Skip to main contentSkip to footer
Paisaje volcánico de Lanzarote, montaña de Juan Bello© Gonzalo Azumendi

ISLAS CANARIAS

Timanfaya y La Geria, una ruta por Lanzarote más allá de sus playas

Los paisajes pulidos por la fuerza de la naturaleza que componen este territorio, el más hipnótico de la isla canaria, resultan imprescindibles para cualquier viajero.


Por: Elena Ortega
22 de agosto de 2024 - 14:30 CEST

Da igual la época del año en que se visite la isla de Lanzarote, porque más allá de sus playas, más o menos salvajes, hay que lanzarse a recorrer estas tierras poderosas en las que los ocres, negros y rojizos de antiguas coladas volcánicas dibujan los campos del suroeste de Lanzarote, extendiéndose desde el Parque Nacional de Timanfaya hasta La Geria, entre las localidades de Tías, Yaiza y Masdache. Un paisaje protegido más propio de otro planeta con hoyos cónicos que dan cobijo a vides y trepan por las laderas de las montañas.

Paisaje volcánico de los viñedos de La Geria en la isla de Lanzarote© Gonzalo Azumendi

El paisaje de La Geria es una inmensa colmena de hoyos excavados por los lanzaroteños para cultivar la vid. 

POR LAS MONTAÑAS DE FUEGO

El mejor punto para empezar a recorrer -en coche o en bicicleta (ebike-lanzarote.com)- este territorio lunar es el origen del mar de cráteres, cuevas y coladas: las Montañas del Fuego. Sus cumbres son el resultado de las largas erupciones que, en el siglo XVIII, transformaron la isla por completo y que hoy son parte del Parque Nacional de Timanfaya. Para visitarlo tendremos que aparcar el vehículo a la entrada y continuar con el autobús del parque.

La ruta de los volcanes en el Parque Nacional de Timanfaya

Son 14 kilómetros los que tiene la carretera que se adentra hasta el corazón del espacio protegido por la Ruta de los Volcanes. Horadada entre montañas, fue diseñada por el polifacético artista César Manrique y por Jesús Soto, el arquitecto con el que solía trabajar. Después de dejar atrás el Echadero de los Camellos, donde descansan los dromedarios entre paseo y paseo con turistas, la ruta sigue hacia Uga, una de las poblaciones más antiguas, para luego dirigirse a La Geria por la LZ-30. En esta calzada los coches tienen una velocidad limitada, por lo que, si nos desplazamos en bicicleta, podremos disfrutar con tranquilidad de un paisaje en el que vides y cactus ponen la nota de color. También la ponen la Montaña Colorada y la blanca ermita de la Caridad, fundada en 1706 y recuperada, años más tarde, después de que el volcán del Cuervo la sepultara.

   
Ruta en camello en el Parque Nacional de Timanfaya en Lanzarote© Gonzalo Azumendi
La única actividad que se permite realizar dentro de los límites del parque nacional es el breve paseo en dromedario por las laderas negruzcas y desoladas de Timanfaya.

LOS INSÓLITOS VIÑEDOS DE LA GERIA

Cuando las tierras fértiles de La Geria se tiñeron de negro tras las erupciones, se convirtieron en ásperas. Con el tiempo, el malpaís conformó un peculiar entorno vitivinícola pulido por los vientos. Las parras brotan de surcos, de hasta tres metros de profundidad, protegidos de los constantes alisios por una sucesión de refugios de piedra en forma semicircular. Las cenizas volcánicas ayudan a conservar los cultivos húmedos durante los largos periodos sin lluvias, al mismo tiempo que favorecen la subida del nivel de azúcares.

Visita a las bodegas de La Geria

A ambos márgenes de la carretera LZ-30, las bodegas de la Milla de Oro del vino lanzaroteño mantienen la arquitectura tradicional de la isla. Bodegas que, a lo largo de su historia, han sorteado numerosas dificultades para elaborar fabulosos vinos de malvasía con reconocimiento mundial.  La Geria (lageria.com), que data del siglo XIX, es la primera bodega que encontramos en el camino y una de las más visitadas, con espectaculares vistas al Timanfaya que se disfrutan durante una visita con cata. Frente a ella, Rubicón se levanta entre eucaliptos centenarios en un antiguo cortijo.

   
Viñedo y bodega en La Geria, en la isla de Lanzarote© Realimage / Alamy Stock Photo
Viñedo y bodega en La Geria.

Más adelante espera El Grifo (elgrifo.com), la más antigua de las Canarias y una de las diez bodegas históricas de España, fundada en 1775. En su museo se exponen cientos de utensilios vinícolas, entre ellos un lagar o una prensa hidráulica del siglo XIX que relatan la historia de La Geria. La misma hacienda acoge viñas, un jardín de cactus y una biblioteca privada con una importante colección de libros de agricultura, pesca, ganadería y viticultura de las Islas Canarias. Otras bodegas interesantes son las de Timanfaya y Los Bermejos (losbermejos.com ) y las más modernas, Stratvs (stratvs.com ) o Vega de Yuco (vegadeyuco.com).

La Casa-Museo del Campesino y el vanguardista Monumento a la Fecundidad, obra de César Manrique, obra de César Manrique ponen fin a esta ruta homenajeando la ardua labor que, durante siglos, los agricultores realizaron en este terreno inhóspito. El mejor resumen de la identidad de Lanzarote.

PARA ALOJARSE Y COMER JUNTO A TIMANFAYA

Aquí no se viene en busca de grandes y lujosos hoteles, pero sí de pequeños alojamientos regentados por familias locales que exprimen la esencia de la zona. Es el caso de Finca Malvasía (fincamalvasia.com) o de Petit La Geria, en Tías. A la hora de comer un clásico como El Diablo, el restaurante panorámico dentro del Parque Nacional de Timanfaya, cuyo punto fuerte es el horno, a cinco metros de profundidad, en el que se preparan carnes, verduras y otro tipo de delicias a la brasa. También en la Casa-Museo del Campesino puedes degustar rica cocina local.