la tradición, comenzó la Reconquista. Más arriba, la carretera se estrecha y retuerce hasta llegar a los lagos de Covadonga. Por encima de los 1000 metros de altura, el reflejo de las montañas en los lagos de Ercina y Enol, de origen glaciar, y la vista de los miradores (del Rey, del Príncipe o de Entrelagos) dejan sin aliento.
PRERROMÁNICO ASTURIANO
En la Alta Edad Media, Asturias estaba en la vanguardia cultural europea y la muestra es este legado de la monarquía asturiana que atesora Oviedo y sus alrededores y la Unesco ha declarado Patrimonio de la Humanidad. En el centro de la ciudad, la Cámara Santa de la catedral y la iglesia de San Tirso el Real; a las afueras, la iglesia de San Julián de los Prados, que guarda en su interior el mejor conjunto de pinturas murales de toda la Alta Edad Media, y en la ladera del monte Naranco las joyas de Santa María del Naranco –el que fuera palacio de Ramiro I– y San Miguel de Lillo, referente de la decoración escultórica prerrománica.
OVIEDO, GIJÓN Y AVILÉS
Tres ciudades tiene Asturias y todas son imprescindibles. La capital, con su casco antiguo medieval, sus esculturas urbanas, las sidrerías de la calle Gascona, su plaza del Fontán, sus museos y sus templos prerrománicos. Gijón es la ciudad marítima, la que se asoma al mar desde la playa de San Lorenzo o desde la famosa escultura del Elogio del Horizonte de Chillida; la del barrio con solera de Cimadevilla, con sus antiguas sidrerías; La Laboral, una verdadera ciudad de la Cultura, o la de sus sendas verdes. Y la milenaria ciudad de Avilés es la de los contrastes, con un casco histórico medieval que rivaliza con el moderno Centro Niemeyer.
PUEBLOS COSTEROS
Imposible quedarse con un solo pueblo en la costa asturiana para incluir en este top, así que hemos seleccionado cinco de los que siempre están en todos los rankings (y será por algo) de los más bonitos. Aunque, te lo aseguramos, nos quedamos cortos. Ribadesella, Lastres, Llanes, Cudillero, Luanco y Tazones te harán enamorarte (mucho más) de Asturias.
SIDRATURISMO
El nombre de Asturias va unido irremediablemente a esa bebida de la que ya bebían los astures antes del siglo I a.C. El 80 % de la sidra se produce aquí y aprender a escanciar un culín, conocer cuántas variedades de manzanas existen, visitar un llagar o una pomarada servirá para aprender más sobre esta tradición culinaria que aspira este año a ser declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
LA PLAYA DEL SILENCIO (Y OTRAS)
Con 345 kilómetros de litoral, Asturias concentra algunas de las playas más espectaculares de España, donde los arenales se funden con el verde de los prados o el ocre de los acantilados que las enmarcan. Como ocurre con los pueblos, imprescindibles hay muchas, pero como no nos podemos quedar con una sola, las del Silencio (Cudillero), Rodiles (Villaviciosa), Penarronda (Castropol y Tapia de Casariego), El Aguilar (Muros de Nalón) y la Ballota, Gulpiyuri, Cué y Cuevas del Mar, estas cuatro en Llanes, son un buen y variado muestrario.
RUTA DEL CARES
Entre los tajos naturales que atraviesan el corazón de los Picos de Europa, el que abre el río Cares en su camino hacia la costa es uno de los más espectaculares. Un precioso cañón que une Caín, en León, con Puente Poncebos, en Asturias, y que se recorre por una senda de 11 kilómetros que enlaza dos de sus inmensos macizos. El camino discurre a media altura por el estrecho pasillo tallado por el río atravesando grutas, puentes y senderos esculpidos en la roca. Como el itinerario es lineal, si se quiere hacer completa es importante planificar el regreso y volver al punto de partida en taxi de montaña.
TARAMUNDI
Batanes, ferrerías, molinos y otros ingenios hidráulicos se concentran en una esquina de la comarca asturiana Oscos-Eo. Un territorio que es Reserva de la Biosfera con valles bucólicos, ríos, cascadas y pequeños caseríos donde el tiempo parece haberse detenido tres siglos atrás. Taramundi es el punto de partida para descubrir este entorno, donde visitar el Museo de los Molinos de Mazonovo, el más grande de España dedicado a ellos. Os Teixois, una ferrería del siglo XVIII pasa por ser uno de los conjuntos etnográficos más antiguos de Asturias.
ARQUITECTURA INDIANA
A finales del siglo XIX y principios del XX, miles de jóvenes asturianos cruzaron el Atlántico con destino a México o Cuba, empujados por el sueño de buscar fortuna. Muchos de ellos, nostálgicos de su tierrina consiguieron el sueño de regresar y construyeron en sus lugares de origen residencias que plasmarán toda la riqueza conseguida. Así surgió la llamada arquitectura de indianos, que podemos admirar en muchos rincones de la región, pero, sobre todo, en Colombres, donde existe una ruta por sus coloristas y exóticas quintas. Entre las construcciones más bellas, la Quinta Guadalupe, que acoge el Archivo de Indianos y Museo de la Emigración.
SOMIEDO
Como estamos en otoño, incluimos este magnífico espacio natural de la cordillera Cantábrica con altísimos picos, pastos, lagos glaciares y bosques de hayas, robles y abedules que en esta estación se tiñen de color ocre, naranja y rojo y muestran su mejor cara. Es enorme la riqueza natural, tanta que ha sido declarado Reserva de la Biosfera. Se extiende por cuatro valles principales: Saliencia, Somiedo, Pigüeña y Valle y su imagen más reconocible es la de sus llamadas cabañas de teito, utilizadas para resguardar el ganado, que se van descubriendo por la docena de rutas (parquenaturalsomiedo.es) que recorren sus paisajes más bellos.