Grutas de Cristal en el pueblo de Molinos, en Teruel© Adobe Stock

Molinos, el desconocido pueblo de Teruel que esconde las Grutas de Cristal

La belleza natural de la cueva de las Graderas, también llamada Grutas de Cristal, con sus hermosísimas salas subterráneas, brilla en la oscuridad como si fuera un reino de fantasía. Están abiertas al público y son unas de las cuevas más espectaculares de Aragón.


3 de septiembre de 2024 - 7:30 CEST

Donde el bajo Aragón da paso a las abruptas montañas del Maestrazgo turolense se esconde entre colinas y barrancos el pueblo de Molinos, afamado por la belleza de sus cuevas, que ya fueron hogar para el hombre prehistórico. 

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MOLINOS: UNA VILLA EN EL BARRANCO DE SAN NICOLÁS

Pero antes de ver tan bellas cavidades se debería conocer algunos de los puntos de interés de esta villa partida en dos por el impresionante barranco de San Nicolás, con un salto de agua de 30 metros. El paseo urbano por sus calles lleva al antiguo lavadero, las dos plazas porticadas unidas, la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, la ermita de la Soledad, la torre del Reloj...

Cascada de San Nicolás en el pueblo de Molinos, en Teruel© Sendo Serra / Alamy Stock Photo
Cascada de San Nicolás en el pueblo de Molinos.

LAS GRUTAS DE CRISTAL

Sin embargo, la gran maravilla de este pueblo está fuera, a cuatro kilómetros. Es la cueva de las Graderas, también conocida como las Grutas de Cristal. Descubierta por casualidad en 1961, el hecho supondría un antes y un después para el lugar. En su interior, un cómodo pasillo con escaleras permite recorrer diversas galerías y dos hermosísimas salas subterráneas de cuyos techos cuelgan estalactitas, columnas, banderas y curiosas formaciones arborescentes o excéntricas que semejan ser raíces o corales submarinos.

Las Grutas de Cristal fueron declaradas Monumento Natural gracias a su bella red de salas y galerías de peculiares formas.

Protegidas como monumento natural, se llega a su entrada a través de las escaleras de ‘La línea del tiempo’. En su interior se guardan las maravillas ocultas de la Sala de los Cristales y la Sala Marina, de gran belleza espeleológica.

En la llamada Sala de los Ecosistemas, situada en el antiguo lavadero, está el también llamado Museo de las Formaciones que explica cómo se crearon las Grutas de Cristal y, a su vez, ofrece información de otros tres monumentos naturales del Maestrazgo. Además, guarda la mandíbula del Hombre de Molinos, datada hace 5.000 años.

¿QUÉ VER CERCA DE MOLINOS?

PARQUE CULTURAL DEL MAESTRAZGO

Los amantes de la naturaleza salvaje tienen más entornos atractivos cerca de Molinos para excursiones sencillas a pie dentro del Parque Cultural del Maestrazgo, como pueden ser las que se acercan a la Cueva de Baticambras, al Pozo del Salto, las riberas de chopos cabeceros del río Guadalopillo, o el GR-8.1, que viene de Ejuve y se dirige a Las Cuevas de Cañart.

Pozo del Salto en el Parque Cultural del Maestrazgo.

LA ERMITA DEL LLOVEDOR

Volviendo a Molinos, pero sin entrar al pueblo, hay que tomar la carretera que conduce a Castellote atravesando un paisaje de piedras y estratos geológicos en la Sierra de los Caballos. Tras varias masías y campos se rebasa el pueblo de Seno, y de ahí se baja a la legendaria ermita del Llovedor, enmarcada en un formidable paraje de altos peñones y rocas calizas que el tiempo ha replegado, y por donde escurre el agua en una cortina de musgos y helechos.

CASTELLOTE

Continuando por la A-226, un túnel da acceso a Castellote, pintoresco pueblo que puede presumir de tener un castillo inexpugnable. El paseo urbano por la calle Losado lleva antes de subir hasta lo más alto a diversos puntos de interés, como la fuente del Abrevador, la lonja del Ayuntamiento, la Cuesta Castellana, y así llegar a la plaza de la Virgen del Agua, en la que se levanta el Torreón Templario, reconvertido en oficina de turismo y centro de interpretación de la orden del Temple. El centro de la población conserva bellas casas-palacio, como las de las Pepetas, la de Gordiano o la de Planas. Sobre ellas se eleva la iglesia de San Miguel. Y desde ahí, un empinado camino se dirige al imponente castillo situado en un escarpe natural tan vertical que nunca precisó de muralla.

Pueblo de Castellote.
Castillo inexpugnable que corona la localidad.

Pero Castellote tiene además un término municipal muy extenso para estirar el fin de semana: Ladruñán, Dos Torres de Mercader, Crespol... o La Algecira, punto de partida de un sendero junto al río Guadalope que se dirige al monumento natural del Puente de la Fonseca y a los abrigos rupestres Patrimonio de la Humanidad pertenecientes al Arco Levantino.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.