Digital Cover viajes© @hotellabobadilla

Mis 48 horas en un alojamiento, estandarte del 'slow travel', que me salvó del frenético ritmo de Madrid

En la definición de calma y paz debería estar el hotel La Bobadilla, ubicado en la preciosa localidad granadina de Loja. Alberga un restaurante con Estrella Michelin, La Finca, que es parada obligada para los apasionados de la gastronomía que aúna tradición e innovación


24 de julio de 2024 - 8:00 CEST

Todo cambió hace unas semanas, cuando recibí la visita de una amiga que vive en una pequeña ciudad. Mientras recorríamos Madrid me dijo, ¿por qué vamos corriendo a todos lados?, ¿llegamos tarde? Aquellas preguntas me hicieron darme cuenta de que la rutina nos atrapa y vivimos a un ritmo frenético. Comencé entonces a preparar una escapada que aunara descanso, absoluta tranquilidad, contacto con la naturaleza y oferta gastro. Estas condiciones me llevaron hasta La Bobadilla Royal Hideaway Hotel 5 estrellas Gran Lujo, un auténtico remanso de paz que ha superado todas mis expectativas y en el que he podido desconectar para volver a conectar gracias a una increíble propuesta culinaria, unas fabulosas instalaciones, planes únicos y un equipo humano que es el alma de un viaje inolvidable.

Para ti que te gusta

Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!

Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.

Este contenido es solo para suscriptores.

Suscríbete ahora para seguir leyendo.

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

El Hotel la Bobadilla cuenta con una arquitectura inspirada en los palacetes andaluces© Hotel La Bobadilla
El Hotel la Bobadilla fue concebido como un pequeño pueblo andaluz con muchos detalles inspirados en el arte mudéjar.

Al bajar del coche, procedente de la estación de tren de Antequera (a aproximadamente media hora), sentí que estaba en la plaza de un pueblo andaluz con el color blanco como protagonista e incluso su propia capilla en el que el tiempo se paraba y la voz bajaba de forma instintiva varios tonos. Además, un pequeño detalle como es escuchar cantar a los pájaros (algo impensable en una gran urbe) me hizo comprender por qué La Bobadilla, que se enmarca en la Sierra de Loja (Granada) y pertenece al grupo Barceló, es un referente del slow travel además de un lugar de peregrinaje para los que apuestan por la exclusividad y la sostenibilidad.

© Hotel La Bobadilla
Con una arquitectura de inspiración neomudéjar, este hotel fue nombrado en 2020 ‘Mejor hotel boutique de España’ en los World Travel Awards.

Al atravesar el patio accedí al hall principal, que evoca a la mezquita de Córdoba con unas impresionantes columnas diseñadas por Jesús del Valle, arquitecto que supo plasmar los deseos de los empresarios Rolf Egli y Rudolf Staab (de Alemania y Suiza) cuando en los años 80, fascinados por España, adquirieron el terreno, que era un cortijo, y crearon el restaurante La Finca y 35 habitaciones. Esa idea inicial evolucionó para convertirse en un hotel que en la actualidad es estandarte del ecolujo. Las instalaciones tienen estilo neomudéjar y hay detalles que hacen pensar en otro tesoro patrio como es la majestuosa Alhambra. En sus materiales y ornamentos se puede conocer la historia de Andalucía y como elementos decorativos hay piezas únicas propias de anticuario como trillos de labranza.

© Hotel La Bobadilla
El impresionante hall del hotel trae a la memoria uno de los tesoros artísticos de Andalucía: la Mezquita de Córdoba.

Las habitaciones, un total de 76 tras dos reformas, son todas diferentes pero tienen varios nexos comunes que garantizan la máxima intimidad y el confort. Son espacios amplios, muy luminosos, con baños de mármol en los que hay bañera y ducha, sofás para descansar, camas amplias con mosquitera, aire acondicionado y calefacción, conexión wifi... Pero sobre todo, unas increíbles vistas a la naturaleza que te permiten respirar aire puro. Y es que el hotel está rodeado de 700 hectáreas de entorno virgen que lo convierte en un auténtico oasis y que permite guardar esa exclusividad que es uno de los sellos de identidad del hotel.

© Hotel La Bobadilla
Las habitaciones destacan por un cuidado diseño de estilo clásico actualizado que confieren a los espacios elegancia y calidez.

En los terrenos de La Bobadilla, elegido como mejor hotel boutique de España por los World Travel Award, hay campos de olivos, encinas y robles, palmeras y jardines aromáticos, un huerto ecológico, viñedos, una zona con gallinas y también caballos. Pude recorrer gran parte del terreno, en el que hay rutas señalizadas, practicando nordic walking con Jean-Luc Riehm, fundador de la empresa  Feel Good in Companies y encargado de gestionar la actividad deportiva del centro. A su lado también hice antes de volver a casa una sesión de Slow Fit, actividad de bajo impacto que brinda fuerza, resistencia, flexibilidad y equilibrio. Dos actividades a primera hora de la mañana que me permitieron comenzar con fuerza y disfrutar sin remordimientos del desayuno, tipo bufé y con repostería propia.

© Hotel La Bobadilla
Escondido en la Sierra de Loja, el Hotel La Bobadilla cuenta con una arquitectura inspirada en los palacetes andaluces

Una Estrella Michelin 'celestial' con producto de proximidad

Uno de los grandes reclamos del hotel es su propuesta gastronómica, en la que la joya de la corona es el restaurante La Finca, que consiguió su primera Estrella Michelin en 2022 y le ha sumado este año un Sol Repsol. El menú supone un recorrido por Andalucía gracias al producto de proximidad, su gran apuesta culinaria, y que se podría definir como una sorpresa constante. No solo por las elaboraciones de Fernando Arjona y su gran equipo, sino porque se degusta en escenarios diferentes, como puede ser una capilla no consagrada. Iniciar una velada gastronómica sentado junto a un órgano monumental de 1595 tubos que fue construido allí mismo es algo insólito que, sin duda, debes probar al menos una vez en la vida.

© Hotel La Bobadilla
© Hotel La Bobadilla
El menú degustación del restaurante La Finca comienza en un escenario memorable: una capilla (no consagrada) que cuenta con un impresionante órgano de 1.595 tubos y que hoy suele ser el lugar elegido por muchos turistas japoneses para celebrar allí su boda.

Cada plato es un viaje por las texturas, los sabores y esa originalidad que a la vez va ligada a la tradición. La experiencia se eleva (aún más) gracias al responsable del restaurante, Saturnino Burgueño, protagonista de una apasionante historia. Para él, formar parte del equipo de La Bobadilla no solo es su trabajo, sino que forma parte de su ADN. Su padre era el guarda de la propiedad cuando llegaron el doctor Egli y el señor Staab y recuerda cómo se comunicaban mediante walkie talkies porque en esa época no existía el teléfono. Quién le iba a decir que décadas más tarde este lugar se convertiría en referente gastronómico y también en un lugar de moda para los japoneses, que viajan a este rincón andaluz para celebrar su boda.

© Hotel La Bobadilla
El caviar es otro de los tesoros gastronómicos del restaurante La Finca. Proviene de Riofrío, enclave de una piscifactoría que cría esturiones y cuenta con certificado ecológico.

 Además de desconectar en la piscina exterior de 1.500 m² y de mimarme tanto en el Spa como en la cabina de belleza, dirigida con simpatía y profesionalidad por Paqui, también quise aprovechar la visita para salir por unas horas de ese remanso de paz y adentrarme en un mundo tan apasionante y desconocido como es el del caviar, cuyo potente sabor se me quedó grabado durante la cena en La Finca, creando en mí una especie de obsesión por saberlo todo sobre este alimento. 

© Hotel La Bobadilla
El spa de hotel cuenta con piscinas climatizadas y una serie de tratamientos a la carta pensados para el bienestar y relax de sus huéspedes.
© Hotel La Bobadilla
La piscina, rodeada de una zona ajardinada con palmeras y especies aromáticas es otro de los grandes lujos con los que cuenta el hotel.

Al preguntar por su origen, me contaron que provenía de Riofrío,  conocida como "la ciudad del agua" y situada a escasos kilómetros. Así que decidí visitar las instalaciones de Caviar de Riofrío, en la misma cuenca del Guadalquivir y perteneciente al grupo Osborne. En sus piscinas crían y cuidan tres tipos de esturiones (Acipenser naccarii, Osetra y Huso huso) prácticamente reproduciendo de forma natural el entorno salvaje.  Me fascinó escuchar a su responsable, Laura, contarme el largo y minucioso proceso que siguen y el mimo con el que tratan a los animales en estas piscinas  en las que hay temperatura constante de entre 14 y 15º C. El broche de oro fue una cata de caviar ecológico acompañado de copa de champán, un momento que pasó inmediatamente a ser mi guilty pleasure y con el que puse el broche a un fin de semana renovador.

 

 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.