No es de extrañar que la capital griega sea uno de los destinos más deseados por los viajeros del mundo. Porque pese a ese clasicismo que tanto nos fascina, a ser una ciudad histórica, cuna de la democracia y el lugar donde florecieron las grandes artes, pese a todos esos siglos de historia que arrastra consigo, Atenas también es una ciudad moderna y en constante reinvención.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Una capital europea que tiene doble ración de arte, el que asombra a cada paso en sus calles, y el del buen vivir de sus gentes, ese que se contagia desde el primer momento cuando paseas por sus barrios más populares.
Acostumbrada a ser foco de todas las miradas, este fin de semana Atenas brillará especialmente con la boda de Teodora de Grecia. La hija de los reyes Constantino y Ana María de Grecia, y prima del rey Felipe VI, contrae matrimonio este sábado 28 con el abogado estadounidense Matthew Kumar y lo hace en la capital ateniense, con unos actos que se celebrarán en algunos de los lugares más bellos de la capital. Hacemos un repaso de estos escenarios y de otros imprescindibles por si te animas a visitar Atenas este otoño.
LA CATEDRAL METROPOLITANA
No se encuentra entre los edificios que los viajeros tienen en mente cuando llegan a Atenas, porque lo hacen especialmente fascinados por los lugares de la cultura clásica. Pero la Catedral de la Anunciación de Santa María bien merece una parada. Se encuentra en el barrio de Plaka, a las faldas de la Acrópolis, y es la iglesia más grande de Atenas y el lugar elegido por los novios para la ceremonia ortodoxa de su unión. Ha sido testigo durante años de grandes eventos y celebraciones, como la boda de los reyes Juan Carlos y Sofía, en mayo de 1962, lo mismo que la boda del rey Constantino y la reina Ana María, padres de la actual novia.
La catedral impone por donde la mires. Su construcción se inicia en 1842, aunque tarda más de 20 años en finalizarse y se utilizan materiales de más de 70 iglesias diferentes que habían sido abandonadas. En el exterior con enorme cúpula (con 24 metros de altura) y dos torres campanario gemelas llaman la atención, así como su fachada mezcla de estilo neoclásico y greco-bizantino.
También es posible una visita al interior (siempre y cuando no haya una celebración, la visita no requiere de entrada), donde se encuentran las reliquias de dos mártires: Agia Filothei y el patriarca Gregorio V. Hay que prestar atención a los frescos de las paredes y a las obras escultóricas que encontramos en sus tres naves.
EL BARRIO DE PLAKA
Una vez visitada la catedral es el momento de descubrir el barrio en el que se encuentra, uno de los más encantadores de Atenas. Se trata del barrio viejo de Plaka, en la zona centro y a los pies de la eterna Acrópolis. Un lugar que parece pensado para perderse y deambular por sus calles empedradas y con placitas siempre animadas de gente, curiosear en las muchas tiendas con todo tipo de souvenirs y sentarte luego en algún restaurante de esos que colocan sus terrazas sobre las mismas escaleras.
Qué ver en el barrio de Plaka
Antes de lanzarnos a degustar la gastronomía local conviene visitar algunos de los imprescindibles de este barrio, como la encantadora iglesia de San Nicolás Rangavás o la pequeña de Agios Eleftherios, junto a la catedral.
En el corazón de Plaka puedes descubrir la linterna de Lisícrates, en conmemoración al premio por haber creado la mejor obra teatral de Atenas en el 334 a. C. Dicen que da buena suerte visitarla, aunque tal vez se refieran a la suerte de estar en Atenas…
También la Torre de los Vientos, con su forma octogonal y construido en mármol, que se edificó en el siglo I a. C. algo así como una enorme veleta. Y junto a ella el ágora romana, de la que se conservan restos de algunas columnas.
Dentro de Plaka encontrarás Anafiotika, una zona llena de casas de una planta encaladas en blanco y azul que recuerda a Andalucía. Fueron construidas en el siglo XIX y es una zona tranquila para pasear.
Para visitar museos, el de los instrumentos populares griegos está en este barrio, también el Museo Frissiras o el de la universidad. Junto al barrio, el museo más famoso de la ciudad, el de la Acrópolis (acropolis-tickets.com), situado a los pies del Partenón, es el lugar ideal para descubrirlo todo sobre la cultura griega, ese que ningún viajero se quiere perder.
Tarde de compras
La calle Adrianou es una de sus principales arterias y el lugar al que hay que ir en busca de pequeñas tiendas de todo tipo, ropa, cerámica, souvenirs, galerías de arte… lo mismo que la plaza Filomosu Eterias, el corazón de este barrio, con tiendas, bares con vistas a la Acrópolis y buen ambiente.
El Mercado de las Pulgas (Flea Market), junto a la plaza de Monastiraki, abre los domingos por la mañana, otro de esos imprescindibles para amantes de las compras y para los que quieren conocer cómo es un mercadillo griego. Algo así como un enorme bazar donde podrás encontrar de todo.
Para darse al 'taberneo' (del bueno)
Pocas cosas habrá más auténticas que sentarse en alguna de las tabernas típicas de Monastiraki y las callejuelas del barrio de Plaka. Es el sitio donde degustar algunos de los platos griegos más tradicionales, como la ensalada con queso feta, la musaka, pescados y mariscos a la cazuela, o las deliciosas brochetas griegas llamadas souvlaki (de carne marinada con hierbas y hechas a la parrilla que se acompañan por salsa tzatziki) y que casi son adictivas.
Para tomar el típico ouzo, la bebida nacional griega (un licor anisado que se toma en el aperitivo), las tabernas de las calles Lisiou y Miniksileous, en algunas de las terrazas sobre las escaleras.
Para los que busquen cafés con encanto, la calle de la que tomar nota es Kydathineon o la plaza Platia, rodeada de cafés.
Y para conocer las típicas ‘tavernas’ con platillos tradicionales, la Taverna Saita (C. Kydathinaion), de ambiente tradicional y familiar, donde pedir sus guisos o el delicioso bacalao. Otra opción es Taverna Vyzantino, con buenos pescados. Y para un cóctel, la azotea del restaurante Mostrou (C. Mnisikleous 22), las vistas a la Acrópolis son una maravilla. Seguro que a la mañana siguiente las ganas de visitar el lugar más icónico de la ciudad, habrán aumentado.