Nuestro país vecino está en boca de todos. Portugal, con su magnetismo innegable, es trending topic desde hace ya muchos años. Es el destino por excelencia de la jet set, celebrities y de miles de influencers para pasar sus vacaciones. Matosinhos es un tesoro en Portugal que esconde playas kilométricas de película, historia y mucha –muchísima– naturaleza. Un lugar donde pasar unos días llenos de actividades o, por el contrario, de desconexión máxima con el sonido del mar de fondo. Es la opción perfecta no solo por su proximidad, sino porque es tan acogedor que con cada visita, encuentras más razones para volver.
No solo es una ciudad para visitar, es un lugar para sentir. Cada rincón de Matosinhos habla de autenticidad, de experiencias genuinas que te hacen disfrutar y no querer regresar a casa. Aquí, cada instante se convierte en una oportunidad para redescubrir la alegría de vivir. Matosinhos es, sin duda, la opción perfecta para tu próximo viaje, te descubrimos las razones.
Por sus playas infinitas
Matosinhos, con su vasto horizonte y cultura, se funde con las aguas del Atlántico para ofrecer un sinfín de posibilidades a quienes la visitan. Aquí, cada esquina está llena de historia, dinamismo y un rico patrimonio. Este rincón privilegiado, siempre al día con su espíritu contemporáneo, está lleno de experiencias únicas donde sorprenderse es la norma.
Las playas de Matosinhos, con sus quince kilómetros de arenas doradas, son un verdadero tesoro. Galardonadas con 14 banderas azules y el prestigioso Quality Costs Gold Award, no solo son preciosas, sino que también son un ejemplo de sostenibilidad. La red de pasadizos de protección de dunas permite a los visitantes pasear y disfrutar del entorno sin dañar la naturaleza, demostrando así su firme compromiso con el medio ambiente.
Su patrimonio e historia
Si bien el mar es una razón de peso para visitar Matosinhos, esta ciudad ofrece mucho más. Aquí se celebran una de las romerías más grandes y antiguas de Portugal, la famosa Senhor de Matosinhos, que atrae a miles de personas a sus calles. La cultura local es vibrante y alegre. Este lugar se erige como la capital portuguesa del jazz y ha sido testigo de innumerables historias. Su patrimonio arquitectónico es un testamento a su rica herencia cultural.
Para los amantes de la historia y los peregrinos, es una parada crucial en los Caminhos de Santiago. Los Caminos Portugués y de la Costa atraviesan esta ciudad, y la convierten en un punto de paso esencial para quienes se dirigen a Galicia. La frase "¡Bom Caminho!" se ha convertido en parte del lenguaje cotidiano, y refleja la hospitalidad y el espíritu acogedor de sus habitantes.
Su gastronomía y savoir-faire
Cuando hablamos de Matosinhos y de su esencia, es inevitable mencionar el prestigioso "Matosinhos World's Best Fish" (MWBF), el mejor pescado del mundo. Aquí, el pescado y el marisco más frescos llegan directamente del mar, traídos por pescadores locales cuyos conocimientos y tradiciones se han transmitido de generación en generación. Este manjar del mar no pasa desapercibido para los grandes chefs y los amantes de la gastronomía. El secreto del MWBF no solo radica en la calidad de la materia prima, sino también en el savoir-faire de los restaurantes locales. Disfrutar del pescado recién asado en una terraza frente al mar de este paraíso es ‘el plan’ y nosotras ya nos estamos imaginando ahí.
La historia del pescado en Matosinhos no se limita a la parrilla. Durante años, la industria conservera ha sido el motor económico de la ciudad. Esta tradición se mantiene viva, y permite a los visitantes conocer y participar en el proceso de elaboración de estas delicias, desde la preparación hasta la degustación. Aquí, cada bocado cuenta una historia de dedicación, de legado y de amor por el mar.
Pero lo mejor de Matosinhos es…
Esta ciudad es un sueño en sí misma, pero lo mejor que tiene es su gente. Trabajadores, amables y hospitalarios, los habitantes de Matosinhos aman su tierra y se esfuerzan por que cada visitante que llega se sienta como en casa.
Llegar a Matosinhos es sencillo: hay autopistas que la enlazan con todo el mundo, así como trenes, metro y transporte público por carretera. A pocos kilómetros del centro, el aeropuerto y la impresionante terminal de cruceros son puertas de entrada adicionales a este destino tan especial. Así que no tienes excusa para no visitar este paraíso del que, te prometemos, te enamorarás.