Gerard Piqué suele ser muy discreto en lo referido a su vida personal. Sin embargo, el exfutbolista catalán, de 37 años, ha compartido con su comunidad de seguidores algunos pequeños detalles de cómo han sido sus vacaciones de verano. El destino elegido ha sido Grecia, país que también han visitado otros rostros conocidos como Chiara Ferragni y Matt Damon. Concretamente, el deportista ha estado en la costa oeste del Peloponeso. A continuación, todos los detalles de sus relajantes días de desconexión.
El lugar que el que fuese central del F.C Barcelona ha elegido para descansar ha sido el exclusivo resort Amanzoe, que pertenece a la cadena Aman. Una acrópolis moderna muy cerca de Porto Jeli, isla que albergaba la residencia del fallecido rey Constantino de Grecia y la reina Ana María, rodeada de olivares, vistas privilegiadas al mar Egeo y ruinas históricas protegidas por la UNESCO. Un conjunto de pabellones y villas privadas de estilo minimalista y guiños a la arquitectura de la antigua Grecia, como las columnas y los suelos de mármol. Todas ellas cuentan con terraza, piscina y frondosos jardines. Su precio oscila entre los 3.500 a los 6.000 euros la noche.
Entre los servicios que ofrece este alojamiento destaca su spa de 2.850 metros cuadrados. Allí los clientes pueden ponerse a punto con masajes, baños en la piscina, una sesión de manicura y pedicura, saunas, baños turcos, tratamientos faciales y otros rituales de belleza a partir de elementos naturales como la lavanda y jabones. Además, se puede ejercitar el cuerpo, puesto que cuenta con un gimnasio completamente equipado, clases de yoga y un estudio de pilates. Los amantes del shopping también están de enhorabuena porque hay una exclusiva boutique con prendas de ropa y otros artículos de lifestyle.
Otro de sus encantos es su amplia variedad culinaria, puesto que dentro del hotel hay cinco locales de restauración: Nura, con una carta basada en los platos tradicionales de la gastronomía mediterránea; Nama, con el mejor sushi y otras delicias asiáticas; el Anfiteatro al aire libre, especializado en comida griega; el restaurante de la piscina, ideal para tomar un tentempié al mediodía; y otro restaurante para desayunos y cenas con platos que combinan lo mejor del mediterráneo con toques internacionales. Además, hay un bar abierto 24 horas para deleitarse con sus maravillosas vistas y brindar con un rico cóctel.
El resort también ofrece a sus clientes la posibilidad de realizar actividades fuera de sus paredes. A unos 10 minutos de la villas hay un Beach Club con spa, clases de natación, esnórquel y buceo, así como un restaurante con actuaciones musicales en directo; puedes descubrir las islas, pueblos antiguos y playas de los alrededores a bordo de un crucero; visitar a una granja, un plan ideal para que los más pequeños se familiaricen con la vida rural a través de actividades como la recogida de huevos; conocer los secretos de la apicultura en el colmenar de la familia Bairaktaris, encargados de suministrar miel al hotel; y visitar las ruinas de Epidauro, anfiteatro protegido por la UNESCO, el santuario de Asclepio, las ciudadelas de Micenas y Nauplia, o el templo de Hera, entre otras.
Porto Jeli, un viaje al pasado
Porto Jeli está construida a orillas de un puerto natural cerca de las ruinas de la antigua ciudad de Halias, en la región de la Argólida. Desde la década de los 70, este municipio de origen pesquero ha pasado a ser uno de los destinos turísticos de lujo más demandados. Además de darse un refrescante chapuzón en sus playas de aguas cristalinas y disfrutar de sus numerosas opciones de ocio (como cafés, restaurantes y ferias del libro), Porto Jeli es una ventana a los orígenes de la civilización a través de parajes como la Torre de Elli, el Acrópolis de Alesis y el Centro Cultural Milessi.
Frente a Porto Jeli encontramos la isla de Spetses, bañada por las aguas del Egeo. Uno de los lugares favoritos de los royals, puesto que es habitual que Pablo y Marie-Chantal de Grecia, así como sus hijos, se desplacen hasta allí en la temporada estival. También ha acogido a la infanta Cristina y Guillermo y Máxima de los Países Bajos. Sus calles adoquinadas, repletas de jardines y buganvillas, albergan numerosos tesoros como la iglesia ortodoxa de Saint Nikolaos; el museo Bouboulina Museum, una exposición de libros, objetos y retratos de 400 años de historia dentro una mansión de estilo neoclásico; y el Grand Hotel, que data de principios del siglo XIX y que ha hospedado a grandes personalidades, como los invitados al enlace de Nicolás de Grecia y Tatiana Blatnik.