La capital asturiana lleva 9 meses revolucionada, gastronómicamente hablando, porque a su calendario habitual ha sumado este año muchas otras actividades como Capital Española de la Gastronomía. Entramos en la recta final y hasta que pase el testigo, volvemos a ella –ahora ya sí en AVE– para disfrutar Oviedo como se merece: de la mañana a la noche sin parar de picotear.
EL APERITIVO, EN EL FONTÁN…
Si hay un lugar donde tomar el pulso a la ciudad es la gran plaza de abastos ovetense. A la hora del aperitivo bulle de gente que se acerca a tomar unas sidrinas acompañadas de quesos y embutidos asturianos o a picotear fritos de pixín (rape), bocartes, croquetas caseras, tablas de quesos, lacón, escalopines al Cabrales… Pásate por Casa Ramón (casaramonoviedo.com), Casa Amparo (restaurantecasaamparo.com) o La Gran Manzana Verde (lagranmanzanaverde.es) y prueba un poquito de todo ello.
…O EN DOS LOCALES CON SOLERA
Para los ovetenses es un sitio de toda la vida, para los visitantes, una cantina muy auténtica en la que uno se siente como si fuera un vecino más. Casa Montoto abre sus puertas en el número 9 de San Bernabé y aquí lo que todos sus feligreses toman sentados en una pequeña mesita una mistela acompañada de un bollo preñado de chorizo. También tiene solera el vermú de La Paloma (lapalomaoviedo.com), que se degusta con gusto en la barra con un aperitivo de gambas a la gabardina, de torto con picadillo o unos lazitos de pollo.
LA COMIDA: EL MENÚ DEL DESARME
En Oviedo hay fiesta gastronómica cada dos por tres y este 19 de octubre la que se celebra es el Desarme, de interés turístico, donde no hay ovetense ni visitante que no deguste el «Menú de la Paz», el más antiguo de España, compuesto de dos platos y postre: garbanzos con bacalao y espinacas, callos a la asturiana y arroz con leche. Los restaurantes de la capital llegan a servir más de 10.000 raciones en un día. La fiesta tiene sus orígenes en la guerra Carlista de 1836, cuando dos intentos de tomar Oviedo fueron rechazados por las fuerzas leales a la Constitución. La autoridades regionales agasajaron a la soldadesca con un “rancho extraordinario” que, desde entonces, se repite cada año. Aparte de la comilona, hasta el 27 de octubre hay recreaciones históricas de las batallas, desfile de cofradías, concurso de vestimenta de época, degustaciones…
TENTACIONES DULCES PARA MERENDAR
A los asturianos se les llama coloquialmente llambiones (carbayones), que quiere decir golosos, pero carbayón es también un dulce típico que puedes probar en sus confiterías más icónicas y conforman una ruta deliciosa por la ciudad. Cien años acaba de cumplir Camilo de Blas (camilodeblas.com), en la calle Jovellanos, cuya especialidad son estos pasteles de almendra y yema. Pero en el mismo local en el que Woody Allen rodó Vicky Cristina Barcelona venden también (y gustan mucho), las duquesitas (aros de almendra y yema) y el nuglass (turrón de nuez).
Otros dulces con nombre propio son los famosos turrones y helados de Verdú (diegoverdu.es), los bombones artesanales de Ovetus (tiendaconfiteriaovetus.com) y Peñalba (peñalbabombones.es) y las famosas moscovitas que elaboran en Rialto (moscovitas.com), donde nacieron estas exquisitas y finas pastas de almendra marcona y cobertura de chocolate que provocan colas en la confitería y salón de té de la calle San Francisco, en pleno centro de Oviedo. Olgas, Letizias y milhojas también tientan en sus escaparates junto a su marca registrada.
Y PARA REMATAR EL DÍA: UNAS SIDRAS EN LA CALLE GASCONA
Ningún otro lugar del mundo concentra más sidrerías que la calle Gascona, que tiene hasta su propia web (sidreriasgascona.com). Se vaya el día que se vaya, siempre hay gente tomando unos culines de sidra, acompañados de tapas o platos más contundentes. La más solicitada es Tierra Astur Gascona (tierra-astur.com), que cuenta con dos locales de ambiente rústico y tienda de productos asturianos, pero atención a La Finca (sidrerialafinca.es), una sidrería-agrobar donde todo lo que se come y se bebe lleva la marca de Asturias.