El verano ha llegado y con él las ansiadas vacaciones. Entre los destinos favoritos de las estrellas se encuentra Formentera, y, precisamente, allí se ha ido Sassa de Osma. Esta isla balear es uno de los lugares predilectos de la princesa de Hannover, puesto que ya ha disfrutado de sus rincones llenos de encanto y sus playas de aguas cristalinas en otras ocasiones junto a su marido, Christian de Hannover, y sus niños, los mellizos Nicolás y Sofía, de cuatro años. Aventuras a las que, a buen seguro, se unirá esta temporada estival la pequeña Alexia, que llegó al mundo el pasado mes de febrero. A continuación, hacemos un repaso a su hoja de ruta.
© sassadeoEn esta ocasión, la abogada y diseñadora de moda ha elegido el encantador pueblo de Sant Francesc, capital de la isla, para desconectar de la ciudad y la rutina. Un municipio ubicado en la parte noroccidental de Formentera cuyo epicentro es su iglesia fortaleza del siglo XVIII. Sus calles peatonales, todas ellas repletas de tiendas locales, restaurantes, boutiques y terrazas, irradian el espíritu del Mediterráneo. Otro de sus encantos destacados son las enormes buganvillas que decoran las fachadas blancas de algunas viviendas y que aportan un olor y color único.
© AlamyEn concreto, Sassa de Osma se ha enamorado de la tienda de artesanía Cerámica Mediterránea, en el número 20 de la calle Sant Jaume. Un local especializado en productos artesanales en el que se pueden encontrar originales accesorios para la casa y también vajillas repletas de detalles estivales como frutas, soles y animales marinos. “Redescubriendo tesoros escondidos en Sant Francesc”, ha explicado la princesa de Hannover haciendo referencia a que esta no es la primera vez que visitaba este bonito establecimiento.
© sassadeoOtros de los lugares a los que merece la pena ir en Sant Francesc son el Museo Etnográfico, la capilla de Sa Tanca Vella, del siglo XVIII, o el Fossar Vell, un cementerio restaurado por el arquitecto Marìa Castelló, trabajo que le valió ser finalista en los premios FAD de arquitectura en 2017. Así mismo, se puede realizar una pequeña caminata a las afueras de la ciudad hasta los molinos de Sa Miranda: el d’en Mateu (vivienda privada) y el Molí d’en Jeroni, del siglo XIX, con una espectacular vista panorámica.
© AlamyEn estas vacaciones, Sassa de Osma ha recibido dos visitas muy especiales, la de su gran amigo Grillo Demo y su prima Mónica Gallese de Osma. Con toda seguridad han degustado los manjares gastronómicos de Formentera, algunos de los restaurantes más recomendados en Sant Francesc son Fonda Platé, para tomar un aperitivo en plena plaza de la Constitución; o Ca Na Pepa, con una carta basada en la gastronomía mediterránea a base de productos locales.
© grillo_demoTambién se la ha podido por la lujosa Can Noves, a tan solo cinco minutos a pie del centro de San Francesc y a otros siete en coche de la Cala Saona. Se trata de un conjunto de villas que proporcionan gran privacidad y tranquilidad a sus clientes, puesto que están en una zona cuya vía de acceso es únicamente para llegar a las casas. Viviendas de estilo unifamiliar equipadas con todo tipo de comodidades y disponibles en varios tamaños (de 2 a 5 suites).
© Can Noves
© sassadeoUn remanso de paz y tranquilidad con una arquitectura que mantiene todos los elementos típicos de las masías mediterráneas, como paredes de piedra en tonos claros que aportan luz y muebles de madera. Can Noves también tiene una amplia gama de servicios extras como alquiler de coches y motocicletas, excursiones en barco, asesoramiento para visitas y planes, chef privado o cuidado de niños.
© sassadeoPor supuesto, aquel que viaja a Formentera no puede resistirse a darse un refrescante chapuzón en sus paradisíacas playas. Entre las más famosas Ses Illetes, de arenas blancas y azules mansas; Cala Saona, al oeste de la isla y muy recomendada para familias porque es poco profunda; Es Pujols, más turística y con mayor oferta de ocio y ambiente; Migjorn, la más larga de Formentera; y, por último, Levante, con superficies rocosas y prácticamente virgen.
© sassadeoOtro elemento único en esta isla balear son sus faros, como el de La Mola, con unas vistas espectaculares que incluso Julio Verne mencionó en su novela de aventuras Héctor Servadac; el Faro de Cap de Barbaria, menos elevado que el anterior, pero con un atardecer mágico que quedó reflejado en la película Lucía y el sexo, de Paz Vega; y el Faro de la Savina, al que solo se puede acceder a bicicleta o a pie.
