Para unos es París, para otros Roma, otros dicen que Venecia, en la India que Agra y en España, Teruel. En la exquisita lista de ciudades para enamorados Verona ocupa un destacado lugar, pero estaba vez no nos ponemos románticos de la mano de Shakespeare, sino que damos un paseo por ella en busca de esas otras bellezas artísticas que la han llevado a fomar parte de la Unesco.
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PIAZZA BRA, EL CORAZÓN DE VERONA
De día o de noche, cenando en una de sus terrazas, admirando la arquitectura del palacio Barbieri, que recuerda a los antiguos templos romanos, cruzando los portales o paseando por esa larga acera (liston) que la bordea, como hacen los veroneses los fines de semana. En La Bra se toma el pulso a Verona. Es la plaza más grande de la ciudad y su corazón. El Portoni della Bra, la puerta de mármol y ladrillo rojo de la antigua muralla que, hasta el siglo XV era el único acceso a la ciudad, la conecta con la Arena, icono veronés.
Después de Roma y Pompeya, Verona es la ciudad con más restos romanos de Italia y de todos, el más monumental es el enorme anfiteatro construido hace unos 2000 años que en otro tiempo fue testigo de la lucha de gladiadores y en la actualidad, gracias a su acústica perfecta y a sus 30.000 asientos, escenario de un gran número de eventos y espectáculos musicales. Su Festival de Ópera –en él cantó por primera vez María Callas– se celebra cada verano desde 1913.
LA DOMUS ROMANA DEL PALAZZO FORTI
A poco que se excave en la ciudad se hallan restos romanos. En el Palazzo Forti situado en Via Zambelli 26 encontrarás unos de los ejemplos mejor conservados de edificios privados del norte de Italia de esa época. La domus, con una superficie aproximada de 400 m2, fue construida a finales del siglo I a. C. y habitada durante casi 600 años y la visita por el museo del sitio arqueológico, te permitirá contemplar mosaicos.
SAN ZENO Y LOS OTROS TEMPLOS
Aunque en Verona son muchos los que están interesados en conocer la basílica románica de San Zeno, pues fue en su cripta donde se casaron Romeo y Julieta, y, de paso admirar sus preciosos frescos medievales, también cuenta con un ramillete de bonitas iglesias. Junto a esta, otras tres se pueden visitar con un billete especial: San Fermo el Mayor y el Duomo, muy recomendable porque es un espléndido ejemplo del gótico italiano con riquísimas obras de arte. Muy cerca del Puente de Piedra y del Teatro Romano queda la de San Giorgio in Braida.
LA PIAZZA DELLE ERBE…
Sobre el antiguo foro romano se sitúa la plaza de las Hierbas, la más hermosa de Verona, con su columna del león alado de San Marcos, que recuerda que este territorio perteneció a la República de Venecia, y su popular fuente de la Madonna en el centro. Fue mercado de abastos durante siglos, donde las especias y las hierbas abundaban y sus aromas flotaban en el aire, y hoy se vende de todo. Se llega a ella desde la Arena a través de via Mazzini, la calle más comercial de la ciudad.
Pero al entrar en la piazza delle Erbe lo primero que se ve es la torre Lamberti, vigía de la ciudad desde sus 84 metros de altura, que llama la atención por su porte y por su gran reloj. Tiene dos llamativas campanas con nombre propio: Maragona, la más pequeña, servía para marcar las horas y avisar a la población del peligro de algún incendio; Rengo, la más grande, se utilizaba para invocar los consejos de la ciudad. Por escaleras, o mejor en ascensor, puedes subir a lo más alto para disfrutar de una amplia vista del casco viejo. Anexo a la torre queda el Museo de Arte Moderno.
…Y LA DEI SIGNORI
Los Scaligeri fueron señores de Verona durante los siglos de dominación veneciana y es en este popular espacio, presidido por la estatua de Dante, donde están sus sepulcros, obra maestra del arte funerario medieval. Justo al lado de estas sorprendentes tumbas, sorprende la sencillez de la hermosa iglesia románica de Santa María Antica, sede de los templarios católicos.
LAPIDARIO MAFFEIANO
Dentro de las murallas, muy cerca de la piazza Bra, sorprende el edificio que acoge este museo lapidario, uno de los más antiguos de Europa, donde se ven colecciones de arte griego, etrusco, paleo-veneto y romano, que visitó y sobre las que escribió el poeta alemán Goethe. Abre frente a la Arena y en su puerta está el único busto de Shakespeare de la ciudad.
CASTELVECCHIO
A orillas del río Adige, el castillo de Castelvecchio alberga el museo más importante de la ciudad, con una rica colección de esculturas, pinturas, cerámicas y piezas de oro históricas. Conectado a la fortaleza está el puente fortificado Scaligero o Castelvecchio, magnífico ejemplo de arquitectura militar. Como todos los monumentos medievales de Verona, es de ladrillo rojo (rojo veronés) y mármol blanco y está rematado con torres y almenas. Su fortificación comenzó en el siglo XIV cuando la familia Scala decidió ubicarlo junto al río para defenderse de los invasores y tener un punto rápido de escape en caso de urgencia.
LA MEJOR PUESTA DE SOL DE LA CIUDAD
Desde el castillo de San Pedro se observa la mejor puesta de sol de la ciudad y la vista panorámica, con el campanario románico del Duomo, la torre de los Lamberti y los tejados reflejados en las aguas del río Adige, que forman un bello meandro y el puente de Piedra, el más antiguo de Verona, construido por los romanos, y por el que hay que cruzar para alcanzar la pequeña colina sobre la que se asienta. Se erigió por encima del Teatro Romano, otro de los edificios más importantes de la época imperial, y se puede acceder a sus miradores a pie o en funicular. Muy cerquita está el agradable jardín renacentista Giardino dei Giusti, junto a un palacio neoclásico.