Cala Saladeta, Sant Antoni de Portmany, Ibiza© Gonzalo Azumendi / Alamy Stock Photo

¿TE LO IMAGINAS?

A Ibiza como Taylor Swift: lujo, burbujas y jets privados

Desde empaparse de sofisticación en un vuelo ejecutivo a comer en el restaurante más caro del mundo. La isla blanca, en 24 horas, como la viven las celebrities.


30 de agosto de 2024 - 7:30 CEST

Al menos una vez en la vida, todo el mundo debería vivir una experiencia fuera de lo común. Descubrir el derroche sin culpa, saborear el auténtico lujo, sentirse como Taylor Swift cuando pasa por Ibiza. No hay mejor lugar para ello que esta isla de las mil tentaciones. Un paraíso soñado en el que confluye naturaleza y exclusividad, autenticidad y postureo, fiesta y recogimiento.

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Para ello, para disfrutar de la isla blanca de una manera selecta, está Ibiza Luxury Destination (ibizaluxurydestination.com), un club formado por empresas exclusivas que brindan sus servicios bajo un sello de calidad: desde yates mastodónticos a restaurantes de autor, pasando por villas inalcanzables y hasta medicina estética. Todo enfocado al ocio de alto standing, tal y como lo viven las celebrities. Una herramienta ideal para diseñar una escapada VIP a la pitiusa mayor.

VOLAR COMO UN REY

Las 24 horas más lujosas de Ibiza deben comenzar, claro, en un jet privado como los que opera Welojets, una empresa de aviación ejecutiva que acaba de establecerse en España, donde (sorprendentemente) estos vuelos han crecido diez veces más que los comerciales. En Ibiza, incluso, han batido récords. Y eso que el precio de cada hora en el aire comienza en los 4.000 euros… y puede llegar a los 10.000.

© Welojets

Pero la experiencia resulta inolvidable desde el mismo momento en que un coche de alta gama aparece en la puerta de casa para conducir al cliente a una terminal privada del aeropuerto, donde no existen las colas ni las esperas. Después, en el avión, un Gulfstream G550 similar al de Leo Messi, comienza el desfile de champán, acompañado de jamón ibérico y otras suculentas delicias.

© Welojets

Moqueta, comodísimos asientos de cuero que se convierten en camas, ventanales enormes, cosméticos de Jo Malone y wifi a bordo de alta velocidad marcan algunas diferencias con los vuelos tradicionales. Aunque la principal, obviamente, es la exclusividad que supone tener sólo 14 pasajeros.

SOFISTICACIÓN EN EL MAR

Una vez en Ibiza (tras 45 minutos de trayecto) el cuerpo pide mar. Y para eso está Rumbo Norte, que alquila veleros, catamaranes y barcas motoras para navegar por el Mediterráneo. O S.E.Yachting, que hace lo propio con yates de alto rendimiento, elaborados con fibra de carbono para reducir las emisiones. Y si se busca un poco de adrenalina, Smart Charter Ibiza proporciona lanchas rápidas, que pueden personalizarse para deportes acuáticos.

© Carlos Reina Photography / Alamy Stock Photo

Con cualquiera de ellos, tal vez podemos atracar en algún sofisticado beach club en el que lucir palmito. Como Cala Bassa Beach Club [CBbC], en una de las playas más hermosas de la isla, asentado sobre su arena suave y a la sombra de sabinas milenarias. Aunque para aspirar el auténtico ambiente ibicenco, lo mejor es acercarse a Beso Beach, en la playa de Ses Salines, donde no falta la gastronomía excelente, la gente guapa y la música incombustible.

© Cala Bassa Beach Club

Cala Bassa Beach Club.

CON MUCHO GUSTO

Si lo que se busca, por el contrario, es una experiencia culinaria de altura en una atmósfera más relajada, la opción será recurrir a las propuestas de chefs avalados por Estrellas Michelin. Etxeko by Martin Berasategui, por ejemplo, propicia un viaje gastronómico por el País Vasco en el que se fusionan sabores tradicionales con otros más contemporáneos.

© Etxeko by Martin Berasategui

Etxeko by Martin Berasategui

1742, comandado por Edwin Vinke, apuesta sin embargo por los productos locales (del mar y de la tierra) para ofrecer una cocina ibicenca de kilómetro 0 en un ambiente palaciego. Y Paco Roncero, en el aclamado Sublimotion, brinda una experiencia sensorial limitada a 12 comensales, al módico precio de 1.650€. Es el restaurante más caro del mundo, por lo que viene como anillo al dedo para una escapada glamourosa.

© Sublimotion

El aclamado restaurante Sublimotion en Ibiza.

MODA BLANCA

No pueden faltar las compras en esta jornada exclusiva. Y ya que estamos en Ibiza, decantémonos por la moda Adlib, la tendencia que representa el estilo de vida y la idiosincrasia de la isla. Un sello, originado por Smilja Mihailovitch, que está inspirado en una tierra que nunca ha sucumbido a los prejuicios. Su esencia son las prendas ligeras, de colores blancos o muy suaves, bordadas artesanalmente y con tejidos y materiales de alta calidad, imposibles de replicar en serie.

Dolors Miró, Elisa Pomar, Tony Bonet, Ivanna Mestres, Monika Maxim… y así hasta 14 diseñadores se engloban bajo el sello Adlib, todos ellos con sus propios talleres en la isla. Nada más reconfortante que adquirir uno de estos fabulosos vestidos (o varios) y complementarlo con algún producto de la marca Campos de Ibiza, un must have en perfumes, cosméticos y regalos.

QUE EL RITMO NO PARE

Queda la noche y en Ibiza, ya se sabe, esto son palabras mayores. Por eso, después de cenar en algún otro renombrado restaurante, proponemos exprimir su famoso ocio nocturno. Aquí hay para todos los gustos, aunque, más allá de los grandes clásicos, un lugar ha sido reconocido oficialmente como El Mejor Club del Mundo: Hï Ibiza, donde Black Coffee, David Guetta o Eric Prydz son algunos de sus residentes.

© Hï Ibiza

Hï Ibiza, nombrado como El Mejor Club del Mundo.

Así va llegando el fin del día… e incluso la mañana siguiente. Pero hay que reservar unas horas para dormir en el hotel 7 Pines, un complejo de suites con forma de casas encaladas, asentado en un acantilado, sobre el mar, con vistas al mágico islote de Es Vedrà. Un lugar privilegiado para poner fin a este viaje VIP, antes de regresar a casa en el jet privado, siempre entre lujo y burbujas.