Los impresionantes acantilados marinos de los Gigantes son el centro de todas las miradas de Santiago del Teide, pero esta vez queremos mostrarte también la cara menos conocida, el encanto del pueblo en la montaña, el recuerdo del Chinyero, el último volcán que entró en erupción en las islas Canarias, los senderos entre almendros, lava y viñedos y su rica gastronomía.
EN BUSCA DE DELFINES
En menos de 15 kilómetros, el paisaje de Santiago del Teide cambia por completo. Pasamos del Puerto de Santiago, con sus espléndidos fondos marinos situados a unos 50 metros bajo el nivel del mar, playas y acantilados, hasta las faldas del Teide, uno de los volcanes más hermosos del mundo y el pico más alto de España, con sus 3.718 metros de altitud.
El Puerto de Santiago forma parte del municipio de Santiago del Teide y allí se concentra la mayor población y, también, el turismo. Estamos en una de las zonas de avistamiento de cetáceos más importantes de Canarias, declarado primer lugar Patrimonio de Ballenas de toda Europa y Punto de Esperanza Marina. Tienes que dirigirte al puerto deportivo para contratar una de las excursiones y disfrutar como un niño viendo delfines mulares, ballenas y tortugas de mar. El paseo te acercará hasta la playa de Masca, donde puedes darte un baño bajo las enormes paredes de estos acantilados que los guanches, los aborígenes canarios, llamaban "la muralla del infierno". Y es que sus más de 600 metros de pared vertical, de roca basáltica, resultan imponentes.
MESAS FRENTE AL MAR
De regreso al puerto con el recuerdo de este grato viaje, es tiempo de sentarse a la mesa de alguno de sus restaurantes para disfrutar de la cocina marinera. Uno de los estrenos de esta temporada es el Restaurante Codeso. Puedes elegir un menú cerrado o directamente platos de su carta como una brandada de bacalao y su pilpil sobre cristal de pan o su carpaccio de gamba de Lanzarote aderezado con pimienta palmera, mango, cremoso pasión y helado de piña. También tienen buen pescado, déjate recomendar por el chef, pero la opción del pescado local siempre es un acierto y más en suquet de cazuela canaria con papa negra. Si eres amante de los arroces tienen varios para elegir. Entre las carnes, la terrina de cochino negro canario acompañado de mermelada de manzana asada e hinojo y chalotas glaseadas.
En Los Gigantes también se encuentra el Restaurante Pejeverde, donde vas a poder probar el atún que se pesca en la zona preparado de mil maneras. Un clásico e imprescindible del municipio es el Restaurante Pancho, con más 60 años de trayectoria dirigido por la familia Rodríguez. Seguro que coincidirás con Paco, el patriarca, o uno de sus dos hijos: Mario y Francisco. Déjate guiar por ellos. Su pescado fresco sorprende al comensal con brotas rosadas, bicudas, chernes, una barracuda o un gallo San Pedro. Y con una gran selección de vinos canarias (algunos propios de viñas de Santiago del Teide) para acompañar estos platos que se disfrutan, además, con los pies casi metidos en el agua de Playa Arena.
SANTIAGO Y EL CHINYERO
Tomando la carretera TF-82, en menos de 20 minutos nos situamos en la zona alta del valle, a 1.015 metros sobre el nivel del mar. Pasarás por pequeñas poblaciones y atractivos miradores antes de llegar a Santiago del Teide, la capital, un coqueto pueblo que nos recibe con la resplandeciente imagen de la Parroquia de San Fernando Rey, con su blanca fachada, el balcón de madera de tea y la torre del campanario. Alberga la imagen de Santiago Apóstol, el patrón que tiene su propia ermita en el Valle de Arriba, la que se conoce como iglesia vieja y donde se conmemora "el milagro del santísimo del volcán".
La erupción del Chinyero ha marcado para siempre la vida de esta población que vio en noviembre de 1909 como la lava estuvo a punto de engullir sus tierras y sus casas. Las gentes de Santiago salieron con sus santos hasta el lugar donde las lenguas de lava arrasaban sin piedad todo a su paso para rogar por un milagro. El mar de lava avanzó durante 10 días y finalmente se detuvo.
Antes de descubrir los senderos naturales de Santiago del Teide, conviene visitar primero el Centro de Interpretación del Chinyero, un espacio destinado no solo a la erupción de este volcán, sino a la volcanología de toda la isla. Se trata de un museo de última generación, interactivo y con recursos multimedia y audiovisuales que nos sumergirán en este mágico paisaje.
Desde la plaza de Santiago del Teide parte un camino que nos conduce hasta la famosa Ruta de los Almendros. En primavera es todo un espectáculo pasear entre los almendreros (así los llaman) en flor que llegan hasta la Reserva Natural de El Chinyero. Resulta estremecedor situarse junto a las paredes de lava que llegan a los dos metros de altura y recordar el episodio que vivieron los vecinos de Santiago y que se recuerda en el pequeño Santuario del Calvario de la Virgen levantado en el punto exacto donde el Chinyero dejó de lanzar su fuego.
UNA SABROSA PUESTA DE SOL
En el camino de vuelta al Puerto de Santiago, te recomendamos hacer una parada en el Mirador de Achipenque. Desde él disfrutarás de uno de los espectaculares atardeceres donde el sol, en su huida, pone casi al alcance de tu mano los Gigantes, que se extienden hasta la Punta de Teno, y las islas de La Gomera y La Palma. Para poner la guinda a este viaje por Santiago del Teide, reserva mesa en el Restaurante Aqua, con unas vistas privilegiadas de Los Gigantes a través de sus ventanales. Su chef, Lucas Maes, se encarga de llevar al plato la esencia canaria con elaboraciones muy originales y suculentas, como los raviolis de queso canario o el tartar de atún marinado en soja dulce semi picante, crema de ajos tostados y cherrys caramelizados. Bocados para despedirte de Santiago del Teide con el mejor sabor de boca.