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Santa María del Parral y Alcázar de Segovia© Andrés Campos

ESTRENAMOS ESTACIÓN

La Alameda del Parral, el paseo 10 por Segovia para el otoño

Por el valle que baña el río Eresma discurre una ruta a pie entre álamos y plátanos de sombra que en esta época viran del verde al amarillo por el que muchos segovianos se oxigenan y entretienen lejos de la multitud de turistas que visitan la ciudad. Uno de ellos fue Antonio Machado, vecino ilustre.


20 de septiembre de 2024 - 13:21 CEST

En Segovia ocurre como en muchas casas, que hay espacios para ver y enseñar, donde se recibe a las visitas, y lugares reservados para vivir. Para ver y enseñar están el acueducto, el alcázar o la casa de los Picos. Para vivir, el valle que baña el río Eresma al norte de la ciudad, una frondosa alameda donde los segovianos se orean, corren, pasean en bici, pintan, observan aves..., y los pocos turistas que se asoman solo lo hacen por equivocación. ¿Es que no hay monumentos? Sí que los hay, y muy curiosos, como la Real Casa de Moneda o la iglesia templaria de la Vera Cruz.  

En busca de esta secreta belleza tienes que acercarse por la calle del Cardenal Zúñiga al antiguo convento de Santa Cruz la Real, primer monasterio fundado por los dominicos en España, en 1218, reformado en tiempos de los Reyes Católicos, que hoy está ocupado por la privada IE University. El paseo comienza admirando esta obra de Juan Guas, con su portada gótica finísimamente labrada, de arquivoltas treboladas; y, en su cornisa, el famoso “tanto monta, monta tanto” de los reyes Isabel y Fernando. 

Monasterio de Santa Cruz la Real de Segovia
El antiguo convento de Santa Cruz la Real acoge ahora una universidad privada.

Rodeando el edificio por el oeste, se desciende rápidamente por una costanilla empedrada (la calle Escali Hospicio) hasta un puente sobre el Eresma, donde una lápida recuerda a Antonio Machado, que pasó 13 años en Segovia (1919-1932) dando clases en el instituto y, como el mismo escribió, “paseando por la alameda que el Eresma baña, / el libro bajo el brazo…”.

A medio kilómetro del literario puente, aguas abajo (bordadas de añosos plátanos y chopos, se alza el monasterio de Santa María del Parral (monjesjeronimos.es), un monasterio jerónimo con cuatro claustros y templo plateresco, erigido por el marqués de Villena, favorito de Enrique IV, al que, según la leyenda, la Virgen libró de morir víctima de un duelo desigual en este preciso lugar. El monasterio, además de leyenda, tiene un porche-mirador a la entrada y, junto a él, una alberca en la que se refleja desde las alturas de la ciudad el alcázar, que visto así parece un castillo de cuento de hadas, más de lo que ya lo parece sin necesidad de reflejarse en ninguna superficie líquida.

Monasterio de El Parral de Segovia© Javier Sánchez Martí­nez
Vista aérea del Monasterio de El Parral.

La siguiente parada del paseo es la Real Casa de Moneda, la primera mecanizada de España, del siglo XVI, hoy museo (casamonedasegovia.es). Este es uno de los edificios de arquitectura industrial más antiguos del país, que alberga un sistema de laminación y acuñación mediante ingenios movidos por ruedas hidráulicas, vanguardista cuando fue implantado por orden de Felipe II. Muy cerca se extiende el Romeral de San Marcos, un magnífico jardín diseñado durante tres décadas por el paisajista uruguayo Leandro Silva que contiene más de 300 especies. Incluido el romero, claro (jardinelromeraldesanmarcos.es).

Más adelante, junto a la carretera de Zamarramala, se ve la iglesia de la Vera Cruz, un templo dodecagonal que encierra, cual muñeca rusa, otro templete, también de 12 lados, donde los templarios, tan misteriosos ellos, debían de pasárselo en grande. Uno de los edificios más singulares de románico español y de Segovia. 

Iglesia de la Vera Cruz de Segovia© Shutterstock
La singular iglesia románica de la Vera Cruz, con 12 lados.

El paseo te llevará a continuación al convento de los Carmelitas Descalzos, en el que reposan los restos de San Juan de la Cruz, y al vecino santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla, patrona de Segovia, que dicen que salvó a una judía a la que el celoso marido arrojó desde el cortado en que hoy se apoya este edificio herreriano. La hebrea abrazó la cruz y se hizo bautizar María del Salto. Tras informarte in situ de este prodigio darás por concluido el camino de ida y, volviendo la vista hacia la afilada proa del alcázar, regresarás al punto de partida sin apartarte de la orilla del Eresma, el vivo, poético y milagroso Eresma.

Casa-museo de Antonio Machado en Segovia© Andrés Campos
La humilde pensión de la calle Desamparados que acogió a Antonio Machado.

LA CASA-MUSEO DE MACHADO

Subiendo desde la alameda del Parral llegarás a la humilde pensión que ocupaba Antonio Machaddo, hoy casa-museo (machado.turismodesegovia.com), en el número 5 de la calle de los Desamparados. En ella verás la cocina de leña, que se conserva intacta, como el libro de recetas manuscritas de la antigua patrona, Luisa Torrego. Después de revisar varias estancias llenas de recortes de prensa, fotos y retratos del poeta (incluido uno de Picasso), asómate atónito al cuarto donde sobrevivió 13 inviernos con solo una estufa de petróleo: “Tengo que abrir el balcón para que se caldee la habitación”, bromeaba.

Suite del hotel Áurea Convento de Capuchinos de Segovia© @aurea.hotels
Suite del hotel Áurea Convento de Capuchinos.

 MUY PRÁCTICO                          

DÓNDE DORMIR

En los apartamentos Casavillena (casavillena.com), a orillas del río, con vistas al alcázar e ideal para familias. También con vistas son los de El Mirador del Alcázar (elmiradordelalcazar.com), ocho apartamentos con estéticas que van de lo industrial a lo nórdico. El antiguo convento de las Oblatas, la mayor finca del casco antiguo de Segovia, con vistas al valle del Eresma y su alameda la ocupa el Áurea Convento de Capuchinos (eurostarshotels.com), que dispone de restaurante gastronómico, spa y amplia zona ajardinada. 

Plato del restaurante El Ingenio chico de Segovia© Plato del restaurante El Ingenio chico de Segovia
Receta del restaurante El Ingenio chico.

DÓNDE COMER

Junto a la Real Casa de Moneda, de la que toma su nombre, El Ingenio chico (elingeniochico.com) es un restaurante, también hostal, con preciosa terraza sobre el río, recomendable para saborear un bacalao, un cordero o un cochinillo. Buen pescado y marisco, para los que no se conforman con el típico cochinillo, que tampoco lo hacen aquí mal, encontrarás en San Marcos (sanmarcosrestaurante.com). Emplazado en la iglesia del antiguo convento de las Oblatas, el restaurante Villena (restaurante-villena.com), donde probar su cocina de autor con productos de primera calidad.