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Esfera de Arnaldo Pomodoro junto al mar en Pesaro, Italia© Cordon Press

Pésaro, todo un descubrimiento la Capital Italiana de la Cultura 2024

Esta encantadora ciudad de la región de Marche, bañada por el Adriático, está marcada por la historia de su hijo más ilustre, el compositor Gioacchino Rossini, autor de óperas tan populares como ‘El Barbero de Sevilla’ y gran gourmand.


26 de junio de 2024 - 15:39 CEST

En la costa norte de la región de Las Marcas, Marche, nos encontramos con Pésaro, una villa costera de largas playas arenosas flanqueada por dos montes verdes que dominan el mar, Colle Ardizio y Monte San Bartolo. Se la conoce como “la ciudad de las cuatro M”. La primera por el mar Adriático, la segunda por los montes que la rodean, la tercera M señala la importancia de la música para la vida de la ciudad natal de Rossini en la que cada año se lleva a cabo el Festival de Ópera Rossini, y la cuarta, las mayólicas, un tipo de decoración cerámica tradicional que se realiza en piezas de loza desde el Renacimiento.

Monte de San Bartolo en Pesaro, Italia© Cordon Press
Monte de San Bartolo en Pesaro.

VAMOS A LA PLAYA

Pésaro mira al mar y cuenta con más de siete kilómetros de extensas playas de fina arena. En verano se llenan de turistas atraídos por la calidad de sus aguas, siempre con bandera azul. La bahía Flaminia es una playa idílica y el corazón de Pésaro. Forma parte del área protegida del Parque de San Bartolo y es el lugar perfecto en el que disfrutar de un día de sol y relax tumbado en las hamacas bajo la sombrilla. Entre Pésaro y Fano encontramos una playa ideal para ir en familia. Durante el verano, en esta zona del Adriático se celebran numerosos mercadillos, ferias gastronómicas y conciertos. Pésaro es una ciudad amable y fácil de recorrer, sobre todo en bici: la Bicipolitana es una ruta de carriles bici que conecta diferentes partes de la ciudad con líneas de distintos colores, como si fuera el metro pero para recorrer en dos ruedas.

En bici por el casco antiguo de Pesaro, Italia© Cordon Press
En bici por el casco antiguo de Pesaro.

QUÉ DEBES CONOCER

Un paseo por le centro de la ciudad nos lleva a la Plaza del Popolo y a su alrededor encontraremos algunos de los lugares más interesantes, como el Palacio Ducal, construido originalmente en el siglo XIII por la familia Malatesta y luego reconstruido por la familia Sforza. De estilo renacentista, en el exterior se puede ver el pórtico de seis arcos y los escudos que presiden las ventanas. En el interior acoge una gran pinacoteca con obras de Giovanni Bellini, Vitale da Bologna y Guido Reni. Las estancias más famosas son el enorme Salón Metaurense donde se celebró la boda de Camilla D’Aragona y Costanzo Sforza en 1475 y el baño de Lucrezia Borgia decorado con refinados estucos.

Palacio Ducal en la plaza del Popolo de Pesaro, Italia© Cordon Press
Palacio Ducal en la plaza del Popolo.

Entre los edificios de arquitectura religiosa destacan la Catedral, erigida sobre los restos de un edificio tardorromano, que cuenta con un interesante patrimonio de mosaicos y en la capilla se conservan las reliquias del santo patrón, San Terenzio. La iglesia de Sant'Agostino, que conserva un notable portal gótico-veneciano en la fachada e importantes pinturas en el interior, y el Santuario de la Madonna delle Grazie, construido en el siglo XIII por la familia Malatesta y reconstruido en estilo barroco.

Catedral de Santa María Assunta en Pesaro, Italia© Cordon Press
Catedral de Santa María Assunta.

La Rocca Costanza, del siglo XV, es otra visita imprescindible. Se trata de un antiguo castillo de planta cuadrada, reforzada por torres cilíndricas y rodeada por un gran foso. La fortaleza fue transformada en prisión desde 1864 hasta 1989, y hoy en día se organizan conferencias culturales y exposiciones. El recorrido cultural de Pésaro puede completarse con la vista al Museo Arqueológico Oliveriano, ubicado en el Palazzo Americi, donde destacan las salas del siglo XVII, y al Museo de la Cerámica, para conocer las particularidades de la cerámica Mayólica.

Rocca Constanza en Pesaro, Italia© Cordon Press
Rocca Constanza, con sus imponentes torres cilíndricas.

Pesaro es tierra de pilotos y motores. Los amantes de las motos no pueden dejar de visitar el Museo Benelli, la marca mítica nacida en Pésaro en 1911 muestra una gran colección y, sobre todo, deleita al visitante con un recorrido por su historia e hitos dentro del motociclismo. Hay que pasar, también, por el museo privado creado por Giancarlo Morbidelli, un genio de la mecánica, nacido en Pesaro en 1934, una leyenda del motociclismo que se hizo un nombre en la década de 1970 al ganar ocho títulos mundiales en las clases 125 cc. En el mes de septiembre Pésaro se llena de motoristas que acuden a la Semana Benelli, en la que se organizan multitud de actividades y rutas moteras.

¿ESFERA O TOMATE?

La Gran Esfera de Pomodoro es todo un símbolo de Pésaro. Se levanta majestuosa, casi como levitando de la superficie, en medio de una fuente de agua que se difumina con el inmenso mar Adriático que le sirve de fondo infinito. Situada en Piazza della Libertà, en el paseo marítimo de Pésaro, es obra escultor Arnaldo Pomodoro, a quien debe su nombre. Construida en 1988, la estructura propone la unión entre el hombre y la naturaleza con la forma de un globo terrestre abierto por la mitad con engranajes en su interior. En Pésaro se la conoce cariñosamente como ‘el tomate’. 

TRAS LA PISTA DE ROSSINI

Si hay un nombre que retumba por todas partes, ese es el de Rossini. Pésaro es la ciudad que vio nacer a Gioachino Rossini (29 de febrero de 1792), compositor y músico de inmenso valor por su capacidad de innovar el lenguaje musical y precursor cosmopolita de las capitales europeas, un genio que supo narrar la belleza de Italia a través de sus obras inmortales. Desde el 31 de octubre de 2017, Pésaro es la Ciudad Creativa de la Música de la UNESCO, por la promoción y recuperación de la música de Rossini y su pasión por la música en todas sus manifestaciones.

Estatua de Gioacchino Antonio Rossini de Carlo Marochetti, en el conservatorio de música de Pesaro, Italia© Cordon Press
Estatua de Gioacchino Antonio Rossini, de Carlo Marochetti, en el conservatorio de música de Pesaro.

Hay tres paradas ineludibles para seguir la pista del compositor de grandes óperas, como El Barbero de Sevilla. La Casa Rossini se levanta sobre su casa natal y conserva material documental, incluyendo grabados y recuerdos relacionados con la vida y la obra del gran compositor. En el Museo Nazionale Rossini se relata la vida y la grandeza del artista, pero también la actualidad de la obra de Gioachino Rossini. Y el Teatro Rossini, donde tiene lugar cada año el ROF (Rossini Opera Festival), un festival de música de ópera que se celebra anualmente en agosto desde 1980 y al que acuden todos los apasionados de la música lírica del mundo. 

UN PASEO POR EL MONTE 

A unos kilómetros de la ciudad, en el precioso Parque Natural del Colle San Bartolo, está la Villa Imperiale, que sólo se puede visitar los miércoles por la tarde en verano, de junio a septiembre, y previa reserva en la Oficina de Turismo de Pésaro. El monte propone distintos recorridos de senderismo, muy bien señalizados, por colinas sembradas de viñedos y pequeñas aldeas muy pintorescas como Casteldimezzo, Fiorenzuola di Focara, con su castillo cantado por Dante en la Divina Comedia, y Santa Marina Alta, con vistas al azul del mar Adriático. Disfrutar del atardecer y la cena en alguna de sus terrazas, es un placer que no puedes perderte. Otro buen plan es contemplar el espectáculo natural de las luciérnagas. Alejándose de la contaminación lumínica de la ciudad, con la única ayuda de la cálida luz de las linternas de velas, se pueden observar estos pequeños insectos, las luciérnagas, un símbolo del verano y el entorno natural de las colinas de las Marcas.

Villa Imperial en Pesaro, Italia© Cordon Press
Villa Imperial en Pesaro.

RECETAS MARINERAS Y A ‘ALLA ROSSINI’

La cocina marinera es obligatoria en Pésaro. Busca una mesa junto a la playa y prueba un brodetto (zarzuela) de pescado, unos espaguetis con almejas, el stoccafisso (pescado seco) preparado con patatas, tomates y aceitunas, o unos boquerones rebozados y fritos. En la copa, los vinos blancos de las Marcas. Pésaro se inspira en la vecina región de la Emilia Romaña para la elaboración de los cappelletti tradicionales, hechos con pasta al huevo y rellenos principalmente de carne de cerdo. También es muy antigua la receta del brodetto, una sopa típica de Pésaro que incluye carnes blancas, quesos y embutidos.

La ciudad rinde homenaje a su hijo predilecto también en la cocina. El gran Rossini tenía fama de buen gourmand, su figura oronda delataba la pasión sin límites por la comida y el vino. Así, en las cartas vas a encontrar muchos platos ‘alla Rossini’. Los famosos Cannelloni allá Rossini llevan carne de pollo, ternera y mucho queso parmesano, aunque la versión que gustaba al gran maestro era mucho más sustanciosa porque añadía, además, salami y foie gras. También probarás aquí los famosos tournedós alla Rossini. Cuenta la historia que el chef francés Scoffier inventó para el genio musical unos filetes cocinados a la brasa que se acompañan con jamón, setas, perejil, limón y una pizca de pimienta. Y una última propuesta es la Pizza Rossini, una original combinación de pizza y mayonesa. La base es una simple margarita, a la que se añaden huevos duros y mayonesa casera. En los alrededores de la villa abundan las trufas, blancas o negras, que forman parte de platos tan exquisitos como la vincisgrassi, una lasaña de la región que además de trufas lleva otros tipos de setas. Y dos productos locales de las Marcas que no hay que dejar de probar son la Casciotta d'Urbino, un queso típico con DOP, y el jamón de Carpegna.